martes, 3 de agosto de 2021

LOS PERROS SON CAPACES DE DESCUBRIR CUANDO LOS HUMANOS LES MIENTEN

A juzgar por un reciente experimento de la Universidad de Viena, los perros tienden a ignorar las sugerencias de las personas que les mienten. 


De hecho, y de acuerdo con los investigadores, de este modo ellos dan a entender que, a diferencia de los bebés humanos y algunos primates no humanos, están en capacidad de reconocer cuándo una persona los está engañando.

Citado por la revista New Scientist, Ludwig Huber, uno de los autores de esta investigación, señala que “pensamos que los perros se comportarían como niños menores de cinco años y como simios, pero ahora especulamos que quizá puedan entender cuando alguien está engañando (…) Tal vez piensen: ‘Esta persona tiene el mismo conocimiento que yo y, sin embargo, me está dando la (información) incorrecta’. Es posible que puedan ver eso como intencionalmente engañoso, lo cual es una mentira”.

Huber y sus colegas entrenaron a 260 perros de varias razas puras para encontrar comida escondida en uno de dos platos cubiertos. Los canes aprendieron a seguir la sugerencia de una persona que no conocían, el “comunicador”, que tocaba el plato lleno de comida, miraba al perro y le decía: "¡Mira, esto es muy bueno!". Las mascotas parecían confiar en esta nueva persona cuando seguían la señal de manera confiable, explica Huber.

Una vez que se estableció esa confianza, el equipo hizo que los perros presenciaran a una persona distinta mover la comida del primer al segundo plato. Los comunicadores (es decir, aquellos con quienes ya tenían confianza) también presenciaron el cambio o estuvieron brevemente ausentes y aparentemente no se dieron cuenta de que la comida había sido cambiada.

En cualquier caso, los comunicadores continuaron recomendándoles luego a los perros el primer plato, aunque estuviera vacío.

De acuerdo con el reporte de New Scientist, en versiones anteriores de este experimento con niños menores de cinco años, macacos japoneses o chimpancés, los participantes reaccionaron de manera particular. Si un comunicador hubiera estado ausente durante el cambio de comida, parecería que no podrían saber dónde estaba realmente. Los niños, chimpancés o macacos normalmente ignorarían a un comunicador que les dio consejos honestos, pero engañosos, sobre dónde estaba la comida.

Sin embargo, si el comunicador había estado en la habitación y presenció el cambio, pero aun así recomendó el primer recipiente (ahora vacío), los niños pequeños y los primates no humanos en realidad eran mucho más propensos a seguir la sugerencia deliberadamente engañosa del comunicador de acercarse al recipiente vacío.

Esto puede deberse a que los niños y los primates no humanos confiaban en el comunicador más que en la evidencia de sus propios ojos, explica Huber. Sin embargo, los perros del nuevo experimento no confiaban tanto en los comunicadores mentirosos, para sorpresa de los investigadores.

La mitad de los canes seguirían los consejos engañosos del comunicador si éste no hubiera presenciado el cambio de comida. Pero alrededor de dos tercios de los perros ignoraron a un comunicador que estaba presente cuando se produjo el cambio de comida y aun así recomendó el plato ahora vacío. Estos perros simplemente fueron al plato lleno de comida. “Ya no dependían del comunicador”, dice Huber.

“Este estudio nos recuerda que los perros nos observan de cerca, están captando nuestras señales sociales y están aprendiendo de nosotros constantemente, incluso fuera de los contextos formales de entrenamiento”
, dice Monique Udell de la Universidad Estatal de Oregon, que no participó en el estudio.


El Tiempo



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