Penes acolchados de poliéster para poner en la ropa íntima de las niñas para que puedan experimentar lo que es ser un niño. Es solo la punta extrema de una industria lgbt para infantes que, con juguetes, comida, ropa y libros, está en gran expansión.
Penes en poliéster, acolchados y elaborados a mano, al precio de 6 dólares para poner en la ropa íntima de las niñas para que puedan experimentar lo que es ser un niño: es probablemente el artículo lgbt para niñas y bebés más atrevido que hay actualmente a la venta. Pero también es el último artículo que se agrega a un sector en expansión que se dirige a los niños con el pretexto de celebrar la inclusión. Muñecas transgéneros con penes, juguetes de colores del arco iris, ropa del Gay Pride, libros de historias LGBT; y ahora estos penes falsos comercialmente llamados Bitty Bug®Soft Packer (que en español suena más o menos “pequeño animalito suave”): advierten los críticos que es obvia la intención de reclutar a los más jóvenes en la cruzada lgbt+. Pero, aunque la gran mayoría de la sociedad se ha vuelto adicta, al intentar arrastrar a los niños, todavía hay resistencia. Así crecieron los comentarios de disgusto en las redes sociales contra el invento y la diseñadora del “Packer”, Bethany Ambron, se dio cuenta de que la guerra de la ideología de género aún no está definitivamente ganada.
Ambron sostiene que la idea del Bitty Bug®Soft Packer surgió cuando quería uno para ella. “En octubre de 2019 estaba buscando un modelo para hacer un soft packer para mí, luego de una experiencia de frustración por el costo y la inconveniencia de las opciones de silicona. Probé con los modelos gratuitos que encontré y publiqué algunas fotos en un gran grupo de costura lgbtq+. Inmediatamente dos padres me pidieron, por favor, que hiciera uno para su pequeña hija. Y después de escuchar a una madre que estaba llorando por su hija porque no sabía qué hacer para aliviar su sufrimiento de disforia, no existiendo opciones disponibles para los niñas, hice los primeros soft packer para niños de 10 y 6 años”.
Desde entonces, Bethany Ambron ha creado una verdadera línea de penes protésicos en varios colores, formas y dimensiones y los vende en la web stitchbugstudio.com. Cada uno, explica, está hecho a mano por un queer. Aunque los precios son bajos, aquellos que no pueden pagarlos o no quieren pagar, se les ofrece enviar un diseño gratuitamente.
Pero la manzana de la discordia es el destino de estos objetos a los más pequeños y no bastó, ciertamente, que Ambron corriera a cubrirse insertando una descripción larga en la página de Bitty Bug®Soft Packer para explicar que “este producto no es para bebés y niños pequeños”. Es un intento muy débil de defenderse, argumentan los críticos. De hecho, con el clic de un mouse, cualquiera puede verificar que el más pequeño Bitty Bug®Soft Packer disponible mide 1.5 pulgadas (3.8 cm) que, según cualquier publicación médica, corresponde al tamaño del pene de un recién nacido o bebé. Si los “suavecitos” de Bethany “coinciden con la proporción de edad-tamaño”, como ella afirma, entonces no hay duda de que la talla más pequeña es “para bebés y niños pequeños”.
Curiosamente, también encontramos los críticos más fuertes de Bethany Ambron en la comunidad lgbt+. Hay quienes públicamente quieren desvincularse de una propuesta tan extrema que, como dice Debbie Hayton, “no tiene nada que ver con la defensa de los derechos de lesbianas y gays”. Hayton es un transgénero profesor de ciencias en el Reino Unido y un gran protagonista en el debate político en torno al transexualismo y a la venta de los Bitty Bug®Soft Packer dedicó un artículo feroz: “¿En qué tipo de mundo un padre compra un pene falso para su propia hija en edad de preescolar?”, pregunta, y “¿qué debe pasar por la mente de los padres que diagnostican a sus hijos como transexuales y ponen en marcha el mecanismo de identificación con el sexo opuesto, con potencial mutilaciones y esterilizaciones futuras?”. Al mismo tiempo, la feminista radical, la canadiense Anna Slatz, dijo en una entrevista que estos productos son indicativos de todo lo que está mal en la ideología de género contemporánea. “Los cuerpos de los niños se han convertido lamentablemente en el campo de batalla de una guerra cultural. Hormonas, cirugías, bloqueadores de la pubertad y ahora también penes falsos, todo se ofrece para aliviar las molestias que una niña siente por su cuerpo. A nadie se permite cuestionar el origen de este malestar o proponer una solución alternativa a esta”.
Pero Anna Slatz no es la única que plantea la relación de causa y efecto entre la “reciente explosión de disforia de género e identificación lgbt entre los niños y el contagio social debido a la influencia masiva de la ideología de género en la educación, en los negocios, en la gran tecnología del entretenimiento y los medios de comunicación”. En el Reino Unido, las señalaciones de niños menores de cinco años al Servicio de Desarrollo de Identidad de Género (GIDS en inglés) para los menores de 18 (no hay límite de edad inferior) fueron de 31 solo en 2018-2019. Los números para los menores de cinco años están enmascarados en las estadísticas de GIDS más recientes, pero una fuerte tendencia al alza es evidente para todas las demás edades. En términos del aumento general en los informes, GIDS afirmó que “podría haber una serie de razones, pero es un factor probable una mayor conciencia y aceptación de las ‘cuestiones de género’, particularmente a través de los medios de comunicación y las redes sociales”.
Otro factor clave es el negocio. El ‘orgullo lgbt’ se celebra en más de 60 países cada año y las empresas han descubierto que la olla de oro al final del arco iris es más que folclore irlandés. Simplemente aplicando un logotipo arco iris en los productos, las ganancias aumentan. En los últimos años, se ha creado una verdadera industria para los niños, con el lanzamiento de nuevos productos (ver Kellogg's) en coincidencia con el ‘Mes del orgullo gay’ cada junio, oficialmente para satisfacer las exigencias lgbt+ de los niños. O la de sus padres, ya que es muy poco probable que los bebés y los niños pequeños estén suplicando a sus padres que les permitan promover la propaganda de “Todos son libres de amar”.
Fundada en 2006, redbubble.com, una comunidad artística y un mercado en línea, es solo un escaparate para las empresas que venden “todos son iguales”. Con una compra en la sección Gay Pride Kids & Babies, los padres pueden hacer desfilar a sus bebés y niños pequeños con máscaras, camisetas, trajes enteros y sudaderas, todo en clave lgbt+.
En cambio, Mattel, el fabricante de muñecas Barbie, que han tenido un éxito planetario, ha decidido hacer el juego de muñecas ‘más inclusivo’. Las muñecas ‘de género neutro’ de la nueva línea de juguetes Creatable World de Mattel permiten a los niños vestir el juguete para que sea niño, niña, ambos o ninguno. Las seis muñecas disponibles tienen diferentes colores de piel, peinados y vestidos para celebrar “el impacto positivo de la inclusión”.
Selecciones infinitas de libros de cuentos para todas las edades, incluido un mercado para niños en edad preescolar, son escritas y vendidas para educar a los niños pequeños en que “el amor es amor” y que puedes ser lo que quieras hoy y cambiar de opinión mañana. En Our Mother's House de Patricia Polacco, una pareja de lesbianas con hijos adoptados multirraciales es un ‘modelo de inclusión’ para los niños de familias del mismo sexo. En Stella Brings the Family de Miriam B. Schiffer, la protagonista Stella tiene dos padres y ninguna madre. Con un poco de ayuda, encuentra la solución para celebrar el Día de la Madre en la escuela.
El tiempo de ocio de los niños también está perdiendo su libertad. 21 Pride Rainbow Crafts for Kids, por ejemplo, es una colección de ideas divertidas y fáciles para que los más pequeños celebren ‘el orgullo’ durante el mes de junio.
Los penes falsos de poliéster son posiblemente el producto más extremo a la venta en la actualidad, pero es evidente que tan sólo son la punta del iceberg. La industria lgbt+ para bebés y niños es la nueva frontera para la ideología de género que ha saturado al resto de la sociedad. Y si se permite que la conquista prosiga sin resistencia, un número creciente de niños, comenzando desde la cuna, podrían convertirse en los corderos de sacrificio de las modas lgbt+, con daños irreversibles.
La Brujula Cotidiana
Penes en poliéster, acolchados y elaborados a mano, al precio de 6 dólares para poner en la ropa íntima de las niñas para que puedan experimentar lo que es ser un niño: es probablemente el artículo lgbt para niñas y bebés más atrevido que hay actualmente a la venta. Pero también es el último artículo que se agrega a un sector en expansión que se dirige a los niños con el pretexto de celebrar la inclusión. Muñecas transgéneros con penes, juguetes de colores del arco iris, ropa del Gay Pride, libros de historias LGBT; y ahora estos penes falsos comercialmente llamados Bitty Bug®Soft Packer (que en español suena más o menos “pequeño animalito suave”): advierten los críticos que es obvia la intención de reclutar a los más jóvenes en la cruzada lgbt+. Pero, aunque la gran mayoría de la sociedad se ha vuelto adicta, al intentar arrastrar a los niños, todavía hay resistencia. Así crecieron los comentarios de disgusto en las redes sociales contra el invento y la diseñadora del “Packer”, Bethany Ambron, se dio cuenta de que la guerra de la ideología de género aún no está definitivamente ganada.
Ambron sostiene que la idea del Bitty Bug®Soft Packer surgió cuando quería uno para ella. “En octubre de 2019 estaba buscando un modelo para hacer un soft packer para mí, luego de una experiencia de frustración por el costo y la inconveniencia de las opciones de silicona. Probé con los modelos gratuitos que encontré y publiqué algunas fotos en un gran grupo de costura lgbtq+. Inmediatamente dos padres me pidieron, por favor, que hiciera uno para su pequeña hija. Y después de escuchar a una madre que estaba llorando por su hija porque no sabía qué hacer para aliviar su sufrimiento de disforia, no existiendo opciones disponibles para los niñas, hice los primeros soft packer para niños de 10 y 6 años”.
Desde entonces, Bethany Ambron ha creado una verdadera línea de penes protésicos en varios colores, formas y dimensiones y los vende en la web stitchbugstudio.com. Cada uno, explica, está hecho a mano por un queer. Aunque los precios son bajos, aquellos que no pueden pagarlos o no quieren pagar, se les ofrece enviar un diseño gratuitamente.
Pero la manzana de la discordia es el destino de estos objetos a los más pequeños y no bastó, ciertamente, que Ambron corriera a cubrirse insertando una descripción larga en la página de Bitty Bug®Soft Packer para explicar que “este producto no es para bebés y niños pequeños”. Es un intento muy débil de defenderse, argumentan los críticos. De hecho, con el clic de un mouse, cualquiera puede verificar que el más pequeño Bitty Bug®Soft Packer disponible mide 1.5 pulgadas (3.8 cm) que, según cualquier publicación médica, corresponde al tamaño del pene de un recién nacido o bebé. Si los “suavecitos” de Bethany “coinciden con la proporción de edad-tamaño”, como ella afirma, entonces no hay duda de que la talla más pequeña es “para bebés y niños pequeños”.
Curiosamente, también encontramos los críticos más fuertes de Bethany Ambron en la comunidad lgbt+. Hay quienes públicamente quieren desvincularse de una propuesta tan extrema que, como dice Debbie Hayton, “no tiene nada que ver con la defensa de los derechos de lesbianas y gays”. Hayton es un transgénero profesor de ciencias en el Reino Unido y un gran protagonista en el debate político en torno al transexualismo y a la venta de los Bitty Bug®Soft Packer dedicó un artículo feroz: “¿En qué tipo de mundo un padre compra un pene falso para su propia hija en edad de preescolar?”, pregunta, y “¿qué debe pasar por la mente de los padres que diagnostican a sus hijos como transexuales y ponen en marcha el mecanismo de identificación con el sexo opuesto, con potencial mutilaciones y esterilizaciones futuras?”. Al mismo tiempo, la feminista radical, la canadiense Anna Slatz, dijo en una entrevista que estos productos son indicativos de todo lo que está mal en la ideología de género contemporánea. “Los cuerpos de los niños se han convertido lamentablemente en el campo de batalla de una guerra cultural. Hormonas, cirugías, bloqueadores de la pubertad y ahora también penes falsos, todo se ofrece para aliviar las molestias que una niña siente por su cuerpo. A nadie se permite cuestionar el origen de este malestar o proponer una solución alternativa a esta”.
Pero Anna Slatz no es la única que plantea la relación de causa y efecto entre la “reciente explosión de disforia de género e identificación lgbt entre los niños y el contagio social debido a la influencia masiva de la ideología de género en la educación, en los negocios, en la gran tecnología del entretenimiento y los medios de comunicación”. En el Reino Unido, las señalaciones de niños menores de cinco años al Servicio de Desarrollo de Identidad de Género (GIDS en inglés) para los menores de 18 (no hay límite de edad inferior) fueron de 31 solo en 2018-2019. Los números para los menores de cinco años están enmascarados en las estadísticas de GIDS más recientes, pero una fuerte tendencia al alza es evidente para todas las demás edades. En términos del aumento general en los informes, GIDS afirmó que “podría haber una serie de razones, pero es un factor probable una mayor conciencia y aceptación de las ‘cuestiones de género’, particularmente a través de los medios de comunicación y las redes sociales”.
Otro factor clave es el negocio. El ‘orgullo lgbt’ se celebra en más de 60 países cada año y las empresas han descubierto que la olla de oro al final del arco iris es más que folclore irlandés. Simplemente aplicando un logotipo arco iris en los productos, las ganancias aumentan. En los últimos años, se ha creado una verdadera industria para los niños, con el lanzamiento de nuevos productos (ver Kellogg's) en coincidencia con el ‘Mes del orgullo gay’ cada junio, oficialmente para satisfacer las exigencias lgbt+ de los niños. O la de sus padres, ya que es muy poco probable que los bebés y los niños pequeños estén suplicando a sus padres que les permitan promover la propaganda de “Todos son libres de amar”.
Fundada en 2006, redbubble.com, una comunidad artística y un mercado en línea, es solo un escaparate para las empresas que venden “todos son iguales”. Con una compra en la sección Gay Pride Kids & Babies, los padres pueden hacer desfilar a sus bebés y niños pequeños con máscaras, camisetas, trajes enteros y sudaderas, todo en clave lgbt+.
En cambio, Mattel, el fabricante de muñecas Barbie, que han tenido un éxito planetario, ha decidido hacer el juego de muñecas ‘más inclusivo’. Las muñecas ‘de género neutro’ de la nueva línea de juguetes Creatable World de Mattel permiten a los niños vestir el juguete para que sea niño, niña, ambos o ninguno. Las seis muñecas disponibles tienen diferentes colores de piel, peinados y vestidos para celebrar “el impacto positivo de la inclusión”.
Selecciones infinitas de libros de cuentos para todas las edades, incluido un mercado para niños en edad preescolar, son escritas y vendidas para educar a los niños pequeños en que “el amor es amor” y que puedes ser lo que quieras hoy y cambiar de opinión mañana. En Our Mother's House de Patricia Polacco, una pareja de lesbianas con hijos adoptados multirraciales es un ‘modelo de inclusión’ para los niños de familias del mismo sexo. En Stella Brings the Family de Miriam B. Schiffer, la protagonista Stella tiene dos padres y ninguna madre. Con un poco de ayuda, encuentra la solución para celebrar el Día de la Madre en la escuela.
El tiempo de ocio de los niños también está perdiendo su libertad. 21 Pride Rainbow Crafts for Kids, por ejemplo, es una colección de ideas divertidas y fáciles para que los más pequeños celebren ‘el orgullo’ durante el mes de junio.
Los penes falsos de poliéster son posiblemente el producto más extremo a la venta en la actualidad, pero es evidente que tan sólo son la punta del iceberg. La industria lgbt+ para bebés y niños es la nueva frontera para la ideología de género que ha saturado al resto de la sociedad. Y si se permite que la conquista prosiga sin resistencia, un número creciente de niños, comenzando desde la cuna, podrían convertirse en los corderos de sacrificio de las modas lgbt+, con daños irreversibles.
La Brujula Cotidiana
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