Altísimo Dios y Señor mío,
Verdad infalible en quien creo;
Clemencia inefable en quien espero;
Bondad infinita
a quien amo sobre todas las cosas,
y a quien me pesa haber ofendido,
os doy gracias por haberme creado,
redimido,
hecho cristiano
y conservado hasta ahora.
Ofrezco a honra y gloria vuestra
todos mis pensamientos, palabras,
obras y trabajos del presente día,
en la intención
que tuvo Jesucristo
Nuestro Salvador,
mientras vivió en la tierra,
en la intención
que tuvieron todos los Santos
y la que tiene la Santa Iglesia de Dios. Amén.
No permitáis, Padre mío amorosísimo,
que os ofenda en este día;
libradme de los lazos que me tiende el enemigo
y dadme fortaleza,
para huir de las ocasiones de pecar
y vencer mi pasión dominante.
Quiero vivir y morir en vuestra santa fe,
a fin de que,
sirviéndoos en esta vida,
merezca gozaros en el reino eterno de la gloria. Amén.
Alcanzadme este favor,
Ángeles y Santos del cielo,
y a vos en especial,
glorioso Patrono y abogado mío,
Santo de mi nombre,
interceded por mí. Amén.
Padre Nuestro.
Ave María.
Credo.
Salve.
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