lunes, 7 de septiembre de 2020

LO QUE DICE LA BIBLIA SOBRE SER HOMBRE Y MUJER

El Concejo de la Ciudad de Nueva York aprobó recientemente un proyecto de ley que permite a los neoyorquinos designar su sexo con una "X" en sus certificados de nacimiento si no se identifican como hombre o mujer. Además, un padre puede hacer lo mismo con su hijo recién nacido. La medida fue aprobada por 41 votos contra 6.

Por Edwin Benson


El presidente del Concejo Municipal, Corey Johnson, justificó la acción diciendo: “Hay muchos neoyorquinos que no se identifican ni como hombres ni como mujeres. El 'género' es un espectro para muchas personas y no es algo fijo. Entonces, para los neoyorquinos que son transgénero, que no se ajustan al 'género', que no son binarios, tener una opción para identificarse mejor en un documento tan importante, su certificado de nacimiento, les desbloquea todo tipo de cosas”.

Los estados de Washington, Vermont, California y Oregon, así como el Distrito de Columbia, tomaron medidas similares. El lenguaje de la directiva del estado de Washington es llamativo, “un género que no es exclusivamente masculino o femenino, que incluye, entre otros, intersex, agender, amalgagender, andrógino, bisexual, demigender, de mujer a hombre, de género fluido, género queer, hombre a mujer, neutrois, no binario, pangénero, tercer sexo, transgénero, transexual, Two Spirit y no especificado”. 1

La lista es escalofriante, ya que indica hasta dónde están dispuestos a llegar los revolucionarios para eliminar cualquier sentido de límites. Los iluminados aceptarán los cambios. Solo los retrógrados oscuros los rechazarán.

Aunque la tentación es real, estas nuevas clasificaciones no pueden ser rechazadas como "simplemente tontas". Tampoco se puede adoptar la actitud libertaria, alegando que el gobierno no tiene por qué decirle a la gente cómo pueden definirse a sí mismos. Este pensamiento requiere una respuesta. El propósito de este artículo es definir cinco respuestas: legal, histórica, bíblica, social y moral.

La respuesta legal es la más complicada. Quienes abogan por estos cambios afirman que se trata de una mera sustitución de una palabra por otra. Ésta es una táctica radical típica: presentar un cambio masivo como si fuera trivial.

Considere cómo el sexo de uno afecta el trato de un individuo con el gobierno o cualquier otra entidad oficial. Los partidarios de reformas extremas están trabajando duro para eliminarlo de acciones como casarse y tener hijos. El sexo de uno sigue siendo vital para determinar todos los aspectos de la vida. Cualquier cambio afectará radicalmente el ingreso a la universidad, unirse a equipos deportivos, decidir la custodia de los hijos o alistarse en el ejército. El sistema legal ha estado haciendo todo lo posible para intentar acomodar a aquellos que se llaman a sí mismos homosexuales. El caos estallará cuando cada uno de estos "géneros" exija su propio conjunto especial de "derechos" legales.

Para complicar la situación legal estarían aquellos que desearían cambiar su "género". Muchos de estos términos no tienen una definición legal; crear definiciones es excluyente. ¿Un "género" daría derecho a una persona a una mayor protección legal? ¿Esa persona perdería automáticamente las protecciones que se unían a su "género" anterior? Las posibilidades son infinitas.

La naturaleza de dicho cambio también es importante como parte del registro histórico. Las licencias de matrimonio, licencias de conducir, testamentos y otros documentos actuales se convertirán en documentos históricos. Hasta ahora, han reflejado con precisión los roles y el número de hombres y mujeres en nuestra sociedad. Al eliminar esa información fáctica y sustituirla por una opinión cambiante sobre la forma en que un individuo quiere ser conocido, ese registro se oscurecerá permanentemente.

La Sagrada Escritura discute la naturaleza de los humanos como hombres o mujeres en al menos cuatro lugares:

Génesis 1:27 - Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Génesis 5: 2: varón y hembra los creó; y los bendijo; y llamó su nombre Adán, el día en que fueron creados.

Mateo 19: 4-5 - ¿Quién, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que hizo al hombre desde el principio, varón y hembra los hizo? Y él dijo: Por esto dejará el hombre a padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.

Marcos 10: 6 - Pero desde el principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.
Tenga en cuenta que las mismas palabras se utilizan en los cuatro lugares. Los individuos se crean como hombres o mujeres. No hay lugar para ninguna otra interpretación razonable.

La sociedad está regulada por costumbres no escritas y por códigos legales escritos. Un individuo que rechaza cierto conjunto de identificaciones aún necesitará interactuar con aquellos que las aceptan y abrazan. Las costumbres y las leyes regulan la forma en que las personas tratan a quienes son diferentes a ellos. Al crear tantas condiciones diferentes, la mayoría de las cuales no son obvias, las conexiones ya débiles entre sí se vuelven más complicadas. En el mejor de los casos, habrá confusión; en el peor de los casos, podría producirse violencia real.

Finalmente, está la dimensión moral. Los seres humanos han luchado con la moralidad de las relaciones entre hombre y mujer desde Adán y Eva. La moralidad y la inmoralidad sexuales son una fuente constante de discordia en la sociedad. Las reglas morales, como las describe la Santa Madre Iglesia, son relativamente simples. Las formas de romper esas reglas constituyen una lista muy larga, y cada una de ellas conlleva su propio conjunto de consecuencias.

Eventualmente, la plétora de "géneros" creará tanta confusión que la sociedad simplemente se derrumbará. Eso beneficiará a los revolucionarios porque estarán listos para volver a ensamblar las piezas según su propio diseño.



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