Por Francisco Saavedra
Este es un artículo dedicado para los que prefieren siempre la verdad.
En la actualidad vivimos en el mundo más artificial de la Historia, la tecnología, la gran especialización del conocimiento y la velocidad con la que se genera la información (y la desinformación) nos hace perder la sensibilidad, la conciencia e incluso la luz de la razón, sobre todo en las grandes ciudades que siempre están enfermas por las prisas. La ceremonia de la confusión actual nos invade desde la perspectiva antropológica, filosófica, ideológica, política, económica, cultural, bioética, moral y espiritual.
Nos invade hasta el punto del máximo relativismo subversivo: el que da por buenas mentiras más o menos sibilinas, e impone como falacias cuestiones que son verdades como catedrales. Esto es precisamente lo que pasa con el tema de las vacunas adulteradas y peligrosas para la salud humana.
Ruego al lector que no sea sectario respecto de lo que va a leer a continuación, porque será muy fácil poner etiquetas, pero le pido que atienda muy seriamente a los argumentos porque las vacunas adulteradas, contaminadas y nocivas es un tema tabú, a pesar de que a muchos les ha costado la vida el denunciarlas o el sufrir sus consecuencias fatales, incluso letales.
Soy consciente de que por criticar o denunciar esta realidad te pueden calificar rápidamente de antivacunas, de irresponsable, radical o insensato entre otras lindezas y la crítica será más dura cuanto más dinero cobre de la industria farmacéutica el vocero, pero la ignorancia no es excusa. La ventaja es que yo no tengo conflictos de interés, así que, como lector que soy, voy a hacer eco de lo que han demostrado fehacientemente los que saben mucho sobre esta cuestión. También quiero hacer notar que cada vez más gente desconfía de lo que llevan dentro muchas vacunas y creo que desconfían con razón, porque si en muchos casos nos las ponemos, es porque no queda más remedio (por el calendario de vacunación infantil, por pertenecer a grupos de riesgo como ancianos, por vivir en comunidad, etc., o para realizar viajes a algunos países), lo que implica un gran riesgo es precisamente eso… ¿No queda más remedio? ¿No hay mejor argumento en la “sociedad del conocimiento y la información”?
Pero, ¿qué está pasando verdaderamente con las vacunas adulteradas?, ¿porqué no hay ningún verdadero experto que se pronuncie sobre este tema? ¿Acaso no saben nada de ello tantos científicos y responsables que están o deben levantar su voz en la vida pública?, ¿o es que no quieren saber del tema? Es un misterio que pretendo abordar someramente con varios artículos para lanzar el guante a los inconformistas que no tengan miedo a la verdad, y que recojan el testigo y profundicen en ello las personas de buena voluntad que tienen conocimientos y experiencia en la materia. Estoy convencido de que nunca ha sido más necesario que ahora conocer la verdad sobre esta cuestión.
Algunos antecedentes de las vacunas
Vacuna es una enfermedad de las vacas, un virus que les hace señales en las ubres. Los que las ordeñaban y tenían señales de vacuna en las manos no se contagiaban de la viruela y de ahí surgió el concepto de utilizar un virus débil para prevenir una enfermedad sistémica y potencialmente mortal o grave, el concepto de vacuna actual. Lady Montagu, en la primera mitad del siglo XVIII les pasó un hilo empapado en pus de lesión de viruela humana con una aguja a través de la piel a sus hijos para prevenir la viruela. Así vacunó a sus hijos la aristócrata inglesa.
Al final del mismo siglo, Edward Jenner, que no era médico sino químico, utilizó al hijo de su jardinero para experimentar con una vacuna y el niño murió plagado de viruelas. El sádico de Jenner puso en sus apuntes: “No apto para vacuna”. Esto es lo que reflejaba la Enciclopedia Británica antes de que fuese manipulada según demostró Joseph McCabe en su obra: The Lies and Fallacies of the Encyclopedia britannica: how powerful and shameless clerical forces castrated a famous work of reference [Las mentiras y falacias de la Enciclopedia Británica: cómo fuerzas clericales poderosas y desvergonzadas castraron un famoso trabajo de referencia].
Según demostró McCabe, la manipulación de la Enciclopedia Británica tuvo lugar cuando John Davison Rockefeller la compró a través de la Standard Oil Company. Utilizó para la nueva edición a sus empleados de la Universidad de Chicago (de la que era dueño), y así a partir de 1910 publicaron la 11ª edición de la Enciclopedia a través de la compañía Britannica, Inc. con las falacias y mentiras que ahora están absolutamente generalizadas (incluyendo el Gran Google). También la Parasitología fue anulada por Rockefeller con esa compra y por eso es tan desconocida la historia de las vacunas y la de los tratamientos contra el cáncer previos a esa manipulación. Por último, también se hizo con el control de la Asociación contra el Cáncer, que también ha tenido unas tremendas consecuencias en las últimas décadas, pero eso es otra de las muchas historias que habría que denunciar de esa familia, tan importante e involucrada en la conjura contra la vida humana.
Los experimentos con vacunas siguieron haciéndose hasta conseguir unas vacunas que al menos no matasen a la mayoría de los que se la pusieran. Era tal la mortalidad causada en sus orígenes que, cuando el gobierno de Reino Unido la hizo obligatoria, un premio Nobel, fabiano, eugenista y sociópata que había sido miembro del Health Committee of London Borough Council, George Bernard Shaw, la combatió duramente y publicó al respecto varios artículos como “la vacunación es un crimen” o que “las personas inteligentes no hacen vacunar a sus hijos” publicado en el Irish Times del 9 de agosto de 1944.
Muchas de estas verdades históricas ocultadas a propósito, se pueden leer también en la obra que escribió Chas M. Higgins, Los horrores de la vacunación. Los Jennerianos siempre han utilizado el miedo y la obligatoriedad para imponer sus planes eugenésicos y en la actualidad siguen haciendo exactamente lo mismo. La obligatoriedad de la vacuna de la viruela en Inglaterra finalizó cuando las cárceles se llenaron de trabajadores, padres de familia que eran buenos ciudadanos, pero que se negaron a vacunar a sus hijos porque morían por ello, y también fue clave que empezasen a morir hijos de los Lores debido a las vacunaciones.
Mucho se aprendió de esos horrores iniciales (de los que hay abundantes testimonios gráficos), y mucho se investigó hasta que los laboratorios locales y nacionales produjeron vacunas buenas, o desde luego mucho más tolerables por nuestro organismo, algunas de las cuales ayudaron sin duda contra algunas enfermedades graves.
Pero en las últimas décadas ha cambiado el panorama de forma radical e imperceptible: hoy las vacunas están en manos de muy pocas multinacionales que no son controladas por nadie y que son impunes… no tienen responsabilidad por los daños, como veremos en próximos artículos. La situación es gravísima porque es casi absolutamente desconocida, pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí?, ¿cómo es posible que no sepamos nada de esto? Pasemos al siguiente capítulo para poder entenderlo:
Con estas aberrantes líneas celulares se realizan también anticuerpos y otras proteínas, terapia génica y también genómica. ¿Tiene consecuencias negativas? Evidentemente. ¿Existen alternativas? Por supuesto que sí. ¿Hay voluntad política? Por supuesto que no
El terrorífico origen de muchas de las vacunas adulteradas modernas
La inmensa mayoría de la población no lo sabe, pero detrás de muchas de las vacunas modernas se esconde un origen que va mucho más allá de lo inmoral y que es sencillamente aberrante. En el artículo científico publicado en Cuadernos de Bioética, nº XIX, 2008/2ª, D. Jose Luis Redondo Calderón demostró cómo se cometieron infanticidios y abortos provocados expresamente para obtener líneas celulares que se han utilizado en vacunas y en otras cosas. El documento es tan absolutamente brutal e incontestable que por desgracia muchos científicos, incluso algunos “provida” prefieren mirar hacia otro lado en este asunto porque les asusta esta verdad. Lo mejor de todo es que las fuentes a las que alude D. Jose Luis son irrefutables, porque son las de aquellos mismos que hicieron los abortos y toda la investigación posterior.
Los científicos (algunos los llaman matarifes) Hayflick, Hoskins y Plotkin entre muchos otros, en múltiples publicaciones han dejado claro que muchas líneas celulares proceden de fetos humanos asesinados. Esto lo pone de manifiesto la publicación mencionada anteriormente de D. Jose Luis Redondo Calderón, pero también Children of God for Life (https://cogforlife.org/) ha recopilado algunas de las más recientes líneas celulares obtenidas de abortos provocados. Tenemos los siguientes ejemplos:
Del Wistar Institute:
Células de pulmón, las líneas celulares: WI-1, WI-3, WI-11, WI-16, WI-18, WI-19, WI-23, WI-24, WI-25, WI-26, WI-27, WI38 y WI-44.
Células de piel y músculo: WI-2, WI-12 y WI-20.
Células sólo de músculo: WI-5.
Células de sólo piel: WI-8 y WI-14.
Células de riñón: WI-4, WI-9, WI-10, WI-13 y WI-15
Células de corazón: WI-6, WI-21 y WI-22
Células de timo y tiroides: WI-7.
Células de hígado: WI-17.
Del Medical Research Council:
Células de pulmón: MRC-5, MRC-9
De otros Institutos y Hospitales existen las siguientes líneas celulares obtenidas de abortos provocados:
IMR-90 (Institute for Medical Research), IMR-91, WS1, R-7, FHs74Int, FHS677Int, FHs680Int, HEK293, CRE8, HKB-11, PER.C1, C3, C4, C5, C6, C8 y C9 (retina de feto sano de 18 semanas), HER1, Lambda.hE1, Walvax2.
Es tan sencillo encontrar los detalles de muchas de estas líneas celulares como entrar en la página web de la ATCC y buscarlo (incluso comprarlas).
Un ejemplo de cómo se obtuvieron es el de las células 293, que fueron preparadas por Frank Graham en 1973 a partir de células renales de embrión humano, un feto normal, cuyas razones para el aborto son desconocidas. Picaron los riñones del niño con tijeras y de ahí se obtuvo la línea celular HEK293. Hay muchos más detalles en las publicaciones que hemos mencionado sobre otras líneas celulares. Para qué se utilizan es una cuestión para otros artículos que, Dios mediante, abordaremos.
Actualmente las posibles vacunas de Coronavirus han vuelto a poner en el foco el origen aberrante de algunas líneas celulares y que, como se puede comprobar son muchas (desde luego muchas más de las que la gente conoce), quizá son incluso más de las que hemos detallado previamente. Monseñor Cañizares y el cardenal Sandoval han sido noticia por ello, entre muchos otros que han denunciado la eugenesia que hay detrás de todo esto.
Por último, veamos la vinculación de estas líneas celulares con las vacunas adulteradas y peligrosas. Esas líneas celulares se utilizan en muchas vacunas según el artículo D. Jose Luis Redondo Calderón antes citado.
Por ejemplo: la vacuna contra la rubeola de Merck, Meruvax II (que utilizan la WI-38), o también la vacuna de Merck combinada contra sarampión-rubeola-parotiditis MMR II, o la de MSD triple. También se ha utilizado la línea celular MRC-5 para vacunas contra la rubeola como la Priorix. También la vacuna contra la rabia, la varicela, el herpes zóster, la hepatitis A, la poliomielitis, la viruela, el citomegalovirus, los adenovirus, la encefalitis trasmitida por garrapatas, para la producción de Interferón.
Pero no acaba aquí la cosa. También se utilizan las células PER.C6 (las que utilizan los amigos de Bill Gates de Johnson & Johnson para desarrollar la vacuna contra el coronavirus) para la producción de vacunas contra la gripe, la encefalitis japonesa, virus respiratorio sincitial y parainfluenza, empleándose también esta línea celular en técnicas para el SIDA, el ébola, la hepatitis C, la tuberculosis, el paludismo, la gripe pandémica H7N1 y el carbunco. Estoy seguro de que no todas están en esta lista a pesar de ser sorprendente y horriblemente larga para muchos lectores.
Por si fuera poco, con estas aberrantes líneas celulares se realizan también anticuerpos y otras proteínas, terapia génica y también genómica. ¿Tiene consecuencias negativas? Evidentemente. ¿Existen alternativas? Por supuesto que sí. ¿Hay voluntad política? Por supuesto que no, para nuestra desgracia. ¿Qué podemos hacer? Creo que lo primero es decir la verdad y difundirla. Lo segundo, dependerá de quiénes recogen este guante para defender la verdad que nos hace libres, frente a las amenazas liberticidas que nos acechan en los próximos meses con la gran excusa del miedo al coronavirus.
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