La Iglesia se ha ido desvirtuando más y más. ¿Por qué?
Por el padre José Luis Aberasturi
Por el padre José Luis Aberasturi
Después de ver en su realidad más palpable -anestesiante y asfixiadora de la persona humana y de sus “construcciones”, hasta el punto de “matar a Dios” y “matar al hombre” sin tapujos ni disimulos -¡es la ley!-, hay que llegar al mundo de la Iglesia Católica, que es el verdaderamente importante. Lo determinante y definitivo: para bien, si la Iglesia es fiel; para muy mal, si deja de serlo.
En el mundo eclesiástico, como es lógico, nadie le va a llamar “marxismo” a todo este tinglado que se ha montado. Pero ahí está, por ejemplo, la “teología de la liberación”, marxista de la “a” a la “z” o de pies a cabeza, pretendiendo darle a la Iglesia, y desde dentro, un buen revolcón -de hecho, se lo ha dado-, en Alemania, Holanda, Bélgica, que es donde se ha cocido y sufragado el tema; y en América: de Méjico hasta Tierra de Fuego, ambos inclusive.
Y, especialmente, ahí está toda esa parafernalia de “diálogo”, “puertas abiertas”, “puentes y no muros”, “hospital de campaña”, amazonia y demás zarandajas… Que son de ahora, sí: recién horneadas; pero vienen de lejos: de los años sesenta, fruto maduro -después de sembrado, cultivado y defendido- de una cierta interpretación del CV II.
Es vergonzante ver -y comprobar- cómo algunos en la Iglesia Católica, han ido entrándole a todos y cada uno de los temas que el binomio marxismo-masonería (en loor y gloria del NOM, que es el que paga, y debe pagar muy bien) ha puesto sobre la mesa; temas con los que ha ido atizando el fuego, turbando mentes y conciencias, arrancando raíces morales y culturales de todos los pueblos, para dejar a la gente sin referentes de ningún tipo. Y tenerlos a su merced, aborregados e indefensos.
Pretendían -y lo han conseguido en grandes extensiones de la población mundial- dejar al HOMBRE a solas consigo mismo, sin relaciones, sin asideros, sin constantes antropológicas y, mucho menos, religiosas. Especialmente, respecto a la Iglesia Católica y al mundo que Ella fecundó y extendió por todo el orbe. Sin nadie a quién poder acudir. “Inventándose” a cada paso o sucumbiendo al ambientillo dominante en cada momento.
Porque si pretendes pensar y decidir por tí mismo, ese mismo ambiente y sus terminales te masacrarán inmisericordes. ¡Buenos son!
Un inciso: cuando uso la expresión de “la Iglesia Católica”, me refiero a su realidad en este mundo, la que hacen y hacemos todos los que la componemos, sea cual sea nuestro sitio en Ella. NO a la Iglesia instituida por Jesucristo, que es y será siempre Una, Santa, Católica y Apostólica. Cierro. Y vuelvo al tema.
La Iglesia Católica, sita en el “aggionarmento” y el “diálogo” -¡por qué sí, en ambos casos!-, pero abandonando su papel eminente de preservar la razón, sanándola y elevándola; de iluminar y formar las conciencias; de ser “el alma de la sociedad” y de sus instituciones, desde el matrimonio a la política, pasando por la ciencia, y todo lo humano. Con esos presupuestos y/o prejuicios, la Iglesia Católica perdió los papeles.
Cada vez que ha entrado a un tema nuevo, de los que le echaban sin descanso como cebo, la Iglesia se ha ido desvirtuando más y más. ¿Por qué?
Porque para “dialogar” con quien no está dispuesto a ceder en nada, no te queda más remedio, si quieres seguir “pareciendo” dialogante y que no te pongan el sambenito de “intransigente” -que es lo que se quiere demostrar: para eso echan carnaza- tienes que renunciar a tus propios presupuestos, valores, Credo, etc. En definitiva: si quieres dialogar con “el mundo”, por voz de sus políticos y mandamases, tienes que renunciar a Jesucristo: el mundo y los mundanos no soportan su voz: “no son sus ovejas”.
Y los jerarcas “mundanizados” o “asimilados”, tampoco: por eso se inventan lo que se inventan… menos llevar el Evangelio y los Sacramentos a sus ovejas.
Y es lógico lo que hacen los del binomio: no se puede tomar como referente un mundo y una sociedad “construida” -destruida-, “como si Dios no existiese”, para luego ir a “dialogar” con quien lo que debe hacer, por encargo divino, es poner a Dios como lo primero, porque ese es su sitio: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”: primer principio moral de la ley natural y, por tanto, de la misma Ley Divina.
Ellos, los del binomio marxista-masonería, no están locos: están subsumidos por la ideología, el odio a Dios y a sus obras, la primera de las cuales es el HOMBRE. Los que están locos son los que se llaman cristianos -hablo de los católicos- y lo primero que hacen es dejar a Dios en un rincón para “entenderse” -dialogar, dicen- con ese tipo de personas.
Pero eso sí: sin hacer el más mínimo “proselitismo”, que es y ha sido "el gran pecado" de la Iglesia de todos los tiempos, según voz autorizadísima. O sea: para un buen, provechoso y suculento “diálogo de besugos”. ¡Que aproveche!
Pero da la impresión, por lo que dicen y hacen nuestros señores obispos -con las poquísimas excepciones conocidas por todos y que “crecen” ante sus fieles conforme pasa el tiempo- que lo que añoran es convertirse en una auténtica “iglesia patriótica”, tipo otras que existen. Deben tenerles envidia; o deben desear convertirse en sus funcionarios… con sueldo, moscosos, trienios, vacaciones, prebendas, etc. Y una buena jubilación.
Porque, si no es por esto, no se explica lo que dicen y hacen, y en lo que se reafirman una y otra vez, erre que erre, ante las protestas de tanta gente que les ha protestado. Privada y públicamente.
Y me explico.
¿Qué sentido tiene que algunos obispos afirmen, ufanos, que han ido más allá del gobierno, y por eso han cerrado las iglesias y han dejado sin Sacramentos a sus propios hijos -los hijos de Dios-, y luego decir, y escribir, justificándose, con que el gobierno había prohibido el culto? Las dos cosas no pueden ser ciertas a la vez.
Yo, que llevo un tiempo -visto lo visto- con la mosca detrás de la oreja, no he encontrado otra explicación “lógica” más que esta: el gobierno no quería parecer más ogro de lo que es y “pactó” -es un decir- con los obispos para que estos cerrasen, ahorrándole al gobierno todo el bochorno. Y lo han hecho. El problema es que el bochorno se lo han llevado ellos, los obispos. Y bien crudo. ¿Quizá porque no les importaba, cosa que no creo… o porque estaban conchabados?
¿Qué sentido tiene -desde la Iglesia- que esté saliendo el obispo Omella, día sí y día también, repitiendo los mismos mantras que el Sánchez, un “enfermo” de tanta mentira? Ni que fuese Illa, o Simón, o la Calvo, o así. Y de gratis, supongo. El último, calentito, es que “no es hora de críticas, sino de unidad”. Casi suelta lo de “unidad de destino en lo universal”. Famoso.
¿Qué sentido tiene, si no hubiese tratos bajo la mesa camilla, que un par de días antes de comenzar la “desescalada”, saliese también Omella -está que se sale, sobre todo después del éxito rotundo de su retransmisión-, para “rogar” al gobierno -marxista, 100%-, que les “concediese” ¡por fa! abrir las iglesias y comenzar el culto CATÓLICO?
¿Desde cuándo la Iglesia Católica en España tiene que pedir permiso al gobierno para ejercer como Iglesia Católica? ¿Estaba haciendo méritos o probatinas para lo de “lo patriótico”?
Esto, ahora. Pero todas las cesiones en el tema educativo, por ejemplo, desde hace más de cuarenta años, son de hoy y de ayer. Y así podríamos seguir.
Pero creo que me he explicado lo suficiente.
Que haya gentes que no compartan esta visión, no es mi problema. También hay gente que te dice que ha leído la AL y le parece todo bien; y, por supuesto, le parece mal todo lo que yo he escrito al respecto, y que denuncia lo que está escrito y firmado ahí.
¿Tengo yo la culpa de que no se hayan enterado de lo que está escrito? ¿Tengo que quedarme a su altura? ¿No tengo libertad para, con argumentos y doctrina, ayudar a entender que eso no puede ser?
¿O es que lo de “el Papa es el Papa” es un salvoconducto para hacer y decir lo que quiera sin más historias? Pues los que opinan así, y se manejan así, convierten al CV I, que definió precisamente la “infalibilidad papal” como dogma de Fe, y la acotó a sus justos términos, como no podía ser de otra manera, lo tienen como herético. Y no creo que sea el caso.
Eso sí: “¿iglesia patriótica? No, gracias”. Pero me da que van por ahí los tiros. De genuino cuño marxista. Aunque también es muy probable que ni siquiera se den cuenta… O sí.
Amén.
Non mea Voluntas
En el mundo eclesiástico, como es lógico, nadie le va a llamar “marxismo” a todo este tinglado que se ha montado. Pero ahí está, por ejemplo, la “teología de la liberación”, marxista de la “a” a la “z” o de pies a cabeza, pretendiendo darle a la Iglesia, y desde dentro, un buen revolcón -de hecho, se lo ha dado-, en Alemania, Holanda, Bélgica, que es donde se ha cocido y sufragado el tema; y en América: de Méjico hasta Tierra de Fuego, ambos inclusive.
Y, especialmente, ahí está toda esa parafernalia de “diálogo”, “puertas abiertas”, “puentes y no muros”, “hospital de campaña”, amazonia y demás zarandajas… Que son de ahora, sí: recién horneadas; pero vienen de lejos: de los años sesenta, fruto maduro -después de sembrado, cultivado y defendido- de una cierta interpretación del CV II.
Es vergonzante ver -y comprobar- cómo algunos en la Iglesia Católica, han ido entrándole a todos y cada uno de los temas que el binomio marxismo-masonería (en loor y gloria del NOM, que es el que paga, y debe pagar muy bien) ha puesto sobre la mesa; temas con los que ha ido atizando el fuego, turbando mentes y conciencias, arrancando raíces morales y culturales de todos los pueblos, para dejar a la gente sin referentes de ningún tipo. Y tenerlos a su merced, aborregados e indefensos.
Pretendían -y lo han conseguido en grandes extensiones de la población mundial- dejar al HOMBRE a solas consigo mismo, sin relaciones, sin asideros, sin constantes antropológicas y, mucho menos, religiosas. Especialmente, respecto a la Iglesia Católica y al mundo que Ella fecundó y extendió por todo el orbe. Sin nadie a quién poder acudir. “Inventándose” a cada paso o sucumbiendo al ambientillo dominante en cada momento.
Porque si pretendes pensar y decidir por tí mismo, ese mismo ambiente y sus terminales te masacrarán inmisericordes. ¡Buenos son!
Un inciso: cuando uso la expresión de “la Iglesia Católica”, me refiero a su realidad en este mundo, la que hacen y hacemos todos los que la componemos, sea cual sea nuestro sitio en Ella. NO a la Iglesia instituida por Jesucristo, que es y será siempre Una, Santa, Católica y Apostólica. Cierro. Y vuelvo al tema.
La Iglesia Católica, sita en el “aggionarmento” y el “diálogo” -¡por qué sí, en ambos casos!-, pero abandonando su papel eminente de preservar la razón, sanándola y elevándola; de iluminar y formar las conciencias; de ser “el alma de la sociedad” y de sus instituciones, desde el matrimonio a la política, pasando por la ciencia, y todo lo humano. Con esos presupuestos y/o prejuicios, la Iglesia Católica perdió los papeles.
Cada vez que ha entrado a un tema nuevo, de los que le echaban sin descanso como cebo, la Iglesia se ha ido desvirtuando más y más. ¿Por qué?
Porque para “dialogar” con quien no está dispuesto a ceder en nada, no te queda más remedio, si quieres seguir “pareciendo” dialogante y que no te pongan el sambenito de “intransigente” -que es lo que se quiere demostrar: para eso echan carnaza- tienes que renunciar a tus propios presupuestos, valores, Credo, etc. En definitiva: si quieres dialogar con “el mundo”, por voz de sus políticos y mandamases, tienes que renunciar a Jesucristo: el mundo y los mundanos no soportan su voz: “no son sus ovejas”.
Y los jerarcas “mundanizados” o “asimilados”, tampoco: por eso se inventan lo que se inventan… menos llevar el Evangelio y los Sacramentos a sus ovejas.
Y es lógico lo que hacen los del binomio: no se puede tomar como referente un mundo y una sociedad “construida” -destruida-, “como si Dios no existiese”, para luego ir a “dialogar” con quien lo que debe hacer, por encargo divino, es poner a Dios como lo primero, porque ese es su sitio: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”: primer principio moral de la ley natural y, por tanto, de la misma Ley Divina.
Ellos, los del binomio marxista-masonería, no están locos: están subsumidos por la ideología, el odio a Dios y a sus obras, la primera de las cuales es el HOMBRE. Los que están locos son los que se llaman cristianos -hablo de los católicos- y lo primero que hacen es dejar a Dios en un rincón para “entenderse” -dialogar, dicen- con ese tipo de personas.
Pero eso sí: sin hacer el más mínimo “proselitismo”, que es y ha sido "el gran pecado" de la Iglesia de todos los tiempos, según voz autorizadísima. O sea: para un buen, provechoso y suculento “diálogo de besugos”. ¡Que aproveche!
Pero da la impresión, por lo que dicen y hacen nuestros señores obispos -con las poquísimas excepciones conocidas por todos y que “crecen” ante sus fieles conforme pasa el tiempo- que lo que añoran es convertirse en una auténtica “iglesia patriótica”, tipo otras que existen. Deben tenerles envidia; o deben desear convertirse en sus funcionarios… con sueldo, moscosos, trienios, vacaciones, prebendas, etc. Y una buena jubilación.
Porque, si no es por esto, no se explica lo que dicen y hacen, y en lo que se reafirman una y otra vez, erre que erre, ante las protestas de tanta gente que les ha protestado. Privada y públicamente.
Y me explico.
¿Qué sentido tiene que algunos obispos afirmen, ufanos, que han ido más allá del gobierno, y por eso han cerrado las iglesias y han dejado sin Sacramentos a sus propios hijos -los hijos de Dios-, y luego decir, y escribir, justificándose, con que el gobierno había prohibido el culto? Las dos cosas no pueden ser ciertas a la vez.
Yo, que llevo un tiempo -visto lo visto- con la mosca detrás de la oreja, no he encontrado otra explicación “lógica” más que esta: el gobierno no quería parecer más ogro de lo que es y “pactó” -es un decir- con los obispos para que estos cerrasen, ahorrándole al gobierno todo el bochorno. Y lo han hecho. El problema es que el bochorno se lo han llevado ellos, los obispos. Y bien crudo. ¿Quizá porque no les importaba, cosa que no creo… o porque estaban conchabados?
¿Qué sentido tiene -desde la Iglesia- que esté saliendo el obispo Omella, día sí y día también, repitiendo los mismos mantras que el Sánchez, un “enfermo” de tanta mentira? Ni que fuese Illa, o Simón, o la Calvo, o así. Y de gratis, supongo. El último, calentito, es que “no es hora de críticas, sino de unidad”. Casi suelta lo de “unidad de destino en lo universal”. Famoso.
¿Qué sentido tiene, si no hubiese tratos bajo la mesa camilla, que un par de días antes de comenzar la “desescalada”, saliese también Omella -está que se sale, sobre todo después del éxito rotundo de su retransmisión-, para “rogar” al gobierno -marxista, 100%-, que les “concediese” ¡por fa! abrir las iglesias y comenzar el culto CATÓLICO?
¿Desde cuándo la Iglesia Católica en España tiene que pedir permiso al gobierno para ejercer como Iglesia Católica? ¿Estaba haciendo méritos o probatinas para lo de “lo patriótico”?
Esto, ahora. Pero todas las cesiones en el tema educativo, por ejemplo, desde hace más de cuarenta años, son de hoy y de ayer. Y así podríamos seguir.
Pero creo que me he explicado lo suficiente.
Que haya gentes que no compartan esta visión, no es mi problema. También hay gente que te dice que ha leído la AL y le parece todo bien; y, por supuesto, le parece mal todo lo que yo he escrito al respecto, y que denuncia lo que está escrito y firmado ahí.
¿Tengo yo la culpa de que no se hayan enterado de lo que está escrito? ¿Tengo que quedarme a su altura? ¿No tengo libertad para, con argumentos y doctrina, ayudar a entender que eso no puede ser?
¿O es que lo de “el Papa es el Papa” es un salvoconducto para hacer y decir lo que quiera sin más historias? Pues los que opinan así, y se manejan así, convierten al CV I, que definió precisamente la “infalibilidad papal” como dogma de Fe, y la acotó a sus justos términos, como no podía ser de otra manera, lo tienen como herético. Y no creo que sea el caso.
Eso sí: “¿iglesia patriótica? No, gracias”. Pero me da que van por ahí los tiros. De genuino cuño marxista. Aunque también es muy probable que ni siquiera se den cuenta… O sí.
Amén.
Non mea Voluntas
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