jueves, 30 de abril de 2020

BERGOGLIO RESCATA FINANCIERAMENTE A PROSTITUTAS TRANSEXUALES SIN 'CLIENTES' CALLEJEROS

El papa Francisco presuntamente proporcionó ayuda financiera "inmediata" a un grupo de transexuales que ya no podían mantenerse de "clientes en la calle" en medio del encierro del coronavirus en Italia.

"En el apogeo de la emergencia del coronavirus, un grupo de transexuales, casi todos latinoamericanos, llegaron a la iglesia", dijo Don Andrea Conocchia, el párroco de Torvaianica, no lejos de Roma, al periódico italiano Il Fatto Quotidiano.

"Pidieron ayuda porque con el virus ya no tenían clientes en la calle", continuó Don Andrea.

Según Il Fatto Quotidiano, el sacerdote "no se dejo vencer por los prejuicios, sino que fue inmediatamente conquistado por la solidaridad de esta comunidad transexual que compartió el alquiler y ayudó tanto como pudo".

El grupo de prostitutas transexuales se acercó al papa Francisco, a través del Almoner Papal, el Cardenal Konrad Krajewski. 


"La respuesta de Francisco fue inmediata", informó el periódico.

El Almoner Papal es responsable de las obras de caridad realizadas en nombre del Santo Padre.

Krajewski "inmediatamente trajo personalmente toda la ayuda necesaria" a Torvaianica.

Krajewski le dijo a Corriere della Sera que los transexuales "Tal vez tienen problemas con los documentos y no pueden solicitar subsidios". Dijo que otras parroquias también han reportado problemas similares al tratar de atender las necesidades de las "prostitutas" que ya no tienen nada para comer.

El cardenal Krajewski causó cierta controversia en 2019 después de violar la ley para volver a conectar la electricidad a un edificio ocupado por inmigrantes ilegales, donde la electricidad se había cortado debido a facturas de electricidad pendientes de aproximadamente 300,000 euros. Por un lado, el edificio era conocido por albergar a numerosas familias con niños pequeños. 


Por otro lado, también se sabía que allí se organizaban fiestas rave. Uno de los grupos que organizaron los raves, LaRoboterie, se describió a sí mismo como "tecno, queer, gay, lesbiana y transexual". Krajewski bajó por una boca de inspección y rompió un precinto para volver a conectar los disyuntores eléctricos del edificio. Defendió el acto como un "gesto humanitario" destinado a proteger a las familias que viven allí.

Los transexuales expresaron su gratitud al papa Francisco en un mensaje de audio: “¡Muchas gracias al papa Francisco! Que Dios te bendiga, ¡gracias por todo! ¡Mil bendiciones! ¡Que la Virgen te proteja!”


Life Site News

PRECEPTO DOMINICAL: ¿PURA LEY POSITIVA DEROGABLE O COSTUMBRE JURÍDICA DE LA IGLESIA?

“La Iglesia, por una tradición apostólica que trae su origen (originem ducet) del mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que es llamado con razón “día del Señor” o Domingo. En este día, los fieles deben reunirse (in unum convenire debent), a fin de que escuchando la palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recuerden la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús” - (Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 106).

Desde hace días que, a raíz del famoso COVID-19 anda dando vueltas la idea de que el precepto de la Iglesia que manda “oír misa todos los domingos y fiestas de guardar”, podría caer al tratarse de “una mera reglamentación positiva” de la Iglesia en Occidente (el precepto no corre para los ortodoxos)[1].

Y hay que decir que, a nivel de principio, en cuanto que la ley canónica puede ser modificada, sería correcto; sin embargo, la cosa no es tan sencilla como parece pues, análogamente a lo que sucede con el celibato sacerdotal (otra aparente mera “ley de la Iglesia” sobre la cual ya hemos tratado en nuestro sitio) la asistencia a Misa en el Dies Domini, (“día del Señor”) se encuentra férreamente instaurada en la tradición apostólica y patrística.

Han sido ciertos teólogos modernos quienes, viendo quizás que la famosa “primavera de la Iglesia” tardaba en llegar para los católicos del siglo XX, comenzaron a decir que el precepto, estando en desuetudo, podría modificarse. Como Rahner, por ejemplo:

“El precepto dominical es una ley eclesial positiva, que naturalmente se puede interpretar como realización concreta de la relación que tiene la vida cristiana con la Eucaristía. Pero como tal, sigue siendo un precepto de la Iglesia y nada más. Este precepto está sometido a las exégesis y a las observaciones que cabe hacer de todas las reglamentaciones humanas. Es un precepto que puede ser derogado, tanto por un acto expreso del legislador como por una costumbre contraria que se considera legítima en la conciencia moral del pueblo (o de la mayor parte de éste)” [2].

Traducido: si la gente ya no va a misa, entonces, ¡chau precepto!

Siguiendo la postura rahneriana, podríamos también decir que, dado que la gente ya no colabora con las necesidades de la Iglesia, ¡chau colecta! O como es difícil mantener la palabra, ¡chau fidelidad! O, más aún, como es complejo, en los tiempos que corren, acercarse a comulgar, ¡chau Eucaristía!

Es verdad que una cosa es un mandamiento (inderogable per se) y otra un precepto, pero el punto está en saber ¿de dónde viene el precepto de “oír misa todos los domingos”?

Pero vayamos por partes.

1. Los orígenes del precepto

La primera forma históricamente constatable de una reglamentación acerca de la misa dominical podríamos encontrarla en los escritos pastorales del siglo I (y conste que no hablamos aquí de un “precepto legal positivo” sino de una obligación comunitaria clara y estable de los primeros cristianos). En la Iglesia primitiva, se buscaba siempre “encontrarse juntos para la misma cosa” (cfr. l Co 11, 20; 14, 23; cfr Hch 1,15; 2,1.44.46.47, etc.); ese “synerchesthai”, (“estar en compañía”, “ir juntos”, en griego) era el término corriente para expresar la reunión oficial de la asamblea de los ciudadanos a la que se le añadía la expresión epi to autò (“para ello”, “para lo mismo”).

Al mismo tiempo, cuando la Iglesia primitiva usaba las palabras “collecta” (reunidos) y “coetus” (en comunidad), entendía encontrarse juntos oficialmente ante el Señor, de allí que “collecta” y “dominicum” (“en –las cosas– del Señor”) fuesen entendidos como términos inseparables e incluso intercambiables, como lo demuestran las declaraciones ante el tribunal de los mártires de Abitinae (304).

En el tiempo inmediatamente postapostólico, la fórmula epi to autó es usada en la carta de San Clemente (34,7) [3] y en el Pseudo Bernabé (4,10) con carácter de reunión comunitaria litúrgica obligatoria. Pero el que más expresamente insiste sobre la obligatoriedad de esta reunión es San Ignacio de Antioquía (310) quien advierte que “quien no viene epi to autó está poseído por la soberbia y ya se ha juzgado a sí mismo” (Eph 13, l; Mag 7,1; Philad 6,2; 10,1).

Algo análogo dice San Justino en un texto memorable:

“En el día que nosotros llamamos domingo, nos reunimos todos en las ciudades y en el campo para la celebración comunitaria” (Justino, Apol I 67, 3;67,7).

La Didaskalia siria (compuesta alrededor del año 250) apoya el desarrollo de esta idea cuando exhorta a los obispos:

“Cuando tú enseñes, ordena y exhorta al pueblo a estar siempre presente en la reunión de la comunidad y a no faltar nunca. Que se reúnan siempre y que no reduzcan la reunión, pues el cuerpo de Cristo quedaría así privado de un miembro… Pues ¿qué excusa podrá dar ante Dios aquel que en este día del Señor no viene a la reunión para escuchar la palabra salvadora y dejarse nutrir por la comida que permanece eternamente?”
La fuerza de la disciplina dominical en la iglesia primitiva se basaba, ante todo, en el principio de la comunidad para el servicio de Dios, cuya obligación era obvia: estar como miembros de Cristo con la Cabeza.


2. El domingo, día señalado

Ya desde el principio del cristianismo, las comunidades apostólicas se reunían en un día preciso en el que “nos encontramos juntos en comunidad” para “la fracción del pan” (Hch 20,7) o también, para “celebrar la cena del Señor” (1 Co 11,20; cfr. 10,16).

¿Y qué día era ese? “El primer día de la semana estando nosotros reunidos para la fracción del pan” (Hch 20,7), expresión que ha pasado a constituir una fórmula fija y clara de la praxis litúrgica dominical. El mismo San Pablo, ya converso, luego de pasar siete días con sus compañeros en Troas, escogió precisamente “el primer día de la semana” para celebrar la Eucaristía con los cristianos de aquel lugar y así también lo escribía cada vez que quería referirse a ese día: “cada primer día” (1 Co 16,2), indicando que este primer día era ya una fecha regular en la vida de la comunidad primitiva.

“Pero…”, podría preguntarse uno: “¿por qué el domingo y no el sábado de los judíos o el día de Saturno de los paganos, o los jueves que fue el día en que se instituyó la Eucaristía, al final de cuentas?” Porque luego de los primeros acontecimientos pascuales, la Iglesia consideró siempre al domingo como el indicado por el mismo Señor, siendo ese día el glorioso “primer día” de la Resurrección.

Así, la celebración eucarística del Señor es de tal modo considerada como punto central y existencial del día del Señor, que es impensable la reunión dominical sin celebración de la cena del Señor, como lo señala nuevamente San Ignacio de Antioquía (110) al escribir a los Magnesios diciéndoles que los cristianos “no observan ya el sábado, sino que viven según el día del Señor, en el cual nuestra vida se ha transformado a través de él y de su muerte” (Mag 9,1).

Hasta aquí entonces, un poco de historia.

Pero… ¿de dónde procede el carácter de obligación que encontramos unido al domingo en los tres primeros siglos?


3. La obligatoriedad del domingo

Según los estudiosos de la historia de la liturgia, el origen de la participación al culto dominical cristiano no se remonta a la obligación del día de reposo judaico, sino más bien a la llamada reunión comunitaria cristiana que solía celebrar el “memorial del Señor” en el “día del Señor”.

No se concebía por entonces el recordar al Señor sin estar juntos en el día de su Resurrección, momento de victoria sobre la Muerte y, por ende, no era necesario precepto eclesiástico alguno para recordarlo (algo similar a lo que sucede hoy, como dijimos más arriba, con los ortodoxos). Al menos, en los primeros tres siglos.

Con el correr de los siglos y al ir enfriándose el fervor inicial, corroborado con la sangre de los mártires, comenzarán a surgir ciertas manifestaciones “canónicas” a fin de exhortar más vivamente a no dejar de lado esa costumbre que, por la costumbre, era ya ley (como puede verse, por ejemplo en el sur de España o en Siria, donde ya había comunidades cristianas arraigadas).

Ejemplo de ello es el famoso caso discutido en el Sínodo de Elvira (306) donde se amenazaba con la exclusión oficial de la comunidad del altar a un miembro de ésta que, habitando en la ciudad episcopal (y por ende sin motivos reales para dejar la asistencia a Misa) había permanecido lejos de la reunión dominical más de tres semanas.

Lo mismo dígase de los mártires de Abitina (304), condenados por haber sido sorprendidos en casa de un sacerdote, Félix, mientras, contrariamente al edicto de Diocleciano, asistían a la misa dominical quienes, para expresar su absoluta fidelidad al día del Señor, usaron una forma de confesión simple y al mismo tiempo vigorosa:

“Quia lex sic iubet, lex sic docet” (“así lo manda la ley; así lo enseña”); “sine dominico esse non possumus…” (“no podemos estar sin el domingo”) (…). “Somos cristianos, no podemos hacer otra cosa sino guardar la santa ley del Señor hasta el derramamiento de sangre (…). ¿No sabes que ‘dominicum’ y ‘christianus’, ‘christianus’ y ‘dominicum’ son la misma cosa?”.

La asistencia a la misa dominical era, sino una ley, un grave deber que los cristianos fervientes observaban aun con peligro de la vida.

Después del siglo V la disciplina se precisará con numerosos concilios que reclamarán el deber de participar en el día del Señor.

Así, el concilio de Agde (506), bajo la presidencia de San Cesáreo de Arles, insiste en la obligación de oír la misa entera, es decir, desde las lecturas hasta que el obispo, dicho el Pater noster, impartía a los presentes la solemne bendición que, según el uso galicano, precedía inmediatamente a la sagrada comunión, bajo pena de azotes o multa pecuniaria a beneficio del fisco y de la Iglesia… Otros más suaves, como el penitencial de Milán, castigaban a los transgresores a tres días de pan y agua.

Ya más cerca de nuestros días, tanto el Catecismo de Trento y como el actual, enseñan lo que, la costumbre, había convertido en ley.

– El Catecismo Romano (1566): «no puede existir motivo para ser negligentes y perezosos en el cumplimiento de una obligación, que no podemos quebrantar sin gravísima culpa» (parte III, cp. IV) (Cf. Catecismo de San Pío X, 1905, explicación del IIIº mandamiento de la ley de Dios).

– Catecismo de la Iglesia Católica: «los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio. Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave» (nro. 2181).

* * *

Como hemos podido ver a lo largo de la historia, aunque el precepto dominical no haya sido siempre una ley positiva de la Iglesia que mandara cumplir con el tercer mandamiento de la Ley de Dios (“santificar las fiestas”), sí ha sido una costumbre ininterrumpida y, como tal, fuente del verdadero derecho positivo que no podría ser despreciada así como así, sin romper con dos mil años de tradición católica.

Mayor cautela entonces al hablar de la historia…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

Sacerdote, abogado, Dr. en Filosofía, Dr. en Historia



[1] Los católicos apostólicos romanos de rito oriental están obligados (cfr. Orientalium Ecclesiarum, 15).

[2] Cfr. Adolf Knauber, “Aus apostolischer Überlieferung” (Const. Lit., 106). Zur Frühgeschichte der sontäglichen Eucharistieverpflichtung”, Theologie und Glaube, 63 (1973) 308-321. Nos inspiramos en sus palabras para lo que sigue (extractos de su texto pueden verse AQUÍ).

[3] Los números entre paréntesis refieren, en estos casos, a las cartas.


Que no te la cuenten…



miércoles, 29 de abril de 2020

LA ONU, ALARMADA POR LA FALTA DE ACCESO A LOS ANTICONCEPTIVOS DURANTE LA PANDEMIA

La Organización de las Naciones Unidas ha avisado de que «en apenas los próximos meses» siete millones de mujeres tendrán embarazos no deseados durante la pandemia del coronavirus Covid-19 debido a la incapacidad para obtener anticonceptivos.

En concreto, según el organismo internacional, si las órdenes de confinamiento se mantienen durante seis meses, 47 millones de mujeres en países de renta media y baja no tendrán acceso a anticonceptivos modernos.

En este contexto, si las cuarentenas por el coronavirus permanecieran un año, podría haber hasta 15 millones de embarazos no deseados.


EP/InfoCatólica

LA EXTRAÑA ‘REVOLUCIÓN’

No recuerdo en cuál de sus incontables entrevistas dijo Su Santidad que le encantaba que le llamaran ‘revolucionario’ lo que, según en qué época o en qué acepción podría dejar petrificados a muchos oyentes.

Por Carlos Esteban

Supongo que cada era, cada generación, tiene un concepto -mejor: una imagen mental- distinto de “revolución”. En los albores del siglo XIX sería una palabra que haría temblar, de expectativas o de terror, según el caso, aún fresca la abundantísima sangre derramada por el Terror de la guillotina. A partir de finales de los sesenta del pasado siglo, en cambio, tendría más el sentido de difusa revuelta juvenil, de Mayo del 68 o de la Revolución Sexual. Quitando la trivialización absoluta del término en nuestros días (“Detergente X: una revolución en la limpieza”), esa última es la que queda hoy, la de revuelta, desobediencia pasiva, resistencia a lo establecido.

Por eso resulta extraño que el ‘papa revolucionario’ se alinee siempre, llegado el momento, con la autoridad secular fuerte. Hace algún tiempo nos sorprendió -me sorprendió, al menos- pidiéndonos que obedezcamos a la ONU, un organismo con nula representación popular que lleva décadas liderando los esfuerzos contra todo lo que representa y ha representado la Iglesia Católica. Ayer nos sorprendía (ya menos, es cierto) contradiciendo a la Conferencia Episcopal Italiana -que en ocasiones se ha mostrado más papista que el papa- pidiendo de nuevo que acatemos mansamente el arbitrio de nuestros gobernantes, frente a los obispos indignados con el retraso del culto público. Ahora, por segunda vez, nos pide que recemos por la unidad de la Unión Europea, de la que puede decirse lo mismo que de la ONU en cuanto a principios. ¿Por qué debemos los católicos rezar por la ‘unidad’ de una estructura política, cuanto menos, cuestionable? ¿Es inmoral desear, por el contrario, que se disuelva? ¿Había que rezar en su día por la unidad de la Unión Soviética?

No entro ahora en absoluto en disquisiciones sobre si es bueno o malo mantener la UE. Pero me parece evidente que no es en absoluto ‘de fide’ que sea otra cosa que un arreglo político, coyuntural, del que se puede ser apasionadamente partidario o detractor sin oponerse a la doctrina católica. En todo caso, es un poder establecido y universalmente aplaudido por los medios en manos de los hombres más poderosos del planeta.

Las opiniones políticas de Pedro no deberían alterarnos a los católicos, salvo que se opongan frontalmente a la doctrina, en un sentido o en otro, ya que no entran en absoluto en su función magisterial o pastoral. Uno, ciertamente, preferiría que se las guardase para sí, ya que puede prestarse a confusión para los más sencillos, que se pierden en las sutilezas del concepto de infalibilidad papal y en su autoridad jurisdiccional. Y, sin duda, también esperaríamos muchos que, de hacerlo, no fuera tan a menudo que más pareciera un líder político que ese otro ‘título histórico’: Vicario de Cristo. Pero, en cualquier caso, definir su actitud de ‘revolucionaria’ se presta a la más absoluta ambigüedad, como tantas otras cosas en este pontificado.


InfoVaticana


martes, 28 de abril de 2020

LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA, ALMA DEL CAMINO DE SANTIDAD

Kyrie Iesu, eleison me!
Señor Jesús, ten piedad de mi!

La oración es para el hombre el más grande de los bienes, decía Dom Prospero Gueranger, fundador y Abad de Solesmes. Todos aquellos que buscamos la unión con Dios como fin único de nuestra vida, estamos implicados en este camino grandioso y por momentos, terrible. En cierto sentido, la oración es el alma de nuestra vida, de nuestra existencia. Si el Vat. II en SC define la Sagrada Liturgia como la cima y la fuente de toda la vida de la Iglesia…, la Santa Misa, la renovación incruenta del único Sacrificio de Cristo en el Calvario, el memorial de su Pasión, muerte y resurrección, debe ser vivido en un clima de oración contemplativa que nace y conduce a la unión con Dios.

En la Orden cartujana se tenía conciencia viva que había que iniciar al novicio en el arte de la oración. No era sólo cuestión de lanzarse al agua y rezar, sin tener conocimiento del camino a realizar. Hay múltiples peligros en este camino de misterio, tal vez el único que vale la pena ser recorrido en esta vida. De aquí la necesidad de un padre espiritual que pueda alentar, corregir, guiar.

Las almas son como las flores de los campos, de una variedad asombrosa. Cada una con su belleza. Cada una lavada por la Sangre del Cordero. Cada una con su pecado y su camino de purificación y expiación. Por tanto, el camino de la oración de cada una es, tal vez, único. Pero eso no obsta que existan elementos comunes a todos los caminos,así como espiritualidades más específicas por donde adentrarse en este camino de “oscuridad luminosa” de las virtudes teologales.

Los métodos tiene su valor muy relativo. Los verdaderos maestros espirituales lo saben. Lo verdaderamente importante es entrar en la Escuela del Espíritu Santo. Aprender a dejarse guiar por Él, entrando de lleno en el camino de los dones del mismo Santo Espíritu (cf. Iraburu, Por obra del Espíritu Santo). Eso requiere una purificación profunda del alma, en la cual la acción de la gracia tiene la primacía absoluta, y con ella el sufrimiento unido a la Cuz de Cristo.

Paso a citar un texto de un autor que es un verdadero maestro espiritual, Teófano el Recluso, como sabemos,obispo que vivió entre los años 1815-1894 y luego a partir de 1867, siguiendo un llamado se hizo recluso, desde donde despliega una paternidad espiritual admirable y fecunda. Él tuvo numerosos dirigidos. El texto va dirigido a una monja, pero es válido para cualquier persona que esté implicada en un camino de santidad.


“A menudo os hablé, mi querida hermana, del recuerdo de Dios, y os lo repito todavía una vez: si no trabajáis con todas vuestras fuerzas para imprimir en vuestro corazón y en vuestro pensamiento ese nombre temible (el nombre de Jesús), vuestro callar es vano, vana vuestra salmodia, inútiles vuestro ayuno y vuestras vigilias. En una palabra, toda la vida de una monja es inútil sin el recogimiento en Dios, que es el comienzo del silencio mantenido por amor a Dios, y es también el fin. Ese nombre muy deseable, es el alma de la quietud y del silencio. Su recuerdo nos da alegría y felicidad, por él obtenemos el perdón de nuestros pecados y la abundancia de virtudes. Sólo se puede encontrar ese nombre muy glorioso en el silencio y la calma. No se puede llegar a él de ninguna otra manera, ni siquiera mediante un gran sufrimiento. Es por ello que, conociendo el poder de este consejo, yo os pido insistentemente, por el amor de Dios, que estéis siempre en paz y silencio, pues esas virtudes alimentan en nosotros el recuerdo de Dios” - Arte de la oración, p 104,Ed. Lumen.

La oración es don y misterio. Todo lo que nosotros hagamos, igual que en nuestra vida espiritual, siempre bajo el imperio o la moción de la gracia, es la parte activa. Con ello no lograremos alcanzar la oración propiamente dicha contemplativa. Pero nos predispone al don. Es un anuncio que Dios quiere dárnosla.

Sin silencio interior, sin paz, sin unidad de la mente y la voluntad o el corazón, no habrá verdadera oración contemplativa. San Benito lo resume citando el salmo 33: busca la paz y síguela.

Mater mea, totus tuus semper!

Madre mía, tuyo por siempre!



Schola Veritatis


REUNIÓN INFORMATIVA DE LA COMISIÓN DE MUJERES DE DIPUTADOS: VIOLENCIA CONTRA LA MUJER


Subieron las consultas por “violencia de género”, pero bajaron las denuncias. Fuerte cuestionamiento por la liberación de presos con antecedentes de violencia contra la mujer. El número de femicidios se mantiene estable a lo largo de los años.

La flamante “comisión de Mujeres y Diversidad”, que preside la diputada Mónica Macha (FdT, BsAs) se reunió virtualmente ayer con Elizabeth Gómez Alcorta, “Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad”.

Al inicio de la reunión, Gómez Alcorta describió las medidas que el Ministerio que encabeza está llevando a cabo durante esta crisis.

Destacó que las consultas a la Línea 144 aumentaron un 40% en relación al mes previo a la emergencia, enfatizando que es una línea de consultas, no de denuncias y que las últimas no se incrementaron, por el contrario “bajaron en todo el país”. “El promedio de esas consultas anónimas es de 334 diarias. El 97% de esas llamadas -que en total son 10.351- fueron por violencia doméstica y la casi totalidad de las consultas estaban vinculadas a violencia psicológica. Un 73% se refería a violencia física y un 35% a violencia económica. Por otro lado en el 48% de las consultas el agresor es una ex pareja y en el 44% la actual pareja”. Añadió que en ese marco se incorporaron 20 operadores a la línea y se lanzaron campañas publicitarias en la televisión y en los medios de transporte.

Recordó que han dictado una Resolución para que se pueda salir a denunciar “violencia de género” porque es un caso de “fuerza mayor”.

Pensamos que es correcto disminuir las poblaciones carcelarias en el marco de la emergencia de acuerdo a muchas recomendaciones internacionales de organismos de derechos humanos –manifestó Gómez Alcorta- pero llamamos la atención para que en estas medidas -que se toman en clave de política criminal- se tuviera especialmente en cuenta a aquellas personas procesadas por delitos de “violencia de género” o delitos contra la integridad sexual. En esos casos pedimos que, de resolverse favorablemente, se tomaran los recaudos para la seguridad de las víctimas. En cuanto al acceso a la justicia en el marco de la emergencia las más de las provincias ya implementaron mecanismos para que se puedan hacer denuncias virtuales”.

En el momento de las consultas muchas de las diputadas presentes hicieron hincapié en las domiciliarias otorgadas a personas detenidas por “violencia de género”. Y pidieron mayores detalles.

Así por ejemplo Ingrid Jetter (PRO, Ctes.) destacó que el juez de casación bonaerense Victor Violini -que participa de la mesa de diálogo con los detenidos junto a otros funcionarios del Ministerio de Justicia en la provincia de Buenos Aires- le otorgó recientemente la prisión domiciliaria a 2.300 presos. “Un violador quedó libre y fue a vivir a una casa que queda a pasos de la casa de su víctima en Bernal, otro violador liberado -considerado formalmente en el grupo de riesgo porque tiene más de 60 años- es un abuelo que había violado a su nieta y volvió a vivir a la casa donde vive esa nieta ¿Quién está más seguro la víctima o el preso que salió por el coronavirus?” Dijo que esta situación fue alertada por muchos jueces, uno de ellos la jueza Julia Márquez que en nota al presidente de la Corte bonaerense dio el ejemplo de un condenado por lesiones agravadas a su pareja en un caso de “violencia de género”, que fue liberado en pocas horas sin verificar a dónde iba a vivir y sin estar en ningún grupo de riesgo.

María Rosa Martínez (FdT, BsAs) preguntó qué proyectos son prioritarios en el marco de la emergencia y anticipó que están trabajando en la ley cupo laboral trans.

Romina Del Plá (PO, BsAs) expresó que se incrementaron las denuncias pero que no hay en paralelo una acción efectiva de protección de parte del Gobierno.

Gabriela Estévez (FdT, Cba.) preguntó si esta nueva actitud de tratar de separar al agresor del contexto familiar y permitirle a la mujer quedarse en su casa junto con sus “hijes” podría incorporarse a la Guía de recomendaciones que el Ministerio envía los gobiernos provinciales y municipales.

Sofía Brambilla (PRO, Ctes.): quiso saber si el personal que atiende la Línea 144 se incrementó en forma proporcional al aumento de las llamadas y solicitó un mapeo de violencia por provincias.

Claudia Najul (UCR, Mza.): pidió conocer los reclamos de las mujeres que llaman a Línea 144 y expresó su preocupación por las domiciliarias otorgadas a los detenidos por “violencia de género”. “¿Hay aumento de embarazo adolescente?”. “¿Se está accediendo a los anticonceptivos?”

Mara Brawer (FdT, Ciudad de BsAs): consultó sobre las denuncias por violencia hacia niños y niñas.

Enrique Estévez (PS, Sta.Fe): manifestó particular preocupación por la situación económica de las madres solteras que son sostén de hogar y tienen trabajos informales, por la población LGBT -en particular las personas trans- y por los trabajadores sexuales que tampoco pudieron ingresar al IFE. Preguntó si está previsto un protocolo único a nivel nacional para abordar las situaciones de violencia en el marco de este aislamiento social obligatorio.

Adriana Cáceres (PRO, BsAs): recordó que varios diputados de su Interbloque presentaron un proyecto para crear un “comité de crisis con perspectiva de género” y le consultó a la Ministra si van a contar con su apoyo.

Lucila Masin (FdT, Chaco): comunicó su inquietud por la atención de mujeres con discapacidad –particularmente la de las mujeres sordas- y mujeres indígenas. Preguntó si hay posibilidad de articular un Comité nacional para las personas LGBT.

Gabriela Lena (UCR, E.Ríos): demandó que la Resolución del Ministerio de las Mujeres que autoriza a salir para hacer la denuncia por violencia de género no le permite a la mujer ir acompañada. Y preguntó si el Ministerio está articulando medidas con el Plan ENIA, de reducción del embarazo adolescente.

Flavia Morales (Frente de la Concordia Misionero): destacó lo que le cuesta a la víctima llegar a hacer la denuncia y preguntó si hay posibilidad en las actuales circunstancias de reformar la ley penal o procesal penal para darle mayor protección a las mujeres. Propuso un rigorismo en cuanto a los certificados psicológicos y psiquiátricos a los agresores para que no puedan otorgarle la libertad a los presos sin esos certificados.

Jimena López (FdT, BsAs): preguntó en qué consiste el programa “cuarentena con derechos” y cómo se pueden generar mejores condiciones para que los empleadores cumplan con sus obligaciones para con las empleadas domésticas.

A la hora de dar respuestas, Gómez Alcorta remarcó que las consultas por violencia de género aumentaron (40%), no así las denuncias, que anejan la intervención de la policía o el poder judicial.

Destacó que el único registro de información nacional y oficial de femicidios es el de la CSJN. El problema de este registro, dijo Gómez Alcorta, es que da datos a año vencido y añadió que lo que indican esas cifras es que es un fenómeno persistente que se mantiene, “son guarismos similares a lo largo de los años”. Afirmó que los datos de los observatorios indican que el número de femicidios en el marco de la pandemia es parecido a los del año pasado para la misma época.

Sobre la tan criticada liberación masiva de presos, que el presidente avaló, replicó que: “No hay un plan del Ejecutivo para la liberación masiva de presos”. “Sí hay una clara de decisión de los poderes judiciales, que son los dan la libertad y la preocupación que manifestaron varias diputadas es también la nuestra”. “En particular en la provincia de Buenos Aires puedo afirmar -porque nos hicieron llegar el dictamen- que la subsecretaría de política criminal de esa provincia le pidió encarecidamente al procurador general que no libere a nadie condenado por delitos contra la integridad sexual”.

En relación al embarazo adolescente comentó que no se puede medir en tan corto plazo pero que en materia de anticonceptivos la Dirección de Salud Reproductiva del Ministerio de Salud le aseguró que hay anticonceptivos suficientes para toda la pandemia. Y aclaró que la línea 144 deriva las consultas sobre niñas y adolescentes a la Línea 102.

Explicó que hay una subsecretaría de Estado de la Diversidad y que están trabajando en un programa de “ampliación de derechos para personas trasn” que incluye el cupo laboral trans y la protección en casos la violencia institucional.

Con respecto a la ley de ESI relató que están articulando acciones con el Ministerio de Educación. Informó que ahora Educación entrega cuadernillos con el título “Seguimos educando” para niños desde los tres años hasta el final del secundario -que complementa con una enorme cantidad de horas en televisión y radio- que incluyen transversalmente contenidos de ESI. Pero que vienen trabajando con ese Ministerio para sacar un módulo específico de ESI.

NOTIVIDA

Editora: Lic. Mónica del Río



lunes, 27 de abril de 2020

LA CALABAZA: UN SIGNO DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO Y LA PENITENCIA DEL HOMBRE

El lirio, la granada, la palma y, por supuesto, el huevo son símbolos bien conocidos de la Resurrección. No así la humilde calabaza. Sin embargo, creo que los lectores ahora sabrán cómo se ganó su lugar en la simbología de la Cuaresma y la Resurrección.

Por Marian T. Horvat


La manzana junto a la calabaza

Madonna con el niño (Crivelli)
La manzana en la parte superior derecha, la calabaza en la parte superior izquierda - Pecado y resurrección

En muchas pinturas medievales y renacentistas, encontramos la manzana que representa el pecado y la caída del hombre junto con su antídoto, la calabaza, que representa la Resurrección de Cristo, que redimió al hombre caído de la muerte del pecado. Es el triunfo de la salvación sobre la condenación, fácilmente reconocible y entendido por los hombres católicos del pasado a través de símbolos.

De hecho, Crivelli utilizó el motivo de la calabaza y de la manzana con tanta frecuencia en sus pinturas, que se le ha llamado su "motivo distintivo". En el título de su pintura de 1486 “La Anunciación con San Emidio”, encontramos la calabaza y la manzana en la base, representando nuevamente la Caída y la Redención que se ganará para la humanidad a través del fiat de Nuestra Señora.

“La Anunciación con San Emidio” - Crivelli


El hombre moderno comprende fácilmente por qué la manzana representa la caída del hombre. Pero, ¿por qué la calabaza sería un signo de la redención del hombre?


La calabaza asociada con Jonás, una prefigura de Cristo

Por asociación, la calabaza estaba vinculada a Jonás, una prefigura de Cristo del Antiguo Testamento. Aquí está la historia bien conocida:

Dios le dijo a Jonás que fuera a Nínive (en la actualidad, Irak) para profetizar la destrucción de la ciudad y de todos sus habitantes por su idolatría y sus malos caminos. Tratando de escapar de la misión divina, Jonás tomó un barco que navegaba hacia Tarsis. Durante el viaje surgió una gran tormenta, y Jonás fue arrojado al océano donde fue tragado por una ballena. Permaneció tres días y tres noches en su vientre, y luego, el gran pez expulsó al profeta a la costa.


Jonás debajo del árbol de calabaza
En Mt 12:40, Cristo dice: “Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra”. Así, Jonás se convirtió en un símbolo para los católicos de la resurrección de Cristo.

Dios le ordenó nuevamente a Jonás que fuera a la gran ciudad de Nínive y advirtiera a la población que Dios destruiría su ciudad en 40 días, una orden que cumplió debidamente. El Rey y el pueblo de Nínive hicieron caso a su advertencia y expiaron, hicieron actos de sacrificio y oración, y Dios salvó la ciudad.

Jonás, que se había retirado de la ciudad y esperaba el castigo sobre Nínive, estaba disgustado por la misericordia que Dios le mostró a Nínive. Cansado y debilitado bajo el ardiente sol del desierto, encontró un respiro debajo de una planta de calabaza que Dios hizo crecer durante la noche para proporcionarle la sombra necesaria.

Al día siguiente, un gusano atacó la planta, haciendo que se marchitara y dejando a Jonás más angustiado aún. Entonces Dios reprendió a Jonás por estar molesto por la pérdida de la planta de calabaza que "surgió en un día y se perdió en un día", algo trivial en comparación con la pérdida de las 120.000 vidas de los ninivenses.

En lugar de entristecerse por la misericordia de Dios, Jonás debería haberse regocijado de que se salvaron porque escucharon sus advertencias. La calabaza representa la nueva vida que disfrutaría la gente de Nínive después del arrepentimiento y la liberación de la destrucción. El gusano es la amargura de Jonás por la salvación de sus enemigos.

Desde los primeros siglos encontramos en muchas catacumbas pinturas de la historia de Jonás siendo arrojado a la orilla por la ballena y luego descansando bajo un arbusto cubierto de calabazas de forma alargada en una colina a las afueras de Nínive. Además, Jonás, que fue reprendido por medio de una enredadera de calabaza, a veces es identificado entre los profetas con una calabaza.


Penitencia en nuestra peregrinación terrenal

La Iglesia colocó “la lección de Jonás, el Profeta” (Capítulo III) en la Epístola del lunes en la semana de la Pasión para recordar a los católicos la naturaleza transitoria de los placeres terrenales y la importancia de la perseverancia en nuestras penitencias y mortificaciones.


Bastones de conchas y calabazas para peregrinos en el camino a Santiago
El arbusto de calabaza que creció con muchos frutos en sólo una noche por orden de Dios para consolar a Jonás, también se marchitó en un día. Esto nos recuerda que, aunque debemos tener confianza en la bondad de Dios, tampoco podemos olvidar que los bienes y los placeres de esta vida son de corta duración y debemos vivir nuestras vidas como peregrinos en esta vida terrenal con nuestra atención dirigida a alcanzar el Cielo, nuestra verdadero casa.

Por lo tanto, se convirtió en una costumbre para los peregrinos de los lugares sagrados el colgar en su bastón una calabaza sagrada, que se usa como recipiente para transportar agua. La fruta de cáscara dura que "surgió en una noche y pereció en una día" por orden del Señor, significa la fugacidad de la vida terrenal y sus placeres.


La disputa de San Jerónimo y San Agustín

Para cerrar, me desviaré un poco para contar cómo nuestra humilde calabaza se convirtió en el punto central de discusión entre San Jerónimo y San Agustín.

Durero retrata a la calabaza en la parte superior derecha de su famoso grabado, San Jerónimo en su estudio
La lucha de una década comenzó a partir de la traducción de San Jerónimo del pasaje del Libro de Jonás (4-6): "Y el Señor Dios preparó una calabaza, y la hizo crecer sobre Jonás, para que pudiera ser una sombra sobre su cabeza, para liberarlo de su dolor. Así que Jonás se alegró mucho por la calabaza". San Jerónimo tradujo la palabra hebrea קִיקָיוֹן (kikayon) al latín como hedera, un tipo de hiedra, rechazando la lectura latina más antigua de cucubita o calabaza, como menos precisa (1).


Jerónimo fue atacado ferozmente por muchos eruditos por esa alteración. La controversia se intensificó después de que San Agustín, que siguió las lecturas septuagista y siríaca, ingresó al debate en 403 con entusiasmo. De hecho, llegó al punto de que Agustín detuvo la lectura de la Vulgata de San Jerónimo en su diócesis, sin dudar en juzgar esta traducción de la palabra “hiedra” como herejía. Jerónimo emitió un extenso comentario dedicado al verso defendiendo su traducción con su habitual vehemencia.

Al final prevaleció la opinión de Agustín. El artista humanista renacentista Albrecht Dürer memorizó la aquiescencia de Jerónimo en la controversia filológica al grabar una gran calabaza seca colgada de las vigas en su famoso grabado “San Jerónimo en su estudio”, una imagen tan llena de símbolos que merecería un análisis por sí misma. Gran admirador de San Jerónimo, Durer alababa su humildad al ceder en esa famosa pelea.



Tradition in Action




LA IGLESIA ES UN DESASTRE Y LA FSSPX ESTÁ YENDO A ESE LUGAR

Que todo lo que ha estado oculto en la oscuridad salga a la luz. Pero también recordemos que todo esto tiene un costo. Quedan pocas instituciones católicas preciosas que al menos no parecen podridas, y el número está disminuyendo.

Por Steve Skojec

Es 2020, y en este momento, la Iglesia Católica parece el incendio gigante de un basurero.

Durante los últimos siete años, hemos tenido un papa que parece empeñado, literalmente, en socavar o incluso contradecir directamente las verdades de la Fe. Desde Amoris Laetitia hasta Abu Dhabi hasta el intento de cambiar la enseñanza sobre la pena de muerte (con todas las ramificaciones correspondientes), los problemas son numerosos y muy graves. Las páginas de este sitio están llenas de documentación y análisis sobre estos temas. Y para empeorar las cosas, nuestro papa ha protegido personalmente a los abusadores clericales al mismo tiempo que miente diciendo que tiene una política de "tolerancia cero".

Como si todo eso no fuera lo suficientemente agotador, el año pasado llegamos a ver un sínodo en el cual se representó la idolatría, un ecologismo casi panteísta y un debate serio sobre la posibilidad de acabar con el celibato clerical y agregar mujeres a las órdenes sagradas.

Y luego, de repente, la pandemia de coronavirus se extendió por todo el mundo, y las cosas se volvieron aún más intensas. Francisco y su agenda de "reforma" fueron repentinamente desplazados del centro del escenario cuando surgió una crisis aún mayor, una que golpeó el hogar de los católicos de una manera aún más directa a medida que las iglesias de todo el mundo cerraron, y lo que es peor, la gente en muchos lugares perdió el acceso a todos los sacramentos.

En las últimas seis semanas, más de 200.000 muertes en todo el mundo se atribuyeron a un virus que aún no sabemos cómo combatir adecuadamente. ¿Cuántos de ellos eran católicos que murieron sin recibir los últimos ritos o una confesión en el lecho de muerte, todo por orden de su obispo, cuyo trabajo principal es ser pastor de almas?

Por primera vez en el mundo moderno, muchos católicos se enfrentaron cara a cara con lo que se siente vivir sin acceso a las cosas que son las mayores fuentes de gracia en sus vidas. No es una persecución en el sentido tradicional, pero estamos probando cómo podría ser eso. No pocos se han preguntado en voz alta si puede ser un preludio de exactamente eso.

En países con pocas vocaciones, incluso abrir parroquias de nuevo puede no brindar alivio para muchos. En Italia, al menos 109 sacerdotes han muerto desde que comenzó la pandemia. En España, ahora son más de 70. No hay forma de saber cuántos de ellos estaban en el ministerio activo y cuántos se retiraron, pero puede apostar que es una combinación de ambos. El sacerdote más joven que murió en Italia sólo tenía unos 40 años. ¿Quién los reemplazará? ¿Quién ofrecerá el Sacrificio Sagrado en sus parroquias sin sacerdotes cuando las Misas públicas puedan reanudarse?

¿Cuántos ingresos ha perdido la Iglesia durante la pandemia? ¿Cuántas cestas de recolección vacías? ¿Cuántos llamamientos de obispos olvidados? ¿Cuántos católicos están tan hartos de los pastores que los han dejado para valerse por sí mismos y ya nunca volverán a donar?

¿Cuántas parroquias cerrarán ahora porque ya no pueden sostenerse?

¿Cuántas personas que antes solo asistían a misa de manera irregular no asistirán ahora que incluso esa práctica habitual se ha roto?

Y a pesar de todo esto, ¿qué hemos aprendido?

¿Realmente hemos considerado cuánto hemos dado por sentado? ¿Hemos entrado más profundamente en la oración, o nos hemos acercado a Nuestro Señor de otras maneras que no requieren nuestra presencia en una iglesia?

¿Se están uniendo los fieles en este momento difícil o hemos pasado los últimos dos meses destrozándonos?


Nuestros conflictos: Las luchas internas y la FSSPX

Encerrado en casa, pasando más tiempo de lo habitual en línea en una búsqueda de interacción social, parece que hemos estado discutiendo sobre todo. Luchamos por estadísticas y estudios médicos relacionados con la pandemia. Formamos tribus virtuales y campamentos sobre las consecuencias económicas de la respuesta al virus frente a las preocupaciones sobre la salud y la seguridad. Nos alineamos en nuestras trincheras respectivas sobre si amamos a nuestros líderes gubernamentales o si creemos que son los idiotas más grandes del mundo, lanzando insultos y burlas el uno al otro en un intento por demostrar que estamos en el lado correcto de la historia, y todo el que no esté de acuerdo con nosotros es un tonto.

Ninguno de nosotros es inmune a este comportamiento, o al menos, a la tentación de participar en él. Todos estamos tratando de descubrir qué hacer con todo lo que está sucediendo y qué debemos hacer. Muchos de nosotros tenemos miedo de lo que no entendemos y tratamos de compensarlo convenciéndonos de que sabemos más de lo que realmente sabemos.

Y ahora, cuando parecía que el furor ya estaba llegando a su punto álgido, se ha establecido una división aún mayor entre enclaves virtuales de incluso los más ortodoxos de nuestros correligionarios.

Durante casi dos semanas, se libró una batalla on line entre partidarios en un antiguo debate sobre el estado y las posiciones teológicas de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Para muchos lectores de este sitio, esa batalla no es nada nuevo: ha estado sucediendo por décadas. A la mejor conclusión que yo puedo llegar es que, aparte de todos los argumentos, solo Roma puede resolver el asunto, y Roma se ha negado obstinadamente a hacerlo. Mi propia sospecha es que Roma está atrapada en una paradoja de su propia creación: por un lado condena a la Sociedad, condena su propio patrimonio y enseñanza perenne; y por otro lado, regulariza la Sociedad tal como está. Roma admite tácitamente que hay mucho mal en el Concilio Vaticano II y que ese experimento fallido dió lugar a lo que es la Iglesia postconciliar. Entonces, estas personas intencionalmente mantienen las cosas en el limbo y nos dejan discutir sobre lo que solo ellos pueden corregir.

Y disputas tenemos.

Pero entonces, justo cuando parecía que este último debate estaba a punto de desaparecer, Church Militant, con su conocida historia de prejuicio anti-FSSPX, arrojó nafta al fuego. Church Militant emitió un informe explosivo (video en inglés), que detalla una serie de acusaciones sobre abuso sexual y encubrimiento dentro de la Fraternidad a lo largo de los años.

El informe es extenso pero, lamentablemente, lleno de comentarios de editorial. Incluso el título - "SSPX - Simpatizante de los pervertidos" - fue incendiario. Unos pocos párrafos más adelante, se describe a la FSSPX como "una sociedad controvertida de sacerdotes católicos, demostrando que no es diferente de las decenas de otras diócesis que menosprecia, todo mientras se sumerge en la pompa del catolicismo tradicional, cubriendo una red de mentiras, que abarca continentes".


La autora del informe, Christine Niles, afirmó en una publicación en sus redes sociales relacionada con su informe que no tenía "hostilidad" hacia la Fraternidad. Sin embargo, hizo referencia a los "fanáticos de SSPX" en las publicaciones de las redes sociales, donde es conocida por su estilo combativo, y acusó a las personas que cuestionaban el enfoque estilo tabloide sobre el tema de ser "habilitadores de pedófilos".

La respuesta inicial de la FSSPX incluyó algunos pinchazos, incluida una acusación de "periodismo amarillo""periódico sensacionalista" y "una empresa periodística nada seria". Pero la FSSPX también prometió "total transparencia" y "respuestas detalladas a cada acusación". Ha comenzado a proporcionarlas, pero aún tiene un largo camino por recorrer.

James Vogel, director de comunicaciones de la FSSPX, recibió algunos correos electrónicos internos sobre la estrategia, que se filtraron accidentalmente. Church Militant publicó extractos, y parecían condenatorios, lo que indica que se retuvo información. Pero sin su contexto completo, es imposible hacer un juicio informado. No impedirá que la gente saque conclusiones de todos modos.

Yo he sido amigable con Vogel durante varios años. Nunca nos hemos visto en persona, pero hemos hablado por teléfono en varias ocasiones, y mi impresión es que es un hombre de carácter que se preocupa profundamente por hacer lo correcto. Tuvimos un par de interacciones breves desde que se conoció la historia, y le dije que rezaría por él y lo alenté a que fuera lo más comunicativo posible.

"No hay otra opción más que la transparencia total"- me dijo Vogel - "Ninguna".

Me dejó con la clara impresión de que nunca podría trabajar en buena conciencia para una organización que quería que encubriera los abusos, por lo que parece razonable concluir que no cree que FSSPX lo haya hecho hasta ahora. Según lo que sé de este hombre, no tengo motivos para no creerle, pero el proceso de transparencia llevará tiempo, como ha reconocido la FSSPX. Y las preguntas planteadas exigen respuestas. Mejor pronto que tarde.

Necesitamos la verdad y nada menos que la verdad. El secreto y las mentiras no se pueden tolerar.


Mientras tanto, desafortunadamente, parece que Church Militant, dirigida por Michael Voris, está lejos de estar satisfecha con la respuesta recibida hasta el momento. En su último Vortex, titulado “¿Llamas a eso una respuesta?”- no, no estoy bromeando, ese es realmente el título - Voris desató más retórica mordaz contra la FSSPX. Aquí hay un puñado de oraciones que se destacaron en lo que leí:

"Para un equipo que se presenta a sí mismo como tan superior, es decir, más sagrado que los católicos reales en plena comunión con la Iglesia, seguramente pueden escribir declaraciones públicas con lo mejor de la Iglesia corrupta de Niza".

"El grupo católico separatista, y es separatista porque tiene sus propios obispos que no están bajo la jurisdicción de Roma, emitió su declaración, que, francamente, es irrisoria. Tiene todo el peso intelectual de estar compuesto por un brillante estudiante de secundaria".

"Espera hasta que veas qué más saldremos pronto. Digamos que tu escritor de declaraciones estará muy ocupado".

"La FSSPX pide a Church Militant que retire el calumnioso 'periodismo amarillo'. Pero, no! No retiraremos nada. De hecho, esperen hasta ver qué más publicaremos pronto. Digamos que tu amigo escritor de declaraciones va a estar bastante ocupado".

"Una barra lateral para el liderazgo de la FSSPX: si vas a hacer un encubrimiento, el punto es mantenerlo cubierto, no incluir reporteros en tu secreto, 'mierda, ¿qué demonios hacemos ahora con los correos electrónicos'?".

"¿Esta es su respuesta patética al ser atrapado con sus propios correos electrónicos?"

"¿Por qué no hacen una lista de nombres como lo ha hecho cada diócesis en Estados Unidos? ¿O eres demasiado santo para eso?"

Tenga en cuenta que usa la palabra "santo", como si los sacerdotes de la FSSPX simplemente fingieran preocuparse por vivir la Fe o no cumplieran su misión declarada de "restaurar todas las cosas en Cristo". Incluso si varios miembros de la Sociedad son culpables de abuso o negligencia criminal, reclaman cerca de 700 sacerdotes en todo el mundo y muchos miles de adherentes. Se siente como si todos estuvieran incluidos en estos delitos. Su fundador a menudo es alabado incluso por aquellos que no están de acuerdo con algunas de las elecciones que hizo, muy lejos de una figura como Marcial Maciel.

Jassy Jacas, una de las jóvenes que sacó a la luz algunas de las acusaciones en una publicación de Facebook (en ingles), reconoció esa distinción incluso cuando abordó sus preocupaciones:

“Ahora me gustaría ser clara y decir que hay muchos sacerdotes buenos, santos y varoniles dentro de la SSPX a quienes amo y rezo a diario. Hay personas y sacerdotes buenos y santos dentro y fuera de la sociedad que han estado y aún están listos para ayudar y hacer las cosas bien. Me rompe el corazón que quienes tienen el poder de hacer algo al respecto decidan no hacerlo, pero estaría muy equivocada si pensara que este es el reflejo de todos los sacerdotes de la SSPX”.

El enfoque de Voris, por otro lado, se presenta como una burla a nivel de patio de recreo. Parece haber una emoción casi alegre sobre la posibilidad de descubrir crímenes sórdidos y horribles. Lleva el tenor de una especie de vigilantismo.

¿Qué bien hace eso? ¿Cómo ayuda a las víctimas? ¿Cómo nos acerca a la verdad?

Nadie parece saber con certeza real por qué Voris y el gran aparato de Church Militant golpean con un hacha a la FSSPX en particular, pero la animosidad que la organización tiene para la Fraternidad es bien conocida hasta el punto de ser un cliché. El conflicto se ha iniciado en 2015 y no es nada nuevo.

Pero, en mi opinión, es imperativo que el periodismo de investigación sobre presuntos abusos sexuales sea una misión seria de investigación, no la búsqueda de una satisfacción gratuita o de una venganza personal. Al hacer este tipo de presentación de informes sobre un asunto, le quitan credibilidad y seriedad a la investigación misma.

Ese es exactamente mi punto. No quiero sentir simpatía por el acusado, pero tampoco quiero ser parte de la injusticia. Si nos quedamos clasificando los motivos, nos distraemos de los hechos.

Si veo una historia en CNN o en el Washington Post sobre el presidente Trump, inmediatamente miro lo que esté escrito con aire de sospecha. Su prejuicio contra él ni siquiera está oculto. Están constantemente buscando todo lo que puedan usar para dañar su imagen.

Eso no significa que nada de lo que informan sobre él es cierto. Pero el sesgo cambia la narrativa y pone en duda el escrutinio desplegado en la investigación misma.

Quiero sentirme seguro de que quien lidere la acusación de algo tan condenatorio se preocupe más por la verdad que por ajustar cuentas. Primero, porque sé que ocurren falsas acusaciones. ¡Buena suerte si tienes que limpiar tu buen nombre si terminas ensuciado por ellos! Segundo, porque hay una diferencia entre una acusación y la evidencia. Tercero, porque los fieles apegados a la Sociedad van a tener dificultades para creer incluso los informes más equilibrados en este momento. Las personas tienen una conexión emocional y espiritual con sus capillas y sus sacerdotes. Hay una necesidad de delicadeza en esta etapa de la investigación. Una evaluación imparcial deja espacio para que las personas abandonen su actitud defensiva y acepten verdades duras.


La dura verdad que algunos "Tradicionalistas" no quieren escuchar

Una de esas verdades difíciles es esta: las órdenes católicas tradicionales no son inmunes a los escándalos de abuso sexual.

Existe el mito predominante de que el catolicismo tradicional no ha sido afectado en gran medida por el abuso sexual porque es el verdadero catolicismo. No estoy seguro de dónde va la lógica a partir de ahí, como si implicara protección divina o la violación del libre albedrío. Ese es el tema: hay algo de verdad en la idea de que el pequeño subconjunto de católicos auto-seleccionados que han hecho un esfuerzo por vivir una versión más desafiante y ortodoxa de su fe probablemente tengan menos problemas que en lugares donde la enseñanza y la disciplina de la Iglesia se ignoran. Pero las infames líneas de confesión en cada parroquia tradicional cuentan el resto de la historia: no estamos excluidos de las consecuencias de una naturaleza caída.

Fui atraído por los Legionarios de Cristo cuando era adolescente por una razón similar a la razón por la que luego me sentí atraído por la tradición: estaba cansado del status quo del catolicismo. Terminé con los grupos populares y la Comunión en la mano y un santuario lleno de ministros eucarísticos laicos. Estaba perdiendo la fe porque nada de lo que se practicaba en la mayoría de los lugares parecía auténtico o creíble. Y luego me topé con una congregación llena de jóvenes vibrantes que parecían vivir una especie de catolicismo que pensé que se había extinguido. Llevaban sotanas. Tenían disciplina. Cantaban el canto gregoriano. Usaban incienso y tenían adoración y bendición, dos cosas que nunca había visto en ese momento en mi vida, y durante la consagración, los sacerdotes sostenían al anfitrión para ser venerado durante un tiempo inusualmente largo. Parecían creer realmente.

Me hicieron querer ser un mejor católico.

Pero resultaron ser una secta.

Incluso cuando estaba redescubriendo mi fe con este grupo a principios y mediados de los 90, los jóvenes estaban siendo maltratados en los mismos lugares a los que yo iba a hacer retiros. Muy probablemente conocí a algunas de las víctimas y sus abusadores durante mis visitas y nunca tuve ninguna idea. El verdadero bien y el verdadero mal coexistían en el mismo espacio.

El fundador de los Legionarios fue un monstruo horrible, pero muchas de las personas atraídas a sus filas eran católicos atraídos por la misma ortodoxia superficial que yo. Lo que los hizo atractivos fue su autenticidad. El bien de los miembros creó una fachada atractiva sobre un núcleo podrido.

El punto es que sé de primera mano que esto puede suceder, incluso en un lugar donde se ve mucho bien hecho. Todos estamos sujetos a la concupiscencia y al pecado, e incluso las perversidades que conducen al abuso de niños y adultos vulnerables son posibles en cualquier lugar. Antes de casarme, salí con dos mujeres jóvenes diferentes que luego descubrí que habían sido abusadas, no por sacerdotes, sino por miembros de la familia. A medida que van los muestreos al azar, eso es bastante asombroso. Ambas venían de hogares católicos.

Cuando se trata de la FSSPX, no soy partidista. Como cualquier otro grupo, tanto lo bueno como lo malo coexisten allí. No estoy entusiasmado con la revelación de ningún crimen o encubrimiento, porque cada vez que nos encontramos con eso, es una realidad horrible con un costo real en las vidas y almas humanas.

Pero si ha habido abuso y encubrimiento dentro de la Sociedad, quiero ver cada gramo expuesto, y los responsables deben rendir cuentas. Necesitamos que este mal sea limpiado de todos los rincones de la Iglesia.

La pregunta que deberíamos hacernos mientras tanto es si, cuando todo esté dicho y hecho, querremos ver a la FSSPX reformada o destruida. Le hice esa pregunta a Christine Niles. Ella dijo "reformada". No estoy seguro de que todos en su organización estén de acuerdo.

Soy comentarista, no periodista de investigación. No tengo el entrenamiento ni el temperamento para el periodismo de investigación. Pero el hecho de que me oponga a la forma en que se ha manejado esta historia hasta ahora no me convierte en un "habilitador de pedofilia". Tampoco significa que piense que la investigación de Church Militant no tiene valor. Los periodistas allí hicieron lo correcto al buscar la información. Ahora que las denuncias se han revelado, deberíamos verlas examinadas y juzgadas adecuadamente. Idealmente, otros periodistas católicos se unirán.

Que todo lo que ha estado oculto en la oscuridad salga a la luz. Pero también recordemos que todo esto tiene un costo. Quedan pocas instituciones católicas preciosas que al menos no parecen podridas, y el número está disminuyendo.

En general, hay una sensación creciente de que el mundo se está ahogando, y no quedan muchas islas sobresaliendo por encima de la superficie. Hay demasiada lucha y tribalismo. La confianza y la magnanimidad parecen estar en su punto más bajo. Es tenso e incómodo. Nos estamos acostumbrando a una seria decepción en nuestro prójimo, no solo en el mundo secular, sino también entre nuestros compañeros católicos, tanto laicos como clérigos.

Varios de ustedes me han expresado que a veces solo les dan ganas de levantar las manos y alejarse de todo. Créanme, conozco esa tentación. Pero tengo una creciente sospecha de que Dios está usando todo esto para purificarnos. Él está mostrando corazones y mentes y nos está dando motivos para dejar de aferrarnos a otras criaturas e incluso a algunos de nuestros consuelos espirituales normales y, en cambio, recurrir a Él completamente.

Oremos todos por los demás mientras luchamos por mantener nuestras cabezas por encima de la corriente.



One Peter Five





BERGOGLIO APOYA EL GOBIERNO ITALIANO: "NO" A LA MISA CON FIELES


Mientras el gobierno italiano decide reabrir casi todas las actividades, sigue manteniendo la prohibición de abrir las Iglesias. Bergoglio, contrariando a los obispos de la CEI, apoya la medida del Estado.

Por Francesca de Villasmundo

A partir del 4 de mayo, Italia comienza su fase 2 de desconfinamiento: los italianos pueden volver a practicar deportes, ir al parque, siempre solos y “respetando la distancia”, las reuniones de profesionales se reanudarán gradualmente, habrá vía libre para la reapertura de los mayoristas pero no para las pequeñas tiendas. Bares y restaurantes podrán funcionar pero solo para preparar comida para consumir en la propia casa o en los lugares de trabajo, las escuelas y universidades permanecerán cerradas hasta septiembre, y las misas públicas todavía están prohibidas, permitiéndose los funerales con 15 personas como máximo.


La Conferencia Episcopal Italiana, que se anticipó al cierre de las iglesias (antes que lo ordenara el gobierno) y apoyó visiblemente el gobierno social-liberal italiano, no apreció esta última disposición sobre el mantener las Iglesias cerradas y continuar prohibiendo el culto público mientras se abren muchas otras áreas. En un comunicado de tono brillante, informó que desaprobaba la decisión del gobierno de Conte:


“Los obispos italianos no pueden aceptar ver comprometido el ejercicio de la libertad de culto. Debe quedar claro para todos que el compromiso de servir a los pobres, tan importante en esta emergencia, surge de una fe que debe poder alimentarse de sus fuentes, en particular de la vida sacramental. La Iglesia italiana no es el estado italiano”.

El Cavaliere Berlusconi, siempre presente en la vida política italiana, agregó al conocer esta prohibición “esta decisión está al borde de la persecusión: ¿por qué la gente puede ir a la fábrica y a la oficina y no a la iglesia? Los obispos han hecho muy bien para hacer oír su voz”.

Los obispos creían que estaban en sintonía con el pensamiento del papa Francisco que, el 17 de abril, había dicho “tenemos que salir de este túnel” es decir un retorno al culto público y los sacramentos para los fieles.


Pero en pocos días, corrió mucha agua debajo del puente, y cuando Conte finalmente dio su hoja de ruta para el desconfinamiento, el papa Bergoglio eligió la obediencia a las leyes republicanas italianas, el “tenemos que salir de este túnel” será para más adelante. Eso fue una ducha fría para los obispos italianos que fueron “llamados al orden” por el obispo de Roma:


“En este momento cuando estamos comenzando a hacer arreglos para salir de la cuarentena” -dijo durante la misa en Santa Marta- “recemos al Señor para que le dé a su pueblo, a todos nosotros, la gracia de la prudencia y obediencia a las disposiciones para que la pandemia no regrese”.

Una orden que la CEI obedeció de inmediato informando a la agencia de prensa italiana Adnkronos: “El llamado del Papa es decisivo y apropiado. ¡Ay de pisotear los sufrimientos del país!”, declaró el portavoz de la autoridad episcopal, Don Maffeis.

“Subestimar las indicaciones de la autoridad sanitaria significaría de hecho una irresponsabilidad que ningún ciudadano puede permitirse. Por esta razón, como Iglesia, en ningún caso podemos justificar los actos precipitados”.

Claramente, los italianos podrán salir a correr, ir a tiendas, entrenar con otros, volver a trabajar, pero las misas seguirán prohibidas, debido a la voluntad del papa Francisco de apoyar las disposiciones gubernamentales en lugar de ayudar a la solicitud legítima de la CEI, una solicitud que también olvidaron demasiado rápido, para volver a su postura de sumisión a la dictadura sanitaria y bergogliana.


Medias-Presse

domingo, 26 de abril de 2020

¿ES EL CORONAVIRUS UN CASTIGO? DEPENDE DE A QUIEN LE PREGUNTES

Ver esta crisis como un castigo por el pecado no es un comienzo, ya que muchos prefieren no pensar en Dios en esos términos. Las respuestas varían según a quién le pregunte.

Por John Horvat II


A quién no preguntar

Nunca pregunte a los teólogos progresistas si el coronavirus es un castigo. Siempre encontrarán algún tipo de lucha de clases que justifique las catástrofes. Las personas codiciosas que oprimen a las personas pobres causan desastres. Las estructuras sociales sistémicas crean desgracias. Los abusos de la "Madre Tierra" conducen a eco-catástrofes. Además, las nociones de pecado e infierno son confusas para estos teólogos modernos. Uno no puede ser castigado por algo que no está seguro de que exista.

No le pregunte a los católicos sentimentales que siempre evitarán hablar de lo desagradable de un castigo. La perspectiva de la infinita misericordia de Dios les atrae mucho más que su justicia igualmente infinita. Creen que los sermones de fuego y azufre son cosa del pasado. Ahora es la era de la paz y el amor. Te dirán que el virus no es un castigo porque un Dios misericordioso no castiga.

No les pidas a los pecadores endurecidos su opinión sobre el tema. Tienen más que perder si creen en un castigo. Están ocupados disfrutando de los placeres de la vida, cometiendo pecados y abrazando las falsas promesas del mundo. Y aunque la paga del pecado pesa sobre sus conciencias, viven en la negación, creyéndose felices. No hay tiempo para pensar en el castigo mientras la fiesta continúe.

Los justos son un poco más honestos. Están dispuestos a admitir la posibilidad de castigo, pero solo por los pecados de otros. Con razón reconocen que pecados como el aborto, la sodomía, la pornografía y el adulterio pueden derrumbar el juicio de Dios sobre nosotros. Pero como no cometen estos pecados, ven que todo el castigo recae sobre los pecadores, no sobre ellos mismos.


Obteniendo la respuesta correcta

Sin embargo, si quieres una respuesta honesta a la pregunta, pregúntale a un pecador arrepentido. Tales pecadores siempre tendrán el coraje de decirlo directamente. Sí, el coronavirus es un castigo por nuestros pecados. Dios nos está castigando por abandonarlo. Dios me está castigando. Merezco ser castigado, porque he pecado gravemente contra mi Dios.

La razón por la cual los pecadores arrepentidos responden correctamente es que tienen una noción verdadera de lo que es el pecado. Por desgracia, la sociedad ha perdido la idea de la gravedad del pecado, por lo tanto, no podemos concebir que sea la causa del castigo. Si supiéramos la seriedad del pecado y cómo ofende a Dios, veríamos todo, incluida nuestra propia culpa, con otros ojos.


La gravedad del pecado

San Agustín (Contra Faustum, XXII, xxvii) define el pecado, especialmente el pecado mortal, como "algo dicho, hecho o deseado contrario a la ley eterna". Cuando pecamos, nos alejamos voluntariamente de Dios, nuestro verdadero fin. Desobedecemos a Dios al violar su ley, que se adapta a nuestra naturaleza y felicidad. El pecado ofende a Dios porque preferimos una pasión o un bien mutable a nuestro Creador. El pecado no hace daño ni cambia a Dios, quien es inmutable. Sin embargo, ofende a Dios al privarlo del honor y la reverencia que se le debe.

San Alfonso de Liguori dice que el pecador insulta, deshonra y aflige a Dios. Como pecadores, insultamos a Dios al declararnos sus enemigos y luchar contra Aquel que nos creó. Deshonramos a Dios al ofenderlo por el bien de los placeres o pasiones, que convertimos en dioses falsos. Cuando pecamos, afligimos a Dios porque tratamos con ingratitud a Aquel que tiernamente nos amó hasta el punto de entregar a la muerte a Su Hijo Unigénito, y la muerte en la Cruz.

Por lo tanto, el pecado es grave ya que destruye nuestra relación con Dios. Frustra la bondad infinita de Dios, por lo cual Él desea nuestro mayor bien y felicidad.


Una sociedad pecaminosa

Vivimos en tiempos inicuos, en los cuales las ocasiones de pecado están en todas partes. Todo en nuestra cultura conspira contra nosotros para que podamos pecar. La mayoría elige no reconocer su iniquidad. Sin embargo, todos somos pecadores.

Somos pecadores por nuestros actos contra Dios, especialmente aquellos de impureza que dominan nuestro mundo hipersexualizado. Podemos pecar al no honrar a Dios, defender su ley u oponernos al reino del pecado. Para aquellos de nosotros que tratamos de hacer el bien, podemos pecar al no ser lo suficientemente buenos.

Cuanto más amamos a Dios, más vemos nuestros pecados ante nosotros. Así, el salmista dice: "Porque yo conozco mi iniquidad, y mi pecado siempre está delante de mí" (Sal. 50: 5). Es por eso que los santos son particularmente sensibles a sus pecados y constantemente buscan repararlos. Cuando la desgracia los visita, lo ven como un justo castigo por sus ofensas contra un Dios infinito.


Una idea equivocada de castigo

La mayoría de las personas tienen una idea equivocada de los castigos de Dios. Los ven casi como actos arbitrarios. No los ven como un medio para volver a poner las cosas en orden.

Nuestra Señora de Fátima habló de castigos de esta manera. Cuando la sociedad en su conjunto se vuelve inicua e impenitente, la única forma de volver al orden es a través de una gran tribulación para todos. San Alfonso aclara el asunto al decir: “Dios, siendo bondad infinita, solo desea nuestro bien y nos comunica su propia felicidad. Cuando nos castiga, es porque lo hemos obligado a hacerlo por nuestros pecados”.

De hecho, Dios desea nuestra enmienda más que nosotros. Él castiga "no porque desee castigarnos, sino porque desea liberarnos del castigo". Él tiene compasión de nosotros mostrándose "enojado con nosotros, para que podamos enmendar nuestras vidas, y para que así pueda perdonarnos y salvarnos".


El deseo de castigo

Los pecadores arrepentidos perciben todo esto. Han experimentado el amor misericordioso y el castigo de Dios en sus propias vidas. Ellos saben lo bueno que puede venir de esta acción por sí mismos. Desean que otros también puedan compartir la acción misericordiosa pero justa de Dios.

El pecador arrepentido ve no sólo los pecados individuales, sino también una sociedad pecaminosa. El pecador se da cuenta de que la única forma en que la sociedad en su conjunto volverá al orden es a través de un proceso análogo a través del cual pasan los pecadores. Por lo tanto, el castigo no es una calamidad, sino la liberación del dominio del mal.

De hecho, el pecador acoge con satisfacción el castigo, reconociendo el sufrimiento que está involucrado. San Alfonso dice que el pecador grita con gran amor: "Oh Dios, te he ofendido tanto, castígame en esta vida, para que puedas perdonarme en la próxima".

Muchos están opinando acerca de la crisis actual, tratando de llegar a explicaciones complicadas de los grandes sufrimientos que están por venir. Deberían preguntarle a un pecador arrepentido. Deberían escuchar el mensaje de Nuestra Señora en Fátima.


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