Mira esto. La Comisión Bíblica Pontificia, instruida por Bergoglio para estudiar el tema de la homosexualidad, salió a la luz y dijo que el pecado de Sodoma fue la falta hospitalidad. Entonces, interpretan una sección de la Sagrada Escritura pero ignoran por completo otras. De hecho, esa descripción es bastante clara sobre lo que estaba sucediendo en Sodoma y Gomorra.
Aquí está lo que escriben. Observe cómo encaja con las ideas de Bergoglio respecto a la invasión de inmigrantes y el contrabando humano.
“Sabiduría confirma esta manera de leer la historia de Sodoma (19: 13–17), donde el castigo ejemplar de los pecadores (primero Sodoma y luego Egipto) está motivado por el hecho de que habían mostrado un profundo odio hacia los extranjeros"
“Por lo tanto, debemos decir que la historia sobre la ciudad de Sodoma (así como la de Gabaa) ilustra un pecado que consiste en la falta de hospitalidad, con hostilidad y violencia hacia los extraños, un comportamiento juzgado muy serio y por lo tanto merece ser sancionado con la mayor severidad, porque el rechazo de lo diferente, del extraño necesitado e indefenso, es un principio de desintegración social, que tiene en sí mismo una violencia mortal que merece un castigo adecuado".
¿Cómo cuadran su interpretación con la de la Epístola de San Judas, primo de Nuestro Señor Jesucristo y hermano de Santiago el Menor?
Judas 1: 7 Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades vecinas, de la misma manera, habiéndose entregado a la fornicación y yendo tras otra carne, se les dio un ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.
Estos mentirosos dicen que Jesús nunca habló de la homosexualidad. Bueno, esa palabra no fue inventada hasta hace un siglo, antes se los llamaba por lo que eran: sodomitas. Los escritores del evangelio no lo registraron, porque con lo que Él dijo, directamente no era necesario. Todos sabían que los actos sodomíticos eran una "abominación ante el Señor" y un mal que debía ser tratado, directamente y sin piedad, para aquellos que no se alejaran de él. La declaración de San Judas prueba lo que los apóstoles creían y, por lo tanto, lo que Jesús les enseñó. También mienten cuando dicen que Jesús nunca habló de eso. Moisés lo hizo y Moisés fue iluminado por Dios en la zarza ardiente. ¿Quién creemos que fue quien habló sino la Palabra, que aún no se había hecho carne?
No se equivoquen, Bergoglio está detrás de esto. Nuestro trabajo es resistirlo y denunciar las acciones de él y rezar para que Dios nos libere de este horror que está acosando a su Iglesia.
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