jueves, 15 de agosto de 2019

EL SUICIDIO DE UNA TRANSGÉNERO DE 13 AÑOS REABRE EL DEBATE SOBRE LOS CAMBIOS DE GÉNERO EN MENORES

Hace un año que Jane Marie se convirtió en Jay y todo el mundo le aceptó con su nueva identidad, sin embargo, lamentablemente esta niña de 13 se ha suicidado. Ahora los padres creen que el cambio de género no era la solución.

Por Juan Robles

Jay Griffin era un “chico” de trece años que se suicidó el 25 de mayo de 2019 en Alabama (EEUU), poco tiempo después de haberse cumplido un año desde que “cambió de género”, pues nació niña, como Jane Marie Georgia.

El dolor de la familia es brutal, tanto que ahora se preguntan si su apoyo al “cambio de género” fue una buena idea o si solo supuso un mayor estrés en vez de reducirlo.

Los padres, Matt y Erin, dijeron en una entrevista: «Jay no estaba listo para salir al mundo de esta manera en sexto grado. No estaba realmente listo. Es un proceso muy personal, pero las escuelas siempre han estado muy atentas».

Erin, que sigue refiriéndose a su hija como ‘Jay’, cuenta que su luchó durante toda juventud contra la depresión y la ansiedad. «Estuvimos bajo el cuidado de un psicólogo desde el primer día».

La niña asistió a terapia de grupo y en febrero comenzó a tomar la medicación para “cambiar de sexo”

«Tenía altibajos. ¿Quién sabe si eso contribuyó? No me puedo quitar eso de la cabeza. Parecía ser un problema de desequilibrio. Todavía estábamos ajustando la medicación, pero esas cosas llevan tiempo», lamenta su madre.

Las luchas y retos de la niña no se centraban únicamente en el “cambio de nombre y sexo”, sino que a pesar de su corta edad era también una activista LGTB.

«Intentaba ‘educar’ a amigos y familiares en el uso del pronombre apropiado según lo demandase la persona, y luchó por cambiar su nombre de nacimiento y su validación social», dijo su madre.

Sus padres ahora cuestionan que el problema de su hija fuera “la aceptación social”, como denuncia muchas veces el lobby LGTB, y que tal vez todo el cambio que venían realizando desde hace un año no ayudó demasiado dado el trágico final.

Walt Heyer
Para Walt Heyer, un ex transexual, la vida y la trágica muerte de Jay «es una prueba de que los problemas que impulsan el deseo de identificarse con el sexo opuesto no se resuelven con el cambio de ‘género’, sino que apuntan a la existencia de un trastorno comórbido más profundo».

Los estudios realizados en EE.UU. sobre la tendencia al suicidio hablan de al menos el 41% de los transexuales en el país han intentado suicidarse una vez. Incluso aunque la familia lo acepte, y sus amigos y su entorno, sus probabilidades de cometer un intento de suicidio son más altas que el resto de grupos.

El Colegio Americano de Pediatras ha sugerido que condicionar a los niños (hacen referencia a menores de edad sobre todo) a aceptar ser transgénero como algo normal es abuso infantil.

En su web aseguran que «cuando un niño biológico sano cree que es una niña, o una niña biológica sana cree que es un niño, existe un problema psicológico objetivo que está en la mente y no en el cuerpo, y debe ser tratado como tal. Estos niños padecen disforia de género»


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