lunes, 20 de mayo de 2019

MONSEÑOR HECTOR AGUER: PLATON, EDUCACION Y MUSICA SAGRADA

Se preguntarán porque vengo hoy con esta historia de Platón... pues porque me parece que hay grandes analogías entre lo que pensaba Platón y lo que aparece en el Concilio Vaticano II.

Por Monseñor Hector Aguer

Entre las obras de Platón, el gran filósofo ateniense, descolla una que es muy conocida y se titula “La República”, “Politeia” en griego. Allí, Platón presenta las líneas de lo que sería el estado ideal y, por tanto, hace muchas críticas a la situación de la época y dice que tenía una vocación política pero que nunca la quiso realizar a causa de la corrupción que veía en ese mundo. No han cambiado demasiado las cosas desde la época de Platón como ustedes ven.

En “La República”, me llamó la atención un aspecto del sistema educativo que él piensa para ese estado ideal y es el valor que le otorga a la educación de la música. A uno de los personajes del diálogo le hace decir que la educación del hombre comienza por la música. Y él hace una especie de revisión de los poemas griegos que se cantaban en esa época como “La Ilíada” o “La Odisea”, critica a Homero y a Esquilo y otras tragedias porque él quiere expurgar de allí lo que él define como indigno de los dioses o que susciten pasiones deshonestas en los hombres. Por eso hace una especie de crítica o de censura, hoy diríamos de censura previa o censura posterior, que es muy interesante mostrando en qué sentido la música puede ser educativa y puede llenar el alma del hombre de belleza. El ideal para Platón es la belleza y la bondad que son para él inseparables.

Se preguntarán porque vengo hoy con esta historia de Platón pues porque me parece que hay grandes analogías entre lo que pensaba Platón y lo que aparece en el Concilio Vaticano II. En la Constitución Conciliar sobre la Sagrada Liturgia, el capítulo 6 está dedicado a la música sagrada y es algo que se ha olvidado completamente o no ha sido leído o tenido en cuenta. Allí, el Concilio retomando toda la gran tradición del canto cristiano muestra cómo puede actualizarse hoy esa tradición. Es sabido que el canto cristiano tiene una historia preciosa que se va configurando poco a poco, a partir del canto judío primero, y luego va evolucionando hasta llegar a esas metas de oro, por lo menos en el rito latino, con el canto gregoriano y luego los coros polifónicos. Grandes compositores como Mozart, Haydn, Liszt, Beethoven, escribieron música para la iglesia pues la Iglesia era una mecenas de las artes y ponía lo mejor en las liturgias.

El Concilio Vaticano II habla muchísimo de la música sagrada, subrayo sagrada, y pone las condiciones para que esa música sea ejecutada dignamente en las liturgias. Dice que en los seminarios debe haber estudios de música y que nuestros seminaristas deben estudiar música, que deben constituirse scholas de canto gregoriano y coros polifónicos porque todo eso luego va a alimentar el modo de cantar del pueblo de Dios en las distintas parroquias. La idea del Concilio es esta: los sacerdotes deben estar bien formados musicalmente para que luego la celebración en la parroquia sea digna desde este punto de vista musical.

Les comento esto porque cuando yo era niño recuerdo que en la misa, que era en latín, se cantaban siempre los mismo cantos que eran cantos dignos, con melodías adecuadas al momento que se estaba viviendo, las letras eran piadosas, etc. Hoy no es así y tengo la impresión de que al Concilio Vaticano II en este punto por lo menos no le han llevado el apunte pues hoy se hace al revés y en los seminarios se pone lo que se hace en las parroquias.

Y volviendo a Platón yo también criticaría el orden secular pues cuando se hace un festival se trae rock, cumbia, reggaetón, y estas nuevas cosas pero ni siquiera se propone folclore o tango. Lo peor se pone allí y lo mismo pasa en la liturgia de la Iglesia y vemos, como diría Platón, que la música no es digna de Dios. Se buscan esos cantos sincopados donde se pueda aplaudir, saltar, gritar cuando el canto cristiano ha sido siempre libre. Creo que Platón diría ¡que horror! ¡como se les ocurre eso a estos tipos!

Yo quiero remarcar esto porque es una cosa curiosa: he hablado de Platón en la Antigua Grecia y el Concilio Vaticano II, nosotros que estamos viviendo la herencia de ese Concilio, nos piden tener en cuenta la importancia de dar a Dios un culto donde sobresalga la belleza. Para Dios lo mejor y no lo peor, la banalidad. Hay gente que se horroriza de la solemnidad y busca lo más banal y no es lo mismo.

Creo que el problema que está detrás es que no se distingue lo secular de lo sagrado y hasta hay algunos que piensan que no existe lo sagrado. Sin embargo el Concilio todo el tiempo habla de la sagrada liturgia, de los sagrados sacramentos y de la música y el canto sagrado. Yo les digo esto a ustedes y seguramente mañana en la parroquia van a escuchar cualquier cosa. Lo siento mucho, no es culpa mía. Yo traté de hacer algo distinto pero no funcionó y, en cierto sentido, me siento un poco frustrado. Qué quieren que les diga. Hasta la próxima.



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