Por María Ferraz
No nos engañemos, el Sínodo no ha sido sino otro acto hipócrita para dar luz verde a viejas y rancias reivindicaciones de esos agentes del mal que jamás se dan por vencidos y que nos enseñan a ser persistentes en el bien y en defender la verdad como ellos lo son en el mal y en implantar el error.
Las peticiones sinodales de comunicar más relevancia a la mujer, son resultado de un trabajo de años, aunado con la comisión sobre el diaconado femenino iniciada por Francisco en 2016. Su finalidad es conseguir dar al traste, paso a paso, con el sacerdocio tal como lo instituyó Cristo, el cual es el alma de la Iglesia, ya que es a través de este sacramento que se celebra misa, podemos comulgar, se perdonan los pecados y el puente entre el Cielo y la Tierra se mantiene en pie. Un sacerdocio en el que entren las mujeres, no será ya el sacerdocio de la Iglesia Católica, sino una adulteración del mismo como ha sucedido en el mundo protestante.
Ahora, todos estos agentes demoníacos se frotan las manos porque la intencionada ambigüedad del documento sinodal, abrirá la puerta a muchos dislates, como ya hizo Amoris Laetitia permitiendo la comunión sacrílega, el ataque al sacramento del matrimonio, y la relativización del pecado, problemas sabiamente resumidos en las 5 dubias que nunca recibieron respuesta. (Religión, la Voz Libre)
Informa LifeSiteNews:
34 superioras religiosas piden acceso a todos los cargos de la Iglesia, incluido el sacerdocio
Las superioras generales de 34 órdenes femeninas de Austria, Alemania, Suiza y Luxemburgo exigen más influencia en la Iglesia. Como parte de una organización paraguas internacional, piden que las mujeres sean admitidas en todas los cargos de la Iglesia, incluidos los cargos ordenados. Ya en 2016, algunas superioras generales de la organización paraguas le preguntaron al Papa Francisco acerca de una comisión de mujeres diáconos. El documento final del Sínodo Juvenil parece resonar con algunas de las peticiones de las religiosas.
Como informaron varios medios de comunicación de habla alemana el 25 de octubre, los miembros de la Unión Internacional de Superiores Generales (UISG) tuvieron una reunión en Innsbruck, Austria, en la que también solicitaron que las mujeres tengan derecho a voto en futuros sínodos de obispos.
“En el futuro, se incluirán más mujeres en los sínodos de los obispos, por supuesto, con derechos de voto. Esa es la única forma en que pueden influir en las decisiones", explican.
Las superioras generales de las órdenes de habla alemana se reunieron del 18 al 22 de octubre en Innsbruck, según un informe en el sitio web de las órdenes religiosas austríacas. El obispo local, Hermann Glettler, visitó a las superioras generales durante su reunión y pasó algún tiempo con ellas. Inge Metzmacher, consejera pastoral de la Arquidiócesis de Colonia, Alemania, moderó las discusiones.
Según este informe, estas líderes religiosas ven la necesidad de una nueva “cultura de diálogo, de participación y de igualdad de género” en la Iglesia. La enseñanza de la Iglesia "debe ajustarse a los nuevos descubrimientos científicos en la teología y otras disciplinas académicas". Las superiores opinan que un aumento de "mujeres calificadas" en la Iglesia traería "diversidad y un enriquecimiento en todos los niveles". Uno puede aprender de las comunidades religiosas "cómo los hombres y las mujeres que han trabajado fructíferamente, y siguen trabajando, juntos por la gente".
Ya el 16 de octubre, Sally Hodgdon, la vicepresidenta de la UISG que participó en el Sínodo Juvenil en Roma, había planteado el tema de las mujeres en la Iglesia y su acceso a cargos eclesiásticos. Hodgdon declaró que en el futuro habrá derechos de voto para las mujeres en los sínodos de los obispos.
Como indica el informe en el sitio web de las órdenes religiosas austriacas, los miembros de habla alemana de la UISG apoyan una declaración alemana desde diciembre de 2017. Esta declaración se formuló en una conferencia teológica en Osnabrück y contiene una convocatoria para la admisión de mujeres a todos los oficios y servicios de la Iglesia, incluidos los oficios del ministerio ordenado (diácono, sacerdote, obispo). Según esta declaración, como sostienen los 120 participantes, "el ecumenismo verdadero no puede avanzar sin un acuerdo sobre la presencia de mujeres en todos los cargos eclesiásticos".
La asociación internacional está formada por 2.000 representantes de organizaciones religiosas apostólicas en todo el mundo, con 900.000 miembros en total.
Como lo señala el informe sobre la reunión de los superiores generales de habla alemana, fue por iniciativa de la UISG que el propio Papa Francisco, en mayo de 2016, estableció una comisión para estudiar la historia del diaconado femenino.
Durante una reunión del 12 de mayo de 2016 entre el Papa Francisco y la UISG, los siguientes comentarios y preguntas fueron presentados por una hermana religiosa: "En la Iglesia existe el cargo del Diácono Permanente, pero solo está abierto a los hombres, estén casados o no. ¿Qué impide a la Iglesia incluir a las mujeres entre los Diáconos Permanentes, exactamente como sucedió en la Iglesia primitiva? (NT: las diaconisas sólo intervenían durante por ej, los bautismos de mujeres adultas, nunca se ordenaron propiamente como diáconos, el primer grado del sacerdocio) ¿Por qué no constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión?"
El Papa respondió: "Creo que a la Iglesia le irá bien aclarar este punto: estoy de acuerdo y hablaré para hacer algo de este tipo". Agregó: "Creo que le pediré a la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) que me remita estudios sobre este tema". Concluyó sus reflexiones con las siguientes palabras: "Por lo tanto, sobre el diaconado, sí, acepto y me parece útil que una comisión lo aclare bien, especialmente con respecto a los primeros tiempos de la Iglesia".
Como también explicó la hermana Sally Hodgdon el 16 de octubre, esta comisión ya ha escrito un informe de este tipo. Sin embargo, aún no sabe si este es su informe final. Los observadores se preguntan por qué no se ha oído nada durante bastante tiempo sobre esta comisión. Uno de sus miembros, el profesor Karl-Heinz Menke, escribió en junio de 2018, sin embargo, un comentario para el periódico católico alemán Die Tagespost. Argumentó que las mujeres diáconos ahora serían posibles si no hubiera sido por las recientes enseñanzas magistrales del Papa Pío XII y del Concilio Vaticano II.
Desde entonces, se ha declarado que el diaconado es parte de la triple ordenación (sacerdotal) que solo está disponible para los hombres, y por lo tanto las mujeres deben ser excluidas de él.
Según la hermana Hodgdon, el Sínodo de la Juventud abordó el tema de las diáconas tres o cuatro veces durante las discusiones plenarias. Fue auditora en el sínodo, pero sin derecho a voto. Una novedad en este sínodo fue el hecho de que dos hermanos religiosos no ordenados estaban participando activamente y tenían derechos de voto. Esto planteó la pregunta de por qué las hermanas religiosas estaban excluidas de esos mismos derechos.
Como informó LifeSiteNews el 27 de octubre, el documento final del Sínodo Juvenil contiene algunos pasajes controvertidos que resaltan la importancia de la influencia femenina en la Iglesia. El párrafo 148 habla sobre “la presencia de mujeres en cuerpos eclesiales en todos los niveles, incluso en puestos de responsabilidad, y la participación de mujeres en los procesos de toma de decisiones eclesiales, respetando el papel del ministerio ordenado”. Estas expresiones parecen resonar en algunas de las declaraciones y solicitudes ya realizadas por la International Union Superior General en las últimas semanas y años.
LifeSiteNews
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