miércoles, 1 de agosto de 2018

NUEVA REDACCIÓN DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA PENA DE MUERTE (1 DE AGOSTO DE 2018)


NUEVA REDACCIÓN DEL N.2267 DEL

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

SOBRE LA PENA DE MUERTE –

RESCRIPTUM “EX AUDIENTIA SS.MI”

El sumo Pontífice Francisco, en la audiencia concedida en fecha del 11 de mayo de 2018 al infrascrito prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aprobó la siguiente nueva redacción del n. 2267 del Catecismo de la Iglesia Católica, disponiendo que sea traducido en las diferentes lenguas e incluida en todas las ediciones de dicho Catecismo


Pena de muerte

2267. Durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común.

Hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves. Además, se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado. En fin, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente.

Por tanto la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona»[1], y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo.

El presente Rescripto será promulgado a través de la publicación en el L’Osservatore Romano, entrando en vigor el mismo día, y por tanto publicado en el Acta Apostolicae Sedis.

Luis F. Card. Ladaria,

s.i. Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

Vaticano, 1 de agosto 2018, Memoria de san Alfonso María de Liguori.


[1] Francisco, Discurso del Santo Padre Francisco con motivo del XXV Aniversario del Catecismo de la Iglesia Católica, 11 de octubre de 2017: L’Osservatore Romano, 13 de octubre de 2017, 5.




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