Caminar rápido mejora la respuesta muscular, aumenta el consumo de calorías y facilita el control del peso, activa la circulación cardíaca y disminuye los niveles de colesterol y de glucosa, contribuye al control de la presión arterial y mejora las funciones respiratoria, intestinal y sexual.
Así lo ha asegurado el especialista en Cardiología y Rehabilitación Cardíaca de Policlínica Guipúzcoa, Eduardo Alegría, quien ha recordado que "no es lo mismo caminar normal que caminar rápido" y que "la velocidad a la que se realice es importante para valorar los beneficios que aporta esta práctica a la salud".
De hecho, diversos estudios, entre ellos una investigación realizada por la Universidad de Sydney (Australia), publicada en el 'British Journal of Sports Medicine', ha demostrado que aumentar la velocidad a la que se camina podría alargar la esperanza de vida.
Además, en este estudio se aprecia que caminar a paso intermedio está asociado con una reducción de la mortalidad del 20 por ciento, mientras que caminar rápido rebaja el riesgo hasta el 24 por ciento. La velocidad ideal para que el caminar tenga el efecto máximo sobre la salud, sería equivalente a recorrer cada kilómetro entre los 8,5 y los 12 minutos.
"Esto equivaldría a notar que el pulso se va acelerando y la respiración se va agitando, sin llegar a sofocarse, pero con la sensación de que es algo difícil hablar. Algo exigidos pero no forzados", ha aseverado el doctor Alegría.
De todas formas, y aunque esté demostrado que hacerlo a más velocidad aporta mayores beneficios, el experto ha recordado que caminar, ya sea rápido o despacio, es un ejercicio "realmente sencillo" de practicar que contribuye a mejorar la salud y a sentirse bien.
Por: ECOticias.com / Red / Agencias
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