Tener una playa cerca no solo puede ser un lugar adecuado para refrescarse y tomar el sol. Pasear por su arena puede aportar a nuestra salud una gran cantidad de beneficios que atañen al corazón, a los nervios, a los músculos e incluso a la belleza corporal, además de ser un ejercicio que puede ayudar a relajarnos.
Por María Molina
Sus beneficios
Andar por la playa tiene efectos positivos para los sistemas cardiovascular, nervioso y muscular y, por supuesto, también para nuestros pies, ya que “es de las zonas con más terminaciones nerviosas de nuestro cuerpo, y la arena es una superficie ideal para estimularlos, en particular al sistema cardiovascular”, afirma Ana Checa, podóloga y vocal del Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía (CPPA), en Almería.
Para este sistema, la realización de esta actividad “reduce el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2 entre otras enfermedades; disminuye el peligro de ser hipertensos y si ya presenta este cuadro, ayuda a su control y, además, mejora la capacidad aeróbica”, explica Francisco Martínez, médico de familia y coordinador del grupo de trabajo de Aparato locomotor de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). Además, la humedad del mar y su baja presión son factores que facilitan una mejor recepción de oxígeno.
Para el sistema nervioso estos paseos “modulan la sintomatología depresiva, disminuyen la ansiedad y el estrés percibido, mejoran los vínculos sociales así como la autoestima y reducen las tensiones corporales y el negativismo e incrementan la tolerancia al estrés”, informa el experto.
Para el sistema muscular “caminar por la arena es un ejercicio que hace trabajar nuestros músculos, especialmente los de las piernas, fortaleciendo los huesos, articulaciones y tonificando la musculatura”, señala Martínez. Estos efectos tan positivos para nuestra salud también los podemos conseguir si optamos por caminar dentro del agua.
Esta actividad también ayuda a conseguir otros beneficios, como “los relacionados con problemas vasculares, varices, edemas en las extremidades por estasis venosas de diferentes causas. La irregularidad de la arena hace una compresión sobre toda la planta del pie facilitando el retorno venoso y así mejorando la hinchazón de las piernas”, explica el especialista de Semergen.
Por último, la arena de la playa también puede incidir en nuestra belleza, ya que “es además un excelente exfoliante natural”, afirma Martínez, pudiendo disfrutar de esta manera de unos pies más suaves.
La playa, un lugar para la relajación
Realizar estos recorridos puede servir además para relajarnos y evadirnos de nuestra rutina y de los problemas del día a día. “El contacto con la arena favorece la relajación y ayuda a liberar el estrés, así como a actuar contra la ansiedad”, destaca el médico de atención primaria.
Personas que deben realizar este ejercicio
Los paseos por la arena de la playa “está recomendados para cualquier edad, siempre y cuando se haga con moderación para evitar lesiones y, por supuesto, sin llegar a ser incapacitante”, señala la podóloga. Además, “aquellas personas con un déficit circulatorio se verían mayormente beneficiadas”, añade.
Practicar este ejercicio también puede ser muy positivo para aquellos individuos que tienen alguna lesión en las extremidades inferiores. Según el coordinador de Semergen, andar por esta superficie “puede ayudar a mejorar la recuperación de algunas lesiones como la fascitis plantar”.
Cuándo pasear por la orilla
Como cualquier actividad física que realizamos en verano, hay que evitar pasear por la playa en las horas de más calor, optando por realizar estos paseos en “las primeras horas del día o en las últimas de la tarde”. Martínez además indica que: “Hay que ser conscientes de que cuando la temperatura ambiental supera los 30ºC y la humedad es igual o superior al 80 por ciento, no es recomendable realizar ejercicio físico debido a que el cuerpo en estas condiciones no elimina bien el calor producido durante la actividad”.
La arena: ¿seca o mojada?
La arena nos otorga muchos beneficios a nuestra salud, pero debemos de tener precaución si la playa presenta mucho desnivel o inclinación.
En cualquier caso, si optamos por realizar estos paseos, el mejor tipo de arena para realizar los paseos por la playa es la mojada: “Es el terreno más sencillo de recorrer en la playa, ideal para comenzar y precalentar las extremidades, ya que las olas masajean los tobillos y ayudan a estimular más la circulación”, indica Checa. Esta superficie “suele ser algo más estable que la arena seca, en la cual se necesita un mayor gasto energético por el esfuerzo que requiere el recorrido del paso, desde que se choca con el talón hasta que se despega de la arena”, explica la especialista del CPPA en Almería.
¿Consultar o no a un profesional?
Si queremos hacer estos paseos por la playa podemos hacer una consulta a nuestro médico, quién “nos aconsejará si existe alguna contraindicación en caso de lesión o enfermedad grave y nos recordará las precauciones que debemos tomar”, apunta Martínez.
Checa recomienda acudir a nuestro podólogo, ya que “una buena anamnesis o revisión de la extremidad inferior nos determinará si existen lesiones previas para la práctica de ejercicio en la época estival”. Según la podóloga, realizar estos paseos puede agravar la sobrecarga o lesión que tengamos.
Cuidateplus.marca.com
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