Una mascota no es un simple regalo, es un compromiso para toda la vida y no todas las personas están dispuestas a asumirlo, tienen los recursos o el tiempo para ello. Estas son las recomendaciones de los expertos para que lo pienses mejor si hace parte de tu lista de regalos.
Por Alejandra Vargas Morera
Se sugiere que los dueños de las mascotas no sean los niños sino sus padres. Entre las principales razones por las que miles de mascotas son abandonadas por la falta de interés, de tiempo o de dinero.
Es una historia que se repite mucho en las navidades: un niño o niña, un amigo o una novia piden un perro, una tortuga terrestre o un gato y se les concede el regalo. Pero esta mascota, en muchos casos, es abandonada a su suerte a los pocos meses porque se convierte en un inconveniente o una responsabilidad no deseada. Se estima que un 70% de los perros que deambulan en la calle tienen o tuvieron dueño.
Los animales son hermosos y aportan a la vida de muchas familias un cariño incondicional que alegra y sana a muchas personas. Sin embargo, estos tienen derechos, recuerdan la American Society for the Prevention of Cruelty to Animals (ASPCA) y la People for the Ethical Treatment of Animals (PETA).
Aunque puedan parecer peluches, las mascotas son, más que juguetes para regalar, son hijos que se adoptan. Son una responsabilidad de 10 a 15 años -en el caso de los perros- y hasta 20 con los gatos. Por ello, nunca debe tomarse a la ligera la decisión de integrar a un nuevo miembro al hogar.
Estos son algunos argumentos que te sugerimos tener presentes antes de pensar en regalar una mascota para Navidad.
→ Es verdad que provocan una emoción particular en los niños y niñas cuando los reciben, que las fotografías con cachorros son de las cosas más hermosas para compartir... sin embargo, los animales no son juguetes para niños o personas de ninguna edad. No quieres perpetuar esa idea con un regalo sorpresa, recuerda la Friends of Animals (FoA).
→ No quieres contribuir con el maltrato animal. Según World Animal Protection, cada año, son abandonados en las calles cientos de mascotas que alguna vez fueron un tierno regalo de Navidad. Y es que no a todas las edades los pequeños mantienen el interés de cuidar de un perro o un gato por mucho tiempo y entonces esa responsabilidad recae en un adulto que no necesariamente tiene el tiempo o el cariño para hacerlo por ellos. Cuando empiezan a orinarse en la alfombra o lloran mucho por la noche, comienzan los problemas para quienes no estaban preparados para ello. Por eso se sugiere que los dueños de las mascotas no sean los niños sino sus padres. Entre las principales razones por las que miles de mascotas son abandonadas es por la falta de interés, de tiempo o de dinero. También puede ser un problema de espacio o de permisos en la zona (o los caseros) donde se vive.
→ Si más de una persona reside en la casa, la llegada del animal debe acordarse conjuntamente, recomienda la Humane Society of the United States (HSUS). Ahora bien, si la familia o los compañeros de casa ya hablaron del tema están convencidos de que se quiere tener una mascota, las organizaciones ambientalistas sugieren que se priorice rescatar a un animal de la calle o un refugio antes que comprar uno nuevo. Existen miles de centros, al menos varios en cada país. Allí los expertos podrán guiar a quien desee una mascota en las mejores características para cada caso de tamaño, edad o raza. Los futuros dueños deberían participar en elegir al animal que más se adapte. Es vital indagar sobre la "personalidad" de la mascota y, cuando se trata de un perro de raza, por ejemplo, se debe elegir una raza adecuada para las condiciones del hogar.
Los animales son, más que juguetes por regalar, hijos que se adoptan. Son una responsabilidad de 10 a 15 años en el caso de los perros, y hasta 20 con los gatos.
Evite ser estafado y poner en riesgo a las personas que quiere. Recomiendan abstenerse de comprar cachorros en sitios públicos como centros comerciales, donde suelen darse las ventas de cachorros en esta época. También se sugiere tener precaución con los criadores de perros que se anuncian en redes sociales, páginas web, revistas o afiches o aquellos que venden en sitios públicos como parques, ferias del agricultor e incluso en la calle. En estos casos, el riesgo es que no es posible saber cómo los han criado. Muchas veces se venden animales enfermos, agresivos o incluso de una raza que no es la que se deseaba. Para evitar esto, se sugiere que ante la llegada de una nueva mascota se debe vacunar, esterilizar e identificar. De esta manera se le protege de enfermedades, y se contribuye a que haya menos animales deambulando en las calles.
Por último, los animales silvestres no nacieron para ser mascotas encerradas o enjauladas. Aunque las legislaciones de los diferentes países pueden ser más o menos permisivas, es importante que bajo ninguna circunstancia se compren animales silvestres como iguanas, serpientes, aves, tortugas o incluso grandes felinos. Estos animales no son mascotas, son seres que sufrirán mucho si son confinados a un espacio pequeño como entretenimiento, recuerda Conservation International y UICN. Incluso, el estrés que sufren por estar encerrados, podría contribuir a que manifiesten comportamientos peligrosos, se escapen o ataquen a sus propietarios, alerta la organización In Defense of Animals (IDA). El tráfico de especies para la venta ocasiona mucho daño a ecosistemas de todo el planeta, especialmente de los sitios más biodiversos del mundo. Si no hay demanda, la oferta se debilitaría, pero si se siguen comprando, el daño continuará.
UniVision
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