Hay una oportunidad considerable de generar energía eólica en el océano abierto, particularmente en el Atlántico Norte, según un análisis de científicos de la Carnegie Institution for Science.
Debido a que las velocidades del viento son más altas en promedio sobre el océano que sobre la tierra, las turbinas eólicas en el océano abierto podrían, en teoría, interceptar más de cinco veces más energía que las turbinas eólicas sobre la tierra.
Esto presenta una atractiva oportunidad para generar energía renovable a través de aerogeneradores, pero no se sabía si los vientos oceánicos más rápidos podrían convertirse realmente en mayores cantidades de electricidad.
La mayor parte de la energía capturada por grandes parques eólicos se origina más arriba en la atmósfera y es transportada hasta la superficie donde las turbinas pueden extraer esta energía.
Otros estudios han estimado que existe una tasa máxima de generación de electricidad para los parques eólicos terrestres y han llegado a la conclusión de que esta tasa máxima de extracción de energía está limitada por la velocidad a la que la energía se mueve hacia abajo a partir de vientos más rápidos.
"La verdadera pregunta es: ¿puede la atmósfera sobre el océano mover más energía hacia abajo de lo que es capaz la atmósfera sobre la tierra?",plantea el coautor Ken Caldeira, cuyo estudio se publica en PNAS.
Las sofisticadas herramientas de modelado de compararon la productividad de los grandes parques eólicos de Kansas con los masivos y teóricos parques eólicos oceánicos abiertos y encontraron que en algunas áreas los parques eólicos oceánicos podían generar al menos tres veces más energía que los de tierra.
En el Atlántico Norte, en particular, la resistencia aerodinámica introducida por las turbinas eólicas no ralentizaría los vientos tanto como lo harían en tierra, descubrieron Caldeira y su equipo. Esto se debe en gran parte al hecho de que grandes cantidades de calor desembocan en el Atlántico Norte y en la atmósfera que lo recubre, especialmente durante el invierno.
Este contraste en el calentamiento superficial a lo largo de la costa de Estados Unidos impulsa la generación frecuente de ciclones, o sistemas de baja presión, que atraviesan el Atlántico y son muy eficientes en atraer la energía de la atmósfera superior hasta la altura de las turbinas.
"Descubrimos que los gigantescos parques eólicos oceánicos son capaces de aprovechar la energía de los vientos en gran parte de la atmósfera, mientras que los parques eólicos en tierra siguen estando limitados por los recursos eólicos cercanos a la superficie", explica la coautora Anna Possner.
Sin embargo, esta enorme energía eólica es muy estacional. Mientras que, en el invierno, los parques eólicos del Atlántico Norte podrían proporcionar suficiente energía para satisfacer todas las necesidades actuales de la civilización, en el verano estos parques podrían simplemente generar suficiente energía para cubrir la demanda eléctrica de Europa, o posiblemente de Estados Unidos.
La producción de energía eólica en aguas profundas del océano abierto está en su infancia de comercialización.
Los enormes recursos de energía eólica identificados por el estudio Possner y Caldeira proporcionan fuertes incentivos para desarrollar tecnologías de bajo costo que pueden funcionar en mitad del mar abierto y transmitir esta electricidad a tierra donde pueda utilizarse.
Fuente: Energías Renovables
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