“Hay muchos santos escondidos, hombres, mujeres, padres y madres de familia, enfermos, sacerdotes que cada día ponen en práctica el amor de Jesús; y esto nos da esperanza”
El verdadero cristiano pone en práctica la Palabra de Dios; no basta con decir que tienes fe. Al comentar la parábola de la casa construida sobre piedra o arena, tomada del Evangelio del día, el papa dijo que “no deberíamos ser “cristianos en apariencia”, cristianos inventados, porque cuando llega la lluvia, el maquillaje se desvanece. No basta con pertenecer a una familia muy católica, a una asociación, o ser un benefactor, si no seguimos la voluntad de Dios. “Tantos 'cristianos aparentes' colapsan a la primera tentación porque no hay sustancia allí, han construido sobre arena. Por otro lado, hay muchos santos entre el Pueblo de Dios -no necesariamente santos canonizados, sino santos- que ponen en práctica el amor de Jesús”.
“Consideremos a los más pequeños… a los enfermos que ofrecen sus sufrimientos por la Iglesia, por los demás. Consideremos a tantos ancianos que están solos, que rezan y hacen ofrendas. Pensemos en tantas madres y padres de familia, que con tanto esfuerzo crían a sus familias, educan a sus hijos, realizan su trabajo diario, soportan sus problemas, pero siempre con esperanza en Jesús, que no se pavonean, sino hacer lo que puedan”.
Son "los santos de la vida diaria", dijo el papa:
“Consideremos tantos sacerdotes que no se ven, pero que trabajan en sus parroquias con tanto amor: la catequesis de los niños, el cuidado de los ancianos, de los enfermos, la preparación de los nuevos esposos… y cada día lo mismo, lo mismo, lo mismo. No se aburren porque su fundamento sea la roca. ¡Es Jesús, esto es lo que da santidad a la Iglesia, es esto lo que da esperanza!”
“Deberíamos pensar en tanta santidad escondida que hay en la Iglesia, los cristianos que permanecen en Jesús. Pecadores, ¿eh? Todos somos... Y sin embargo, a veces uno de estos cristianos comete algún pecado grave, pero se arrepiente, busca el perdón, y esto es grande: la capacidad de buscar el perdón, de no confundir el pecado con la virtud, de saber bien dónde está la virtud y dónde está el pecado. Estos están fundados sobre roca, y la roca es Cristo. Siguen el camino de Cristo, lo siguen a Él”.
“Los soberbios, los vanidosos, los 'cristianos en apariencia' serán demolidos, humillados”, mientras que los pobres serán los que triunfen, los pobres de espíritu, los que en presencia de Dios se consideren nada, los humildes, y llevan adelante la salvación, poniendo en práctica la Palabra del Señor”. Y continuó citando a San Bernardo: “Hoy somos, mañana no seremos. Piensa, hombre, qué será de ti: comida de gusanos ... Los gusanos nos comerán a todos. Si no tenemos esta piedra, acabaremos pisoteados”:
“En este tiempo de preparación para la Navidad, pidamos al Señor que se base firmemente sobre la roca que es Él, nuestra esperanza es Él. Todos somos pecadores, somos débiles, pero si ponemos nuestra esperanza en Él podemos seguir adelante. Y este es el gozo del cristiano: saber que en Él hay esperanza, hay perdón, hay paz, hay gozo. Y no poner nuestra esperanza en cosas que son hoy y mañana no serán”.
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