domingo, 29 de septiembre de 2013

EL PAPA FRANCISCO OCULTÓ SUS ACCIONES CONTRA DOS PRELADOS. AHORA AMBOS ESTÁN CON “PARADERO DESCONOCIDO”

¿Cuántos niños han sido víctimas de abusos o corren peligro hasta que ambos hombres sean detenidos? ¿En qué momento debería Francisco pedir disculpas y ofrecer ayuda a las víctimas?

Por Betty Clermont


Un “dossier” acusando al nuncio papal, el arzobispo Josef Wesolowski, de abusos sexuales a menores fue enviada al papa Francisco en julio por el cardenal de Santo Domingo Nicolás de Jesús López Rodríguez. El papa encontró la información lo suficientemente creíble como para despedir a Wesolowski, nuncio tanto en la República Dominicana como en Puerto Rico, el 21 de agosto a través de la carta confidencial N.2706/PR a los obispos de ambos países.

Ni las autoridades civiles ni el público conocían la existencia de Wesolowski hasta que un programa de televisión local hizo una exposición el 31 de agosto. Fruto de una investigación de un año, la emisión recogía testimonios de residentes de la Zona Colonial de Santo Domingo que afirmaban que Wesolowski pagaba a menores por sexo.

Al parecer, Wesolowski había abandonado el país sólo unos días antes. Hubo acusaciones de que el papa permitió escapar a su nuncio y especulaciones de que Wesolowski huyó a Haití, donde los niños son aún más desesperadamente pobres.

El 23 de septiembre, el Ministerio de Justicia de la República Dominicana confirmó que había pruebas de pederastia contra Wesolowski. Un diácono confesó haber “conseguido” a menores para el prelado, que supuestamente esperaba en su vehículo en las inmediaciones. El diácono, Francisco Javier Occi Reyes, quedó en prisión preventiva, acusado de pederastia, siendo detenido cuando una de las presuntas víctimas de Wesolowski alertó a un agente de policía. El diácono dijo que en aquella ocasión Wesolwski se marchó pero no dijo nada porque pensaba que la influencia de la Iglesia le sacaría de la cárcel.

El Procurador Adjunto y el investigador principal de los casos, Bolívar Sánchez, señalaron que Wesolowski no puede ser extraditado debido a su estatus diplomático. Dijo que los menores entrevistados admitieron haberse masturbado y haber participado en sexo oral con el obispo mientras los filmaba con un teléfono celular. Otro testigo afirmó haber visto pornografía infantil en la computadora portátil Wesoloski en la embajada del Vaticano. Sánchez confirmó que cuando la Iglesia Católica local presentó la evidencia al Vaticano, el Ministerio de Justicia desconocía el caso pero ha recibido plena cooperación después de que se inició la investigación.

Wesolowski es de nacionalidad polaca y la historia está recibiendo una amplia cobertura en ese país. Un reportero de investigación del Newsweek polaco confirmó que Wesolowski era muy conocido en la Zona Colonial. El reportero fue informado de que el nuncio pagaba a jóvenes 500 pesos para que se masturbaran delante de él. Ocasionalmente les pagaba 3.000 pesos por sexo “completo”.

“La confianza en la Iglesia se ha resentido”, declaró el secretario general de la Conferencia Episcopal Polaca, monseñor Wojciech Polak. Pidió perdón. “Es lo menos que puedo hacer”, dijo a los periodistas. Polak, sin embargo, rechazó la idea de una compensación económica a las víctimas por parte de la Iglesia. Más bien, sólo la persona responsable de estos actos debería restituirlos. Además, la jerarquía polaca afirmó que no ha habido ningún contacto con Wesolowski y que sigue en paradero desconocido.

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Del mismo modo, el papa Francisco envió una carta confidencial N315/2012 a los obispos de Perú el 24 de mayo de 2013, informando sobre la destitución del obispo auxiliar Gabino Miranda Melgarejo de Ayacucho, de región Andina pobre en el sur de Perú. Según este informe del periódico, no se dio ninguna razón y no hubo anuncio público.

Miranda dirigía la pastoral juvenil de la Conferencia Episcopal de Perú desde 2007 y había acompañado al grupo “a otros países” y a España en 2011 para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, el mismo evento al que asistió recientemente el papa Francisco en Brasil.

Se informó de que Miranda era un sacerdote del Opus Dei. Pero el grupo dijo que sólo había recibido “asistencia espiritual” de la organización, lo que significa que aunque no fue ordenado sacerdote del Opus Dei, Miranda era un sacerdote diocesano “intrínsecamente unido al Opus Dei”. Esto explicaría cómo pudieron viajar los niños pobres, ya que el Opus Dei habría pagado sus viajes.

El 21 de agosto, un abogado español, Francisco José de la Cigona, escribió en su blog que el Vaticano “aceptó la dimisión” de Miranda por “mantener relaciones sexuales con menores y también con adultos”, que habían sido “solicitadas en confesión”. Su informador confirmó que el nombre de Miranda había sido retirado de la página web de la arquidiócesis.

Diego García Sayán, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, escribió en su columna del diario La República del 19 de septiembre lo que se venía “diciendo en círculos eclesiásticos desde hace por lo menos un mes”: Miranda había sido destituido por el papa por acusaciones de abuso sexual de menores. “No hay información oficial” [de la Iglesia], sin embargo, “es imprescindible confirmar o desmentir lo que es un secreto a voces”. De ser cierto, escribió, pidió “una acción inmediata del fiscal general”.

Más tarde, el 19 de septiembre, un obispo local declaró públicamente que “Miranda no sólo ha sido destituido [por pederastia], sino laicizado. Ya no es sacerdote”.  El obispo declaró que el Vaticano aún no se lo había comunicado oficialmente.

Al día siguiente, Reuters informó de que un “funcionario de la Iglesia no identificado confirmó que Miranda, de 53 años, había dimitido, pero declinó decir por qué”. La oficina del fiscal general dijo que estaba investigando a Miranda y que anunciaría sus acciones en breve. Según un comunicado del Opus Dei, Miranda “niega cualquier delito relacionado con menores”.

Varios prelados siguieron confirmando la “renuncia” de Miranda, o la “destitución” de Miranda. El vocero de la Arquidiócesis de Ayacucho, dijo que Miranda “partió en julio”, pero no precisó el motivo.  

El 22 de septiembre, el corresponsal de La República en Ayacucho señaló que el arzobispo de la archidiócesis y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Salvador Piñeiro, había anunciado a otros jerarcas peruanos que Miranda había sido destituido y laicizado el 15 de agosto, basándose en las pruebas y testimonios de la(s) víctima(s) y sus familiares. El fiscal del gobierno, Garry Chávez, cuestionó por qué, habiendo conocido el caso, la jerarquía eclesiástica nacional no se había puesto en contacto con la autoridad civil.

El mismo día, el cardenal limeño Juan Luis Cipriani “minimizó” las acusaciones de abuso sexual de menores contra Miranda y culpó del escándalo a los medios de comunicación. Cipriani se reunió con el papa Francisco el 24 de septiembre “durante más de una hora”, pero dijo que no se habló de Miranda.

También el 24 de septiembre, el fiscal Chávez dijo a La República que solicitó a los arzobispos de Ayacucho y Lima y al nuncio papal -puesto que las denuncias se hicieron directamente al Vaticano- copias de los expedientes en los que el papa basó su decisión de destituir a Miranda. Según Chávez, Miranda se marchó la segunda semana de agosto y su paradero sigue siendo desconocido.

Chávez pidió a la Fiscalía General, que se ocupa de los delitos internacionales, que reciba la información solicitada al nuncio a través del Ministerio de Asuntos Exteriores. Dijo que espera que haya una respuesta rápida del Vaticano.  

El 26 de septiembre, Reuters informó que Chávez les dijo que funcionarios de la Iglesia con sede en Perú y el Vaticano aún no habían respondido a varias solicitudes de detalles sobre el caso. “Lo que vamos a hacer ahora es reiterarles que la ley exige su cooperación”, dijo Chávez. El arzobispo de Ayacucho, Salvador Piñeiro, quien supervisó a Miranda durante dos años, dijo que apoya la investigación y espera que revele la verdad. Dijo que todo lo que sabe sobre el caso es que el 5 de julio fue notificado por el papa Francisco de que Miranda estaba siendo destituido por “pecados contra el sexto mandamiento” [No cometerás adulterio] “en un proceso sujeto a secreto pontificio”. (El “sexto mandamiento” es un eufemismo utilizado por los eclesiásticos católicos para cualquier transgresión sexual, desde la masturbación a la violación).

Sin embargo, la revista digital CARETAS informó que la acusación contra Miranda era por “tocamientos indebidos” a un monaguillo de 14 años en junio de 2012 en el confesionario. Según la revista, la víctima presentó una denuncia formal ante el arzobispado de Ayacucho. Al parecer, la denuncia pasó desapercibida o fue ignorada durante algún tiempo. Además, CARETAS informó que Chávez cree que existe otra denuncia contra Miranda por parte de una adolescente de 15 años.

Piñeiro negó esto y dijo que nunca recibió denuncias contra Miranda. “Eso es mentira. Por supuesto que hubiera investigado. No soy cómplice”, protestó el arzobispo.

Mientras tanto, Miranda sigue con paradero desconocido.

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Si bien el papa Francisco podría ser elogiado por despedir a estos prelados, el hecho de que la información que recibió fuera lo suficientemente creíble como para que tomara medidas también significa que debería haber alertado inmediatamente a las autoridades civiles para que, si estaba justificado, se pudiera realizar un arresto o al menos iniciar una investigación lo antes posible. Además, el papa Francisco debería haber hecho públicas las acusaciones para animar a otras víctimas a ponerse en contacto con las fuerzas del orden, lo que podría facilitar la investigación, acelerar la detención o hacer más seguro el enjuiciamiento. Además, si se hicieran públicas, la gente podría evitar el contacto con el acusado. El grupo Red de Supervivientes de Abusados por Sacerdotes (SNAP) define el hecho de no tomar estas medidas como “encubrimiento”.

¿Cuántos niños han sido víctimas de abusos o corren peligro hasta que ambos hombres sean detenidos? ¿Aprovecharon Wesolowski y Miranda el tiempo que les proporcionó el silencio del papa para eludir el arresto? ¿En qué momento debería Francisco pedir disculpas y ofrecer ayuda a las víctimas?


Dailykos / Bishop-Accountability


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