Las tesis del profesor Walter Kasper
Sept. 11, 2004
Del IK (Initiativ Kreis) Noticias del 8-9/2003
- “La fe no significa creer que son verdaderos hechos maravillosos y conjuntos de creencias que se nos han presentado con autoridad”.
- “Los dogmas ciertamente pueden ser unilaterales, superficiales, mandones, tontos y temerarios”.
- Cristo “presuntamente no se llamó a sí mismo Mesías o Siervo de Dios o Hijo de Dios y probablemente tampoco Hijo del Hombre”.
- El dogma de que Jesús es “completamente hombre y completamente Dios” puede ser superado.
- Kasper escribe "que debemos llamar legendarias a las muchas historias de milagros en los Evangelios".
- Incluso cuando Kasper admite que Jesús realizó curaciones: “Por otro lado, con cierta probabilidad uno no necesita considerar los llamados milagros de la naturaleza como históricos”.
- La Resurrección de Jesús “no es un hecho histórico comprobable objetiva y neutralmente”.
- En cuanto al relato más antiguo del evento pascual (Mc 16,1-8), Kasper comenta “que aquí no estamos hablando de características históricas sino de medios [lingüísticos] de estilo que son para llamar la atención de la gente y crear tensión [suspenso, excitación].” Otras afirmaciones fácticas del Nuevo Testamento sobre los relatos de la Pascua y la Ascensión también son meros “medios de estilo” para Kasper.
- Las declaraciones sobre la Trinidad inmanente o sobre la preexistencia de Cristo son, según Kasper, “no declaraciones directas de fe sino declaraciones teológicas de reflexión”.
- Kasper también habla de la “Resurrección de cada individuo en la muerte”. Por lo tanto, “cualquier conversación sobre la vida después de la muerte es engañosa”. Además, cualquier conversación sobre el cielo, el infierno y el purgatorio es “una forma de hablar muy inapropiada y, de hecho, engañosa”.
- Por la “expresión no muy afortunada 'infalibilidad de la Iglesia'” se quiere decir “que la Iglesia ... no puede volver definitivamente al estado de la Sinagoga y no puede negar a Cristo definitivamente”.
- El dogma de la mediación universal de salvación de la Iglesia, revestido con las palabras “extra ecclesiam nulla salus” [“no hay salvación fuera de la Iglesia”], que es de suma importancia para el diálogo ecuménico, Kasper lo llama una “frase muy incomprensible”.
Conclusión: Walter Kasper es un modernista típico
Kasper fue nombrado “cardenal” por el falso “papa” Juan Pablo II el 21 de febrero de 2001. Unos días después, Juan Pablo II lo nombró presidente del llamado “Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos”, el órgano del Vaticano del Novus Ordo encargado del ecumenismo y de las relaciones con los no católicos. Con este cargo, a Kasper se le dio el lugar en el que podía hacer el mayor daño a la fe católica y difundir su veneno modernista a católicos y no católicos por igual. No se podría imaginar una publicación más efectiva para distorsionar y diluir la Fe. En 2005, el falso “papa” Benedicto XVI, al igual que Kasper también alemán, confirmó a Kasper en este cargo, donde permaneció hasta el 1 de julio de 2010, momento en el que tenía más de dos años después de la edad obligatoria de jubilación de 75. Así, tanto Benedicto XVI como Juan Pablo II aseguraron que de 2001 a 2010, el modernismo de Walter Kasper pudiera ser más efectivo que nunca en la Iglesia Novus Ordo.
El modernismo es incompatible con el catolicismo, lo que significa que no es posible ser modernista y católico romano al mismo tiempo; uno excluye al otro. Como mostrarán los enlaces a continuación, el modernismo de Kasper es flagrante. Por ejemplo, la palabrería que escupe sobre la Resurrección de Nuestro Bendito Señor Jesucristo es directamente condenada como modernista por el decreto Lamentabili (1907), emitido por el Santo Oficio bajo el Papa San Pío X: “La resurrección del Salvador no es propiamente un hecho de orden histórico, sino un hecho de orden puramente sobrenatural, ni demostrado ni demostrable, que la conciencia cristiana derivó poco a poco de otros hechos” (proposición n. 36). Los errores de los modernistas “cautivan la mente de los fieles y corrompen la pureza de su fe”, advierte el mismo decreto, por lo que deben “ser tenidos por todos como condenados y proscritos”. Esta, señoras y señores, es la enseñanza inmutable de la Iglesia Católica. “Pero si nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gál 1, 8).
Además, el mismo santo Papa Pío X repitió en su encíclica antimodernista Pascendi que el Concilio Vaticano I nos exhorta a que “se han de retener también los dogmas sagrados en el sentido perpetuo que una vez declaró la Santa Madre Iglesia, ni jamás hay que apartarse de él con color y nombre de más alta inteligencia” (párr. 27). Su Santidad también exhorta a los combatientes del Modernismo a “Eviten la novedad de los vocablos, recordando los avisos de León XIII: “No puede aprobarse en los escritos de los católicos aquel modo de hablar que, siguiendo las malas novedades, parece ridiculizar la piedad de los fieles y anda proclamando un nuevo orden de vida cristiana, nuevos preceptos de la Iglesia, nuevas aspiraciones del espíritu moderno, nueva vocación social del clero, nueva civilización cristiana y otras muchas cosas por este estilo” (párr. 54).
Verificación de la realidad:
Papa Pío IX, Encíclica contra el Liberalismo, Quanta Cura, 1864
Papa san Pío X, Encíclica contra el Modernismo, Pascendi Dominici Gregis, 1907
Papa San Pío X, Syllabus de Errores Modernistas, Lamentabili, 1907
Papa Pío XII, Encíclica contra las opiniones que socavan la doctrina católica, Humani Generis, 1950
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