Durante
toda la vida, siempre y cuando se practique algún deporte o se realice
determinada actividad física, una persona corre riesgo de lastimarse o
lesionarse.
Esto
tiene que ver, en parte, con el tipo de ejercicio que se realice -y por
supuesto lo preparada o no que esté una persona para llevarlo a cabo- pero
también con ciertos factores “extrínsecos” y algunos “intrínsecos”.
Entre
los primeros, se cuentan la alimentación, el estado de salud general, el
calzado utilizado, la superficie e inclusive la vestimenta que se utiliza para
un determinado deporte en cierta superficie; mientras que entre los intrínsecos
se encuentra uno fundamental y determinante: la edad.
Ocurre
que a medida que pasan los años y transcurren las diferentes etapas de la vida,
las lesiones varían.
De
acuerdo con el doctor Marcos Galli Serra, médico del staff de Ortopedia y
Traumatología y del staff de Ortopedia Oncológica y Banco de Tejidos del
Hospital Universitario Austral (HUA), “desde el punto de vista ortopédico y
traumatológico en el caso de los chicos son más frecuentes las complicaciones
relacionadas con el crecimiento y desarrollo óseo, así como también las
fracturas. Éstas, por lo general, se solucionan mediante la colocación de un
yeso”.
Esto
quiere decir que en la infancia, la mayoría de las lesiones no requieren la
realización de intervenciones quirúrgicas.
“Por
su parte, los adolescentes o jóvenes, también sufren fracturas, aunque además
suelen padecer esguinces o lesiones ligamentarias complejas que en algunos
casos requieren la realización de una cirugía, pero también de diversos
ejercicios de rehabilitación”, sostuvo el especialista.
“En
estos casos, por supuesto, tiene mucho que ver el deporte o actividad que se
realice”, completó el doctor Galli Serra, haciendo referencia a que por
supuesto no es lo mismo un adolescente que practica rugby o una joven que hace
hockey, que una persona de esa misma edad cuyo ámbito de desempeño es la
natación, deporte en el cual no sólo no hay roce sino que además la superficie
de impacto no existe.
En
cuanto a la adultez, tal como explican los especialistas, cobran importancia
las lesiones asociadas a la sobrecarga y el estrés, dos “pilares” de la
actividad laboral.
Así,
empiezan a surgir problemas como la tendinitis -por utilizar tanto la
computadora- la cervicalgia, favorecida por el hecho de dormir y descansar mal
luego de un día de tensiones, y la lumbalgia, en la cual mucho tienen que ver
las malas posturas.
Cabe
destacar que es real que molestan y mucho en el día a día, aunque estas
lesiones no son graves y por lo general mejoran mucho con kinesiología u otras
actividades quizás más relacionadas con los hobbies, lo “extra-laboral” y el
esparcimiento.
“Finalmente,
en los adultos la consulta más frecuente es por artrosis y su posible
tratamiento, tal como ocurre con los adultos mayores, debido a que en la
tercera edad junto a las lesiones artrósicas comienzan a aparecer algunas de
origen traumático como la fractura de cadera o muñeca, que a su vez son muy
prevalentes debido a la osteoporosis”, completó el Galli Serra.
Una buena receta
Cada
persona es diferente, y por lo tanto también lo es el tipo de actividad o
ejercicio que le puede dar resultado ya sea para bajar de peso, tonificar,
mantener o simplemente sentirse mejor y despejarse luego de un día de trabajo.
Sin embargo, una buena opción para evitar lesiones cambiar periódicamente de
rutina. Esto quiere decir que aunque un hábito dé resultados, es importante
modificarlo o al menos cambiar pequeñas cosas luego de cierto tiempo.
“Lo
que sirve es la actividad, no la forma en la que se haga, razón por la cual no
sólo no existe una receta única e infalible, sino que además siempre es
recomendable cambiar o al menos ir incorporando siempre nuevos elementos”,
sostuvo el doctor Ricardo Solari, jefe Traumatología y Ortopedia del Hospital
Rivadavia.
Fuente:
PRO-SALUD News
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