lunes, 18 de julio de 2011

LOS PRODUCTOS BIODEGRADABLES NO SIEMPRE SON BUENOS PARA EL MEDIO AMBIENTE

Los productos biodegradables no siempre tienen un bajo impacto ecológico. Todo depende de dónde acaben y cuánto tiempo tarden en descomponerse, según un nuevo estudio publicado en Estados Unidos.   
 
Si los materiales biodegradables como vasos, utensilios o bolsas acaban en vertederos en los que hay descomposición anaeróbica (sin presencia de oxígeno) liberarán metano, uno de los gases responsables del calentamiento global, según explicó a BBC Mundo uno de los autores del estudio, Morton Barlaz, jefe del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

"El metano puede ser una fuente valiosa de energía cuando se captura para su uso, pero si se libera a la atmósfera es un potente gas de invernadero", señala Barlaz.

De los vertederos estadounidenses, sólo un 35% captura metano para su uso como fuente de energía, otro 34% lo captura y lo quema in situ y un 31% permite que el gas escape a la atmósfera, según el estudio.

Si los productos biodegradables no acaban en vertederos comunes sino en depósitos de compost o abono, en los que la descomposición es aeróbica, "la materia se transforma en dióxido de carbono y agua, pero no se libera metano", señala Barlaz.

Más lento puede ser mejor

La cantidad de metano liberada en la descomposición de un producto biodegradable depende de cuán rápido ocurra este proceso.

"Esto es así porque las regulaciones federales no requieren que los vertederos instalen sistemas de captura de metano sino hasta dos años después del depósito de los residuos", dijo Barlaz a BBC Mundo.

"De esta forma, si un producto se descompone relativamente rápido, antes de la instalación de los mecanismos de captura, parte del metano será liberado a la atmósfera".

El investigador espera que su estudio se tome en cuenta en el futuro a la hora de diseñar productos como envases de plástico para alimentos.

"Podría diseñarse un material que se descomponga lentamente, como el papel de periódico, en cuyo caso la biodegradación tendrá un beneficio neto".

Confusión

Otro problema, según Barlaz, es que "no hay uniformidad en la definición de qué es degradable y esto genera confusión".

La Comisión Federal de Comercio estadounidense (FTC por sus siglas en inglés) indica que los productos comercializados como "biodegradables" deben descomponerse "en un período de tiempo razonablemente corto".

"El FTC dice que el materia debe degradarse dentro de un año, pero hemos mostrado que una descomposición más lenta puede ser mejor cuando se trata de vertederos".

Cuando un consumidor compra un producto biodegradable, lo hace generalmente bajo la impresión de que acabará descomponiéndose totalmente sin dañar al medio ambiente. Pero esto sólo ocurre, explica Morton Barlaz, si "el 100% del producto es degradable y acaba en un sitio donde hay descomposición aeróbica".

¿Qué consejo le daría Barlaz a los consumidores que quieren minimizar su impacto en el medio ambiente?

"Para empezar, que usen la menor cantidad de empaque posible y pidan productos con un mínimo de envasado".

El estudio fue publicado en la revista Environmental Science and Technology.


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