Un informe del Institute of Marriage and Family Canada (“Opciones privadas, costes públicos: cómo nos cuestan a todos las familias rotas”) evidenciaba el impacto económico de las familias separadas. Según ese informe, en el año fiscal 2005-2006 se destinaron 6,100 millones de dólares para ayudas a este tipo de familias.
Por Jorge Enrique Mújica
En 2008 Benjamin Scafidi dirigió un estudio sobre el costo del divorcio para el bolsillo de los estadounidenses (puede consultarse en www.americanvalues.org/html/coff_mediaadvisory.htm ). En total, más de 112.000 millones de dólares anuales, una cifra que, en diez años, suma más de un billón de dólares. No es lo peor. Según Scafidi, los niños criados en hogares donde únicamente está la mamá o ésta cohabita sin casarse tienen el doble de riesgo de ir a la cárcel que los niños que crecen con ambos padres.
En Gran Bretaña, el Center for Social Justice de Londres estimaba en una tasa anual de 20.000 millones de libras (32.000 millones de dólares) las cargas económicas al gobierno a causa del divorcio.
Una de las partes más afectadas en un divorcio, al menos estadísticamente, es la mujer. Según una investigación del director del Institute for Social and Economisc Research, Stephen Jenkins, cuando un matrimonio se divide el varón aumenta en un tercio sus ingresos disponibles. Los ingresos de la mujer caen más de un quinto lo que provoca que la pobreza de las mujeres divorciadas llegue hasta un 27%.
ForumLibertas.com (cf. 08.06.2009) reportaba el aumento de mujeres que se enfrentan solas a la maternidad en países como Estados Unidos. Tan solo en 2007 hubo 1.714.643 nacimientos de madres solteras. O lo que es lo mismo: 4 de cada 10 nacimientos. La Oficina Nacional de Estadística de Gran Bretaña revelaba que actualmente sólo se casan en ese país 1 de cada 50 mujeres solteras y 1 de cada 43 hombres solteros.
El costo social del divorcio pone de manifiesto el papel positivo y decisivo del matrimonio en la construcción de sociedades auténticamente fuertes.
Una crisis de confianza, falta de diálogo y otras causas
En un reportaje del Daily Mirror (cf. 17.06.2009) se ponía de manifiesto una inquietud de un juez inglés en un discurso a la Family Holiday Association. Paul Coleridge acusaba a madres y padres de no confiar el uno en el otro y de marcar de por vida a sus hijos con sus actitudes.
No pocas veces, la falta de un conocimiento más profundo durante el noviazgo condiciona el matrimonio. Si a esto se añade la falta de diálogo y entendimiento y el afán egoísta de disponer cada parte de sus bienes, la situación se agudiza.
A esa mutua confianza y diálogo en las relaciones debe acompañarla un apoyo social fomentado por los distintos gobiernos a través de programas públicos, incluso en las escuelas. Pero parece que más bien muchos países apuntan en sentido opuesto. En no pocos lugares las políticas familiares se decantan en el apoyo a las separaciones y se echa de menos la formación de los jóvenes en una auténtica madurez afectiva (que no banalice la sexualidad promoviendo la promiscuidad) y en la responsabilidad no sólo a nivel profesional.
Los medios de comunicación también juegan un papel importante en la promoción o deformación del concepto de familia. A inicios de febrero de 2009, un estudio del Banco Interamericano para el Desarrollo puso de manifiesto que en Brasil hay una relación en el aumento de los divorcios y las telenovelas que produce y proyecta TV Globo. Alberto Chong y Eliana La Ferrara, autores de la investigación que analizó 115 telenovelas transmitidas de 1965 a 1999, señalan que el número de mujeres que se separan o divorcian aumenta según la señal de TV Globo se va expandiendo a otros lugares de Brasil. Los lugares de mayor incidencia son aquellos donde la televisión sólo capta este canal de televisión.
La manera en que los medios de comunicación presentan la familia ha sido estudiado por el profesor Norberto González Gaitano, de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma. En su libro Famiglia e media. Il detto e il non detto (Edusc 2008) todo gira en torno a una premisa: lo que no se dice suele ser más importante que lo que se dice. Así, González Gaitano expresa su desacuerdo con todo lo bello que se omite decir acerca de la institución familiar.
Otras consecuencias
El diario El Mercurio (cf. 26.02.2009) reportaba que en Chile sólo 1 de cada 3 niños nace de padres casados. La estadística es más llamativa: en 1960 los niños que nacían fuera del matrimonio suponía el 15,9% mientras que ahora son el 64,6%.
Desde que en 1975 se admitió el divorcio en Francia, la cifra ha ido en aumento. Mientras que en los inicios había 12 divorcios por cada 100 matrimonios, el alza en el número de divorcio se ha colocado en 50 respecto a cada 100 bodas en 2008.
En junio de 2008 el organismo estadístico francés (INSEE) dio a conocer los resultados de algunas investigaciones que realizó en el campo de las separaciones.
El estudio reveló que tras una separación los hijos mantienen una proporción de trato mucho menor con el propio padre. Un dato interesante que arrojó el INSEE es el de frecuencia de trato a partir de la clase social del padre. Mientras que un padre empleado u obrero divorciado tiene una probabilidad de un 19% para que sus hijos le visiten una vez al mes, un padre empresario o directivo divorciado aumenta esta probabilidad hasta en un 48%.
Beneficios de familias unidas
Y a pesar de todo, la familia sigue estando al centro de los valores de la mayoría de todos los ciudadanos.
Según los datos de un estudio de Lacoste Pink, presentado el 2 de junio de 2008, sobre los valores y los referentes en la vida de las jóvenes y adolescentes españolas, la familia es lo más importante para el 80% de ellas.
En Estados Unidos, Knowledge Networks Inc. realizó en 2007 una encuesta para Associated Press y MTV sobre la felicidad de los jóvenes en Estados Unidos. Para la inmensa mayoría de ellos, pasar el tiempo en familia es el mayor motivo de felicidad. De los jóvenes de entre 13 y 17 años cuyos padres están juntos, el 64% se levanta feliz por la mañana. El 92%, además, tiene intensiones de casarse. Para el 55% de los entrevistados, la fe es lo más importante en su vida o una parte muy importante.
Los padres pueden y deben aprovechar esta valoración mayoritaria para convivir, conocer, amar y educar mejor a sus hijos. Si la estructura familiar es sólida, la familia puede jugar un papel positivo y decisivo en comportamiento sexual de sus hijos. ¿Por qué? Porque según el estudio Teen sex: the parent factor (cf. The Heritage Foundation, “Backgrounder” n. 2194, 7-10-2008) los adolescentes comparten los valores de sus padres. De esta manera, queda manifestado que la influencia paterna ofrece una fuerte protección frente a la precocidad sexual.
Es verdad que la cohabitación es cada vez más numerosa. ¿Pero se conocen los riesgos? Especialista en salud pública y geriatría en la universidad de Harvard, Patrick Schneider recopiló efectos socialmente negativos de cohabitar sin casarse a partir de diferente bibliografía especializada. Entre otros destacan: 1) son relaciones inestables, 2) aumentan el riesgo de divorcio si llegan a casarse, 3) hay más sufrimiento para la mujer, 4) cohabitar implica riesgo de transmisión de enfermedades sexuales, 5) aumenta la pobreza en los niños, 6) perjudica la conducta emotiva de los niños, 7) implica un mayor riesgo de problemas psiquiátricos y de abuso de sustancias, 8) riesgo de aumentar el crimen juvenil, 9) riesgo de maltrato sexual a los niños y 10) aumento de riesgo de maltrato físico para la mujer.
Conscientes del beneficio social y económico de las familias, algunas empresas han comenzado a tomar en serio medidas de apoyo. A finales de enero de 2009 la empresa Canon anunció que recortaría el horario de trabajo de sus empleados japoneses de modo que pudieran estar más tiempos con sus familias y lograr que hubiera más niños. Japón tiene una tasa de natalidad de 1,34 niños y es una de las naciones con mayor número de ancianos.
La política familiar y por la vida en Croacia le ha hecho ser un país que camina en sentido contrario al de la mayoría de los países europeos. Mientras que en Europa hay un aborto cada 28 segundos y un divorcio cada 30, Croacia se coloca como país líder en el nacimiento de hijos con tres en promedio por cada familia. Un signo significativo de la sensibilidad croata es el haber acuñado 300 mil monedas con la imagen de un niño no nacido, como símbolo del nuevo milenio, a inicios del año 2000.
El hecho de que algunos matrimonios “fracasen” no debería llevar a concluir que el matrimonio es algo sin importancia pues todos los ciudadanos que deciden casarse tienen derecho a la estabilidad conyugal y a que el Estado subsidie apoyos que, en definitiva, repercutirán en bien de todos.
Un envío de ARCOL.org
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