viernes, 31 de julio de 2009
DECLARACIÓN DEL OBISPADO DE SAN LUIS
Referida a la situación del Padre Miguel Ángel Santurio
Damos a publicidad esta aclaración en la convicción de que todos los fieles tienen derecho a una información fidedigna, y que sabrán unirse en la oración, con plena confianza en el amor con que Dios nos escucha, para que esta situación dolorosa pueda resolverse para el bien de toda su Iglesia.
Dadas las informaciones mediáticas referentes al Padre Miguel Ángel Santurio que se han difundido recientemente, se considera oportuno poner en conocimiento de los fieles de San Luis los principales aspectos que definen su actual situación personal y ministerial como sacerdote de esta Diócesis:
1. A fines del año 2007, el Padre Miguel Ángel Santurio solicitó a Mons. Lona la posibilidad de trasladarse por motivos de salud a la Diócesis de Posadas, lo cual le fue concedido, en acuerdo con el Obispo de la misma Mons. Juan Rubén Martínez. Allí comenzó su trabajo pastoral en febrero de 2008, en la Parroquia Sagrado Corazón, del Barrio Miguel Lanús de Posadas. Hacia fines del 2008 solicitó un nuevo traslado, a la Diócesis de Puerto Iguazú, lo cual se concretó por acuerdo entre Mons. Lona y Mons. Marcelo Martorell, Obispo de dicha Diócesis.
2. En la Diócesis de Puerto Iguazú, fueron presentadas en el mes de febrero de 2009 una serie de denuncias contra el Padre Miguel Ángel Santurio, las cuales por encuadrarse en delitos previstos en el derecho de la Iglesia, debieron ser recibidas por Mons. Martorell. Se recibieron, asimismo, declaraciones en su favor.
3. Ante esas denuncias, el Obispo de Puerto Iguazú decidió prescindir de los servicios pastorales del Padre Miguel Ángel Santurio, poniéndolo a disposición de su propio obispo Monseñor Jorge Luis Lona, a quien puso en conocimiento de las mencionadas denuncias, y de las declaraciones favorables, dándole traslado de todo ello.
4. Monseñor Jorge Luis Lona recibió esas informaciones, y siguió el procedimiento mandado por la legislación canónica, cumpliendo las condiciones previstas en la misma para realizar una investigación preliminar. En dicha investigación se incorporaron, además de los elementos acusatorios, todos los testimonios favorables al Padre Santurio que siguieron llegando a San Luis.
5. Los resultados de dicha investigación fueron enviados, tal como lo ordena la legislación canónica, a la Santa Sede, bajo cuya exclusiva competencia se hallaba la definición del tratamiento disciplinar que debía darse al conjunto de testimonios referentes a la actuación del Padre Miguel Ángel Santurio.
6. La Santa Sede, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en fecha 9 de mayo de 2009, ordenó a Monseñor Jorge Luis Lona iniciar un proceso penal canónico, en el cual el Padre Miguel Ángel Santurio pudiera disponer de un adecuado marco legal, con todas y cada una de las garantías del debido proceso, para defender su persona y su ministerio sacerdotal.
7. Como se advierte, en todo el trámite de estas denuncias el Obispo de San Luis ha cumplido de un modo estricto lo que le mandaba hacer el derecho de la Iglesia, sin apartarse del mismo en ningún aspecto.
8. En la etapa actual, le corresponde a Mons. Lona llevar a efecto la orden recibida en cuanto a la integración del tribunal que tendrá a su cargo el proceso penal dispuesto, en el área del Tribunal Interdiocesano de Córdoba. Ello sucederá en los próximos días, y a partir de ese momento la responsabilidad sobre la definición canónica del tema corresponderá a aquel tribunal.
9. Por último, en los primeros días de mayo de 2009, desde un ámbito ajeno a la Iglesia, se radicó ante la Justicia Federal de la Provincia de Misiones una denuncia contra el Padre Miguel Ángel Santurio, sobre la cual cabe aclarar un aspecto muy importante.
La acusación presentada allí no se refería a ningún delito de los comprendidos en las denuncias efectuadas ante el obispado de Puerto Iguazú. Por ello, el procedimiento canónico aplicado por la Iglesia al Padre Santurio es totalmente independiente de ese trámite efectuado ante la Justicia Federal.
10. Damos a publicidad esta aclaración en la convicción de que todos los fieles tienen derecho a una información fidedigna, y que sabrán unirse en la oración, con plena confianza en el amor con que Dios nos escucha, para que esta situación dolorosa pueda resolverse para el bien de toda su Iglesia.
San Luis, 23 de julio de 2009
Obispado de San Luis.
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