domingo, 10 de mayo de 2009

PEREGRINACIÓN APOSTÓLICA DE SS BENEDICTO XVI A TIERRA SANTA

El Papa responde a las preguntas de los periodistas
Esta mañana, durante el vuelo Roma-Jordania, Benedicto XVI ofreció una breve entrevista a los periodistas que le acompañan en su peregrinación apostólica a Tierra Santa. Esta es la trascripción de las preguntas y respuestas.


-"Santidad, este viaje tiene lugar en un periodo muy delicado para Oriente Medio: hay fuertes tensiones -con ocasión de la crisis de Gaza, se había pensado incluso en que usted hubiera renunciado a hacerlo. Al mismo tiempo, pocos días después de su viaje, los principales responsables políticos de Israel y de la Autoridad palestina se encontrarán con el presidente Obama. ¿Piensa que podrá aportar una contribución al proceso de paz que ahora parece estancado?".

-Benedicto XVI: "Ciertamente intento contribuir a la paz no como individuo, sino en nombre de la Iglesia católica, de la Santa Sede. Nosotros no somos un poder político, sino una fuerza espiritual y esta fuerza espiritual es una realidad que puede contribuir al progreso del proceso de paz. Veo tres niveles. El primero: como creyentes, estamos convencidos de que la oración es una verdadera fuerza. Abre el mundo a Dios: estamos convencidos de que Dios escucha y de que puede actuar en la historia. Pienso que si millones de personas, de creyentes, rezan, es realmente una fuerza que influye y puede contribuir al progreso de la paz. El segundo nivel: intentamos ayudar en la formación de las conciencias. La conciencia es la capacidad del hombre de percibir la verdad, pero esta capacidad está a menudo obstaculizada por intereses particulares. Y liberar de estos intereses, abrir más a la verdad, a los verdaderos valores, es una gran tarea: la Iglesia tiene el deber de ayudar a conocer los verdaderos criterios, los verdaderos valores, y liberarnos de intereses particulares. Y así, el tercer nivel, interpelamos también a la razón: precisamente porque no somos parte política, podemos quizá más fácilmente, también a la luz de la fe, ver los verdaderos criterios, ayudar a entender lo que contribuye a la paz y hablar a la razón, apoyar las posturas realmente razonables. Y esto lo hemos hecho ya y queremos hacerlo ahora y en el futuro".

-"Gracias Santidad. La segunda pregunta. Usted, como teólogo, ha reflexionado en particular sobre la raíz única que une a cristianos y judíos. ¿Cómo es posible que, a pesar de los esfuerzos de diálogo, se produzcan a menudo ocasiones de malentendidos? ¿Cómo ve el futuro del diálogo entre las dos comunidades?".

-Benedicto XVI: "Lo importante es que en realidad tenemos la misma raíz, los mismos Libros del Antiguo Testamento, que son -tanto para los judíos como para nosotros- Libro de la Revelación. Pero naturalmente, tras dos mil años de historias distintas, es más, separadas, no hay que sorprenderse por el hecho de haya malentendidos, porque se han formado tradiciones de interpretación, de lenguaje, de pensamiento muy distintas, por así decirlo, un "cosmos semántico" muy distinto, de modo que las mismas palabras en ambas partes significan cosas distintas; y con este uso de palabras que, en el curso de la historia han asumido significados diversos, nacen obviamente malentendidos. Debemos hacer todo lo posible para aprender uno el lenguaje del otro, y me parece que hacemos grandes progresos. Hoy tenemos la posibilidad de que los jóvenes, los futuros profesores de teología, puedan estudiar en Jerusalén, en la Universidad hebrea, y los judíos tienen contactos académicos con nosotros: de este modo hay un encuentro de estos "cosmos semánticos" distintos. Aprendemos mutuamente y avanzamos por el camino del verdadero diálogo, aprendemos uno del otro y estoy seguro y convencido de que hacemos progresos. Y esto ayudará también a la paz, es más, al amor recíproco".

-"Santidad, este viaje tiene dos dimensiones esenciales de diálogo interreligioso, con el Islam y con el judaísmo. ¿Son dos direcciones completamente separadas entre sí, o habrá también un mensaje común concerniente a las tres religiones que hacen referencia a Abraham?".

-Benedicto XVI: "Ciertamente existe también un mensaje común y tendremos ocasión de subrayarlo; a pesar de la diversidad de nuestros orígenes, tenemos raíces comunes, porque, como he dicho ya , el cristianismo nace del Antiguo Testamento y la Escritura del Nuevo Testamento no existiría sin el Antiguo, porque se refiere constantemente a la "Escritura", es decir, al Antiguo Testamento. Por otra parte, el Islam ha nacido en un ambiente donde estaban presentes tanto el judaísmo como las diversas ramas del cristianismo (...) y todas estas circunstancias se reflejan en la tradición coránica. De modo que tenemos mucho en común desde los orígenes además de la fe en un único Dios. Por eso es importante tener, por una parte diálogos bilaterales -con los judíos y con el Islam - y luego, además, un diálogo trilateral (...) es importantísimo para la paz y también para vivir bien la propia religión".

-"Una última pregunta. Santidad, usted ha aludido a menudo al problema de la disminución de los cristianos en Oriente Medio y también en particular en Tierra Santa. Es un fenómeno con diversas causas de carácter político, económico y social. ¿Qué se puede hacer concretamente para ayudar a la presencia cristiana en la región? ¿Qué contribución espera dar con su viaje? ¿Hay esperanza para estos cristianos en el futuro? ¿Tendrá un mensaje particular también para los cristianos de Gaza que vendrán a encontrarle en Belén?".

-Benedicto XVI: "Ciertamente hay esperanzas, porque ahora es un momento (...) difícil, pero también un momento de esperanza, de un nuevo comienzo, de un nuevo impulso en el camino hacia la paz. Sobre todo queremos alentar a los cristianos en Tierra Santa y en todo el Oriente Medio a quedarse, a aportar su contribución en sus países de origen: son un componente importante de la cultura y de la vida de estas regiones. En concreto la Iglesia, además de palabras de aliento, de la oración común, tiene escuelas y hospitales. En este sentido tenemos la presencia de realidades muy concretas. Nuestras escuelas forman a una generación que tendrá la posibilidad de estar presente en la vida pública, (...) donde se forma una élite cristiana que está preparada precisamente para trabajar por la paz (...) Además hay muchas asociaciones cristianas que ayudan de diversos modos a los cristianos y con ayudas concretas les animan a que se queden. Por eso, espero que los cristianos encuentre el valor, la humildad, la paciencia de quedarse en estos países y de ofrecerles su contribución para el futuro".


MONTE NEBO: MIRAR CON FE Y ESPERANZA AL FUTURO

CIUDAD DEL VATICANO, 9 MAY 2009 (VIS).-Después de celebrar misa en privado en la nunciatura apostólica de Amman, el Santo Padre se trasladó en automóvil al Monte Nebo, que tiene 806 metros y donde se encuentra la Basílica del Memorial de Moisés, que se construyó en el siglo IV, sobre los fundamentos de un anterior monumento de la edad clásica.

Desde 1933 surge en Siyàgha en el Monte Nebo un monasterio franciscano, con espacios de oración para los fieles de la cercana ciudad de Madaba y edificios especiales para los arqueólogos. Desde la cima de la montaña se puede contemplar un panorama único de Tierra Santa.

Al inicio de su discurso, el Papa quiso recordar al padre Michele Piccirillo, franciscano, fallecido el año pasado, "que dedicó su vida al estudio de la antigüedad cristiana y está enterrado en este santuario, que amó intensamente". Los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa están presentes en este lugar desde 1932.

"Es justo -afirmó el Santo Padre- que mi peregrinación comience en esta montaña, donde Moisés contempló desde lejos la Tierra Prometida. (...) Sobre estas alturas, la memoria de Moisés invita a "elevar los ojos" para abrazar con gratitud no solo las obras maravillosas de Dios en el pasado, sino también a mirar con fe y esperanza al futuro que tiene reservado para nosotros y para el mundo entero".

Benedicto XVI puso de relieve que al igual que los profetas, los apóstoles y los santos, debemos "acoger la venida del Reino de Cristo mediante nuestra caridad, nuestro servicio a los pobres y nuestros esfuerzos por ser levadura de reconciliación, de perdón y de paz en el mundo que nos rodea. (...) Dios nos dará la fuerza para perseverar con alegre esperanza también entre los sufrimientos, las pruebas y las tribulaciones".

"Siguiendo las huellas de los innumerables peregrinos que nos han precedido a lo largo de los siglos, estamos llamados a apreciar cada vez más el don de nuestra fe y a crecer en aquella comunión que trasciende todos los límites de lengua, raza y cultura".

El Papa recordó que "desde los inicios, la Iglesia en estas tierras ha conmemorado en la propia liturgia las grandes figuras del Antiguo Testamento como signo de su profundo aprecio por la unida de los dos Testamentos".

"Que este encuentro -concluyó- inspire en nosotros un renovado amor por el canon de la Sagrada Escritura y el deseo de superar todos los obstáculos a la reconciliación entre cristianos y judíos, en el respeto recíproco y en la cooperación al servicio de aquella paz a la que la Palabra de Dios nos llama".

Terminada la visita, el Santo Padre se trasladó en automóvil a la Universidad del Patriarcado de Jerusalén en Madaba, que se halla a 19 kilómetros.


PAPA BENDICE PRIMERA PIEDRA UNIVERSIDAD DE MADABA

CIUDAD DEL VATICANO, 9 MAY 2009 (VIS).-A las 9,45, Benedicto XVI se trasladó a Madaba, a 19 km. del Monte Nebo. El lugar es famoso por el hallazgo en 1896 del "Mapa de Madaba", el suelo de mosaico de una antigua iglesia bizantina del siglo VI con el mapa de Tierra Santa, el itinerario para llegar a Jerusalén a través de ciento cincuenta localidades y la minuciosa descripción de esa ciudad.

El Papa recorrió en papamóvil el barrio cristiano de Madaba hasta llegar a la zona donde surgirá la Universidad del Patriarcado Latino, por expreso deseo del Patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, natural de Madaba. Una vez allí el Santo Padre bendijo la primera piedra del futuro ateneo y dirigió unas palabras a los presentes, elogiando a los promotores de la nueva institución por "su decidida confianza en la buena educación como primer paso para el desarrollo personal y la paz y el progreso de la región".

"Los jóvenes de Jordania y los demás estudiantes de la región, al mismo tiempo que asimilan su herencia cultural -afirmó- serán llevados a un conocimiento más profundo de las conquistas de la humanidad, enriquecidos con otros puntos de vista y formados en la comprensión, la tolerancia y la paz".

"Este tipo de educación "más amplia" -subrayó el Papa- es lo que se puede esperar de las instituciones de educación superior y de su contexto cultural, sea éste secular o religioso. En realidad, la fe en Dios no suprime la búsqueda de la verdad: al contrario, la incentiva".

"Obviamente la religión, como la ciencia y la tecnología, como la filosofía y cualquier manifestación de nuestra búsqueda de la verdad, pueden corromperse. La religión se desfigura cuando es obligada a ponerse al servicio de la ignorancia y el prejuicio, el desprecio, la violencia y el abuso. En ese caso no advertimos solo la perversión de la religión, sino también la corrupción de la libertad humana, la limitación y la obnubilación de la mente".

Sin embargo, señaló el pontífice, "toda persona está llamada a la sabiduría y a la integridad, a la elección básica y primordial entre el bien y el mal, entre la verdad y la falsedad y debe ser sostenida en esa tarea".

"La llamada a la integridad moral es percibida por la persona auténticamente religiosa ya que no se puede servir de otra forma al Dios de la verdad, del amor y de la belleza. La fe madura en Dios es una gran ayuda para acceder al conocimiento y utilizarlo apropiadamente. La ciencia y la tecnología aportan extraordinarios beneficios a la sociedad y han mejorado mucho la calidad de vida de muchos seres humanos. (...) Al mismo tiempo, la ciencia tiene sus límites. No puede responder a todas las preguntas que conciernen al ser humano y su existencia".

"El empleo de los conocimientos científicos tiene necesidad de la luz orientadora de la sabiduría ética. Esa sabiduría -recordó el Papa- inspiró el juramento de Hipócrates, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la Convención de Ginebra y otros loables códigos internacionales de comportamiento".

Benedicto XVI concluyó dirigiéndose a los jóvenes estudiantes cristianos. "Estáis llamados -recalcó- a ser constructores de una sociedad justa y pacífica compuesta por gentes de diversa procedencia religiosa y étnica. Esas realidades, lo subrayo una vez más, no deben desembocar en la división sino en el enriquecimiento recíproco".


LA RELIGION DEBE CONTRIBUIR POSITIVAMENTE EN LA SOCIEDAD

A las 11,30, el Papa se trasladó a la Mezquita "Rey Hussein Bin Talal" de Amman, erigida por voluntad del Rey Abdalá II en memoria de su padre, e inaugurada en 2006. Antes, el Santo Padre visitó también el Museo Hachemita, que está junto a la mezquita.

A continuación tuvo lugar el encuentro con los jefes religiosos musulmanes, el cuerpo diplomático y los rectores de las universidades jordanas frente al lugar de culto.

Al inicio del acto dijo unas palabras el Príncipe Ghazi Bin Talal, uno de los firmantes del mensaje "Una palabra común entre nosotros y vosotros" (13 de octubre 2007) dirigido por 138 sabios musulmanes al Papa y a los responsables de otras Iglesias y confesiones cristianas. Al mensaje respondió el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, en nombre del Papa. La delegación de los líderes musulmanes, encabezada por el Príncipe Ghazi fue recibida por Benedicto XVI en el Vaticano el pasado 6 de noviembre.

Benedicto XVI expresó su preocupación por el hecho de que algunos consideren que la religión "es necesariamente una causa de división en nuestro mundo" y se pregunto si "a menudo no es verdad que la manipulación ideológica de la religión, a veces con fines políticos, es el "catalizador" real de las tensiones y de las divisiones y a menudo también de las violencias en la sociedad".

Musulmanes y cristianos, dijo, "deben ser coherentes en dar testimonio de todo lo que es justo y bueno, teniendo siempre en cuenta el origen común y la dignidad de cada persona humana, que es la cumbre del designio creador de Dios para el mundo y para la historia".

El Santo Padre elogió las iniciativas de los educadores jordanos y de los líderes religioso y civiles "para que el rostro público de la religión refleje su verdadera naturaleza" y destacó que la colaboración entre cristianos y musulmanes en este país "es un ejemplo alentador y persuasivo para la región, y en realidad para el mundo, de la contribución positiva y creativa que la religión puede y debe dar a la sociedad civil".

El Papa hizo hincapié en la necesidad de que cristianos y musulmanes asuman "el desafío de cultivar para el bien, en el contexto de la fe y de la verdad, el gran potencial de la razón humana. (...) Como creyentes en el único Dios -dijo- sabemos que la razón humana es en sí misma un don de Dios y se eleva al plano más alto cuando es iluminada por la luz de la verdad de Dios. En realidad, cuando la razón humana consiente humildemente ser purificada por la fe no se debilita; al contrario, se refuerza al resistir a la presunción de ir más allá de los propios límites. De esta manera, la razón humana se refuerza en el empeño de perseguir su noble objetivo de servir a la humanidad".

"Por tanto -añadió-, la adhesión genuina a la religión -lejos de limitar nuestras mentes- amplía los horizontes de la comprensión humana. Esto protege a la sociedad civil de los excesos de un ego ingobernable, que tiende a absolutizar lo finito y a eclipsar el infinito; de esta manera, asegura que la libertad se ejerza en consonancia con la verdad y enriquece la cultura con el conocimiento de lo que concierne a todo lo que es verdadero, bueno y bello".

Benedicto XVI recordó que "precisamente porque nuestra dignidad humana da origen a los derechos humanos universales, éstos valen igualmente para todos los hombres y mujeres, independientemente de su religión, grupo social o étnico. En este contexto, debemos observar que el derecho a la libertad religiosa va más allá de la cuestión del culto e incluye el derecho -especialmente de las minorías- al justo acceso al mercado de trabajo y a los demás ámbitos de la vida civil".

Antes de terminar, el Santo Padre señaló que la presencia en este encuentro del patriarca de Bagdad, Su Beatitud Emmanuel III Delly, le recordaba "a los ciudadanos del cercano Irak, muchos de los cuales han hallado una cordial acogida en Jordania. Los esfuerzos de la comunidad internacional por promover la paz y la reconciliación, junto con los de los líderes locales -dijo- deben continuar para que tengan sus frutos en la vida de los iraquíes. (...) Pido una vez más con insistencia a los diplomáticos y a la comunidad internacional, así como a los líderes políticos y religiosos locales, que hagan todo lo posible para asegurar a la antigua comunidad cristiana de aquella noble tierra el derecho fundamental a una coexistencia pacífica con sus propios ciudadanos".

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