LONDRES (Reuters) - Una carta de amor manuscrita de Enrique VIII a Ana Bolena que, según sus custodios, cambió el curso de la historia, es la estrella de una muestra sobre el rey inglés que llegó al poder hace 500 años.
Por Mike Collett-White
La exposición "Henry VIII: Hombre y Monarca" en la Biblioteca Británica de Londres, examina cómo un príncipe medieval convencional se convirtió en un monarca revolucionario que rompió con Roma y recurrió a métodos brutales para sacar adelante sus planes.
La carta de 1527 es una de las 17 que Enrique le envió a Bolena, lo que supone una prueba de la pasión que sentía por ella, dado que confesó que encontraba "tedioso y doloroso" escribirlas.
La misiva se muestra junto al adornado escritorio portátil del rey, en el que probablemente se escribió.
En el texto, escrito en francés y prestado a la muestra por el Vaticano, Enrique dice: "Las pruebas de vuestro afecto son tales (...) que me obligan para siempre a honraros, amaros y serviros".
Los historiadores interpretan esas palabras como el momento en el que Enrique comprometió su futuro con Bolena, lo que le instó a anular su primer matrimonio con Catalina de Aragón y les puso a él y a Inglaterra en el camino para enfrentarse al Papa.
"Vemos de verdad la mano (la caligrafía de Enrique) por primera vez con la carta de amor a Ana Bolena", señaló el historiador David Starkey, comisario de la exposición, que está abierta hasta el 6 de septiembre.
"Esta es una paradoja extraordinaria: es una apasionada carta de amor y aún así es la base para todos los cambios revolucionarios del reinado", dijo a Reuters.
El impacto de la decisión del monarca, que provocó una ruptura con la Europa continental, se siente aún hoy, señaló el historiador.
"Si se piensa en los debates perpetuos que tenemos sobre las relaciones de Inglaterra con Europa, Enrique es el primer euroescéptico", dijo. "Es Enrique, como resultado de la ruptura con Roma, quien inicia este proceso de hacer del Continente algo extraño, peligroso", agregó.
RASTRO DE PAPEL
A través de libros, manuscritos, panfletos, mapas y cartas -muchas anotadas o escritas por el rey- la exposición lo muestra como un príncipe que comenzó su vida como un católico practicante.
Catalina, con la que se casó en 1509 -siete años después de la muerte de su primer marido, el hermano de Enrique, Arturo- se sintió rechazada no sólo cuando Enrique pidió el divorcio, sino también cuando vivía como una viuda en la corte inglesa.
En una carta a su padre, se queja de cómo el monarca se negaba a pagar nada, obligándola a vender objetos para comprar ropa.
"Estoy endeudada en Londres, y no es por cosas extravagantes (...) sino sólo por comida", escribió en 1506.
Gran parte de la exposición se centra en el largo y elaborado proceso para anular el matrimonio, incluyendo comunicados que probaban que Catalina había consumado su matrimonio con Arturo, invalidando por tanto su relación con Enrique.
El monarca, confiado en un principio en el apoyo de Roma, fue sintiéndose cada vez más frustrado por los intentos de detenerle, y en 1534 se reconoció formalmente la ruptura con Roma y su liderazgo de la Iglesia Anglicana.
La resistencia de la población a los cambios produjo ejecuciones y a la supresión brutal de sus enemigos, completando la transformación de Enrique de "joven idealista" a "envejecido y enfermo tirano".
La exhibición incluye una lista de nombres de nobles ingleses asesinados durante el reinado de Enrique, comenzando en 1510 con dos asesores de su padre hasta su última víctima, Henry Howard, en 1547.
En un inventario de las posesiones de Enrique tras su muerte figuraban 20.000 objetos, entre ellos 70 barcos y 49 pares de anteojos.
(Traducido por la Redacción de Madrid; Editado por Patricia Avila)
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