viernes, 2 de enero de 2009

DRAMÁTICO RELATO DEL PÁRROCO DE GAZA


El párroco de Gaza, padre Manuel Mussalam, agradeció ayer al papa Benedicto XVI sus palabras sobre los escasos feligreses de la franja pronunciadas durante la homilía de la misa por la Jornada Mundial de la Paz, en las que lanzado una llamada a la paz en Oriente Medio.

Durante la homilía, el Papa abordó la situación que vive estos días la franja de Gaza y aseguró que “la violencia, el odio y la desconfianza son las formas de pobreza -tal vez la más terrible- que hay que combatir” y recordó a todos los que allí sufren, en especial “a la pequeña pero ferviente parroquia de Gaza”.

El padre Manuel Mussalam, al frente de la exigua parroquia en una Gaza cada vez más islamizada, declaró a Radio Vaticano que “la mayor parte de la gente de Gaza no se ha enterado de las palabras del Papa que han transmitido los medios de comunicación”.

“Y es que -según el párroco- no tenemos ni electricidad, ni Internet. Pero para los que hemos sido informados de las palabras del Papa ha sido una cosa una muy buena”.

El párroco dijo haber pedido a sus parroquianos que reciten con él cada hora esta oración: “El Dios de la paz que dé la paz, el Dios de la paz que dé a este país la paz”.

El párroco explicó que muchos musulmanes y también cristianos han perdido sus casas porque se encontraban cerca de los objetivos del Ejército israelí en su implacable operación militar contra los líderes y miembros del grupo islámico Hamás, que domina la franja de Gaza.

El párroco palestino lamentó que los militares israelíes no destruyeran estrictamente depósitos de armas, puestos de policía y sedes oficiales y hayan dañado viviendas.

Los cristianos de Gaza se encuentran a punto de desaparecer ante la hegemonía de Hamás y el adoctrinamiento islámico. En 2003 alcanzaban el 5 por ciento de la población y en 2008 no llegaban al 2 por ciento, informaron fuentes religiosas.

Un envío de AICA

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La Santa Sede moviliza todos sus resortes para llevar la paz al Líbano

Por Isabel Ordóñez

La intervención de la poderosa diplomacia vaticana es decisiva en las negociaciones, mientras organizaciones de Iglesia prestan su ayuda en primera línea del conflicto

Los países participantes en la Conferencia Internacional sobre el Líbano celebrada en Roma este miércoles, 26 de julio, acordaron autorizar de forma urgente “una fuerza internacional bajo el mandato de la ONU” para asistir a la población libanesa. Sin embargo, tal como manifestó el ministro italiano de Exteriores, Massimo D’Alema, no se ha podido conseguir todavía, y trabajarán para ello, un alto el fuego “permanente, duradero y sostenible” que acabe con las hostilidades al sur del Líbano.

Mientras los mecanismos políticos internacionales intentan acabar con los enfrentamientos entre Israel y la milicia de Hezbolá, que sigue parapetándose y actuando entre la población civil, la Santa Sede moviliza todos sus medios para intentar, por una parte, utilizar su poderosa diplomacia en las negociaciones de paz, y, por otra, paliar el sufrimiento de heridos y afectados donde más se necesita: en la primera línea del conflicto.

El pasado sábado, 23 de julio, el Vaticano hizo un llamamiento a los más de mil millones de católicos para que ofrezcan gestos de caridad evangélica a los afectados por el conflicto en Oriente Medio y les ha enviado ayuda concreta, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Ayudas para miles de desplazados

“Dada la perduración del conflicto en Oriente Medio y los gravísimos sufrimientos de las poblaciones afectadas, el Consejo Pontificio ‘Cor Unum’ quiere manifestar en nombre del Santo Padre la cercanía a cuantos sufren, enviando una primera ayuda para apoyar la acogida de miles de desplazados”, decía el comunicado.

La nota no revela la cantidad de dinero destinada, pero fuentes de prensa han informado que ya se han enviado cien mil dólares. “Esta ayuda se dirige a un proyecto promovido por Caritas Líbano, la Custodia de Tierra Santa, la Fundación AVSI (organización no gubernamental italiana, ndt.) y otras organizaciones presentes en el territorio para ofrecer materiales a los centros de acogida (colchones, mantas, sábanas), agua potable, alimentación, instrumentos higiénicos, medicinas”, aclara el comunicado.

Tal como informábamos el día 21, Caritas Jerusalén y Caritas Líbano han lanzado un plan para ayudar a la población. Todas estas instituciones se han declarado dispuestas a ofrecer ayuda a 60.000 familias en el Líbano y, en Israel, particularmente en Nazaret, se disponen a proporcionar material y servicios de primera necesidad a los centros de residencia o asistencia de ancianos y de niños.

El Consejo Pontificio ‘Cor Unum’, cuyo presidente es el arzobispo Paul Josef Cordes, ha publicado una dirección de una cuenta bancaria en Italia a la que se pueden enviar ayudas:

Pontificio Consejo COR UNUM – causa: para el Líbano

C/C Banca di Roma N. 101010

ABI 3002 CAB 5008 (desde el extranjero SWIFT: BROMIT)


Papel decisivo del Vaticano

Los esfuerzos de la Santa Sede para mediar en el conflicto son reconocidos por el primer ministro libanés, Fuad Siniora, quien señaló que el Vaticano cumple un decisivo papel en la búsqueda de la paz para el conflicto que destruye el Líbano.

La participación del Vaticano como observador de la Cumbre de Roma estuvo representada por el arzobispo Giovanni Lajolo, secretario para las Relaciones con los Estados, acompañado por los consejeros monseñores Franco Coppola y Alberto Ortega Martín.

Tanto los observadores de la Cumbre como el propio Benedicto XVI, durante un informal encuentro con los periodistas en la región de Les Combes, urgieron “resultados concretos” para alcanzar la paz y para conseguir una solución de los problemas que vaya a las raíces y logre una paz duradera y estable.

“Totalmente aislados”

Por otra parte, Cáritas Líbano presta actualmente ayuda a unas 25 mil personas proporcionándoles alimentos, medicinas y agua, y solicita la ayuda de la red internacional de esta organización. Además, camiones con agua potable y alimentos recorren algunas zonas del país para socorrer las víctimas del conflicto.

“Hacemos lo que podemos, pero en algunas ciudades los equipos de Cáritas están totalmente aislados, no hay comunicación con ellos, no podemos entrar ni ellos pueden salir de las zonas porque las carreteras y puentes están destruidos”, informó el padre Louis Samaha, director de Cáritas Líbano. El sacerdote explicó también que “uno de los problemas a los que debemos hacer frente es el incremento desmedido de los precios. El combustible ha subido un 50 por ciento, algunos productos de primera necesidad no pueden ser adquiridos por ese incremento, por lo que también estamos distribuyendo cupones de compra”.

Al mismo tiempo, el padre Manuel Musallam, párroco del convento latino de Gaza, precisó que en la Franja “no tienen comida, agua potable, luz eléctrica velas o medicamentos. Los bombardeos han destruido los generadores eléctricos por lo que no podemos conservar la comida y las bombas de agua no funcionan”. “En la noche vivimos a oscuras. En las calles, por la noche, lo único que se oye son los lloros de los niños, que tienen mucho miedo... Nos hace falta comida, pero ante todo necesitamos quedar libres del miedo. Queremos paz y el final de la ocupación”, añade el padre Musallam.

“Sin combustible no hay transporte, quienes lo necesitan no pueden venir. Por eso tendremos que entregarles equipos de primeros auxilios para que se cuiden ellos mismos o personas cercanas”, manifiesta a su vez el director del Centro Médico de Cáritas en Gaza, Bandali El-Saigh.

Debido al conflicto que aun se vive en la zona, unas 500 mil personas se han desplazado de sus hogares, mientras que unos 18 mil han huido a Jordania.

Refugio en escuelas y conventos

Otra organización de Iglesia, la agencia caritativa católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) anunció el martes, día 25, que el número de familias afectadas por el conflicto armado en el Líbano supera las 100 mil y la mayoría de ellas son cristianas.

“El número de muertes pasa de los 300, y de 900 el número de heridos”, dice el comunicado de prensa urgente de AIS; que informa además que muchas de las 100 mil familias afectadas están buscando refugio en escuelas públicas y privadas, “así como en conventos y edificios de la Iglesia”. “En este momento, alimentos enlatados, leche para niños, detergentes, jabón, y medicinas son los productos más necesitados”, agrega el informe.

Fuente Forum Libertas

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