jueves, 28 de diciembre de 2000

CUM SUPREMAE (25 DE MARZO DE 1928)


DECRETO

CUM SUPREMAE

sobre la Abolición de la Asociación

comúnmente llamada “Amici Israel”

Cuando esta Suprema Congregación del Santo Oficio consideró formalmente la naturaleza y finalidad de la asociación denominada “Amici Israel” [“Amigos de Israel”], así como el folleto titulado Pax super Israel [Paz sobre Israel], que había sido publicado y distribuidos a lo largo y ancho para que la misión y el modo de proceder de la asociación fueran conocidos por el público en general, los Eminentísimos Padres, encargados de salvaguardar la fe y la moral, reconocieron ante todo su loable propósito de exhortar a los fieles a orar a Dios y trabajar por la conversión de los israelitas al Reino de Cristo.

No es de extrañar que, desde el principio, no sólo un número de fieles cristianos y sacerdotes, conscientes de este objetivo, se unieran a esa asociación, sino también no pocos obispos y señores cardenales. La razón es que la Iglesia Católica siempre ha estado acostumbrada a orar por el pueblo judío, que fue depositario de las promesas divinas hasta la llegada de Jesucristo, a pesar de su posterior ceguera, o mejor dicho, a causa de esta misma ceguera. Movida por esa caridad, la Sede Apostólica ha protegido al mismo pueblo de los malos tratos injustos, y así como censura todo odio y enemistad entre los hombres, así también condena en el más alto grado posible el odio contra el pueblo una vez elegido por Dios, a saber: el odio que ahora es lo que generalmente se entiende en el lenguaje común por el término conocido generalmente como "antisemitismo".

Sin embargo, notando y considerando que la asociación “Amici Israel” emprendió entonces un plan de actuar y comunicar en desacuerdo con el sentido de la Iglesia, la mente de los Santos Padres de la Iglesia y la Sagrada Liturgia, los Eminentísimos Padres, sobre la anterior recomendación de los Consultores, decretada en la sesión plenaria celebrada el miércoles 21 de marzo de 1928, que la asociación “Amici Israel” debía ser abolida, y la declararon abolida de hecho, y ordenaron que en el futuro nadie aventurarse a escribir o publicar libros o folletos que de cualquier forma promuevan iniciativas erróneas de este tipo.

Y el jueves siguiente, día 22 del mismo mes y año, Su Santidad Pío XI, por la divina Providencia Papa, en la acostumbrada audiencia compartida con el Asesor del Santo Oficio, aprobó, confirmó y mandó publicar la decisión de los Eminentísimos Padres, que le habían sido referidos.

Dado en Roma, en el Palacio del Santo Oficio, el 25 de marzo de 1928.


A. Castellano
Notario de la Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio


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