lunes, 14 de octubre de 2024

NO, SÓLO PUEDE SER "TEÓRICAMENTE" A FAVOR...

Tiene que haber algo mucho más grave, mucho más insidioso que el mero “apoyo teórico-posicional”; porque, en la Iglesia, todo eso NO tiene la más mínima cabida u oportunidad

Por el padre José Luis Aberasturi


Algo más tiene que haber. Necesariamente. Porque, simplemente con los meros posicionamientos respecto a la “teoría y práctica homosexs”, no cuadran las cosas. En mi opinión, claro.

Me refiero, obviamente, al tema de los apoyos, reiterados y públicos, de tantos miembros de la Jerarquía Católica -conspicuos únicamente por el carguete, y para de contar-, que, usando precisamente del Cargo Eclesial, se posicionan y montan exaltaciones del mundillo arcoiris: proclamas personales, “poesía” y loas, conferencias y demás: todas en la misma línea. O sea: a favor.

Porque, como dato al menos “curioso”, hay que señalar que NUNCA, ni por asomo o equivocación, esos mismos conspicuos del Cargo y Nomina -bien Católicos ambos-, recuerdan o acuden a la Teología Moral, o a los sencillos y siempre tan a mano como los Mandamientos de la Ley de Dios; ni siquiera a la misma Revelación que, tan explícita como directamente y sin dejar la más mínima rendija, fustiga todos esos desmanes del mundillo: pecados graves, sin paliativos: “No entrarán en el Reino de los Cielos”.

Tiene que haber algo mucho más grave, mucho más insidioso que el mero “apoyo teórico-posicional”; porque, en la Iglesia, todo eso NO tiene la más mínima cabida u oportunidad.

Y, aunque no creo que haya materialmente una mayoría homosexs entre el clero en todos sus niveles, sí que da la impresión de que, como “afición” hacen ya número crítico; y, como ruido, ya aturden. Sinceramente.

Me da que sólo caben 2 posibles y “lógicas” explicaciones, a cual peor.

La primera es la más obvia: que todas esas ‘eminencias’, sabios según el mundo, “estén en el ajo” (NdR: “estar en el ajo”: verb. coloq. Estar al corriente, estar al tanto de un asunto tratado reservadamente). Obvio de toda obviedad.

Actúan, por lo tanto, en perfecta y neta coherencia: “Cuando no se vive como se piensa, se acaba pensando como se vive”. Pensando, apoyando, publicitando… Elemental.

Es más, y como ha escrito más de un Santo: “La eminencia de vida de los “limpios de corazón” levanta ampollas en los que no viven rectamente; y éstos se lanzan contra aquéllos con todo su poderío”. Que lo tienen.

¿Cómo si no se iba a atrever el cardenal Chow a patrocinar al Martín con motivo de una conferencia unisexs total? Ni harto de vino, aunque sea de Misa… Caso de que la diga, claro.

Se saben “con la sartén por el mango”; y tienen además a quién mirar para asegurarse que están en la línea oficial y oficialista; con las prebendas y privilegios correspondientes.

Están en el ajo, activamente: hay unos cuantos. Bastantes más de los señalados y de los que han salido del armario. Ejemplos los hay a todos los niveles; y es algo que no se me quita de la cabeza, por más que lo intento.

La segunda posibilidad, totalmente en línea con ésta aunque sin ninguna participación “activa”: mero “platonismo’’, podríamos decir: están en el intento de “deconstruir” la Iglesia “activamente”. Y cambian, a gusto y discreción, sus paradigmas: los que la Iglesia siempre ha defendido, porque los ha recibido del mismo Jesucristo.

“NO hay más cera que la que arde”. Decididamente.

¿Cómo es posible que en la Iglesia se haya montado todo esto?

San Pablo, por acudir a una fuente perenne y segura dentro de la Iglesia -la Iglesia se ha hecho, muy desde sus comienzos y muy profundamente desde/con San Pablo -, le escribía a Timoteo:
Si alguno enseña cosas distintas y no admite la enseñanza salvadora de nuestro Señor Jesucristo y la doctrina de nuestra Religión, es un orgulloso que no sabe nada; que desvaría en discusiones y palabrerías, de donde provienen envidias, riñas, insultos, desconfianzas, conflictos interminables, propios de personas obcecadas e ignorantes, que piensan que la Religión es un negocio.

(…). Pues los que quieren enriquecerse caen en la tentación y en la trampa de deseos insensatos y funestos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males. Algunos, arrastrados por ese amor al dinero, se han apartado de la Fe y están atormentados por muchos remordimientos
(I Tim 6, 3-10).
Queda bastante clara, no sólo la relación causa-efecto entre el afán de estas perritas y entregarse al mundo, al demonio y a la carne; sino también la relación entre esa entrega y la demolición de la Iglesia: es la condición para “disfrutar” de lo prometido…

Los pactos con Belcebú van siempre por ahí, tradicionalmente: “yo te doy, pero tú vas a hacerme este favorcín de nada…”. Oye, y apalabrados y tan amigos.

Pero, almas de cántaro…! Sí ya el primer papelico de doctrina oficial que saca la Iglesia como Institución, con sus cabezas al frente empezando por Pedro, tras el Concilio de Jerusalén, fue, aparte dos cosas más muy circunstanciales y que desaparecieron al poco, un canto a la pureza…!!!!!

Que os abstengáis de la fornicación.

Y quien dice “la fornicación” dice Sexto y Noveno Mandamientos. Completos.

Y esto, ni ha cambiado ni puede cambiar, se pongan como se pongan los del mundillo y sus teloneros. Aunque estén en nómina “católica”.

Pues eso…

Claro que, a mi modo de ver y entender el tema, lo más grave está en la falta, de intento, de combatir ese mal, nefando por naturaleza, auténtica carcoma intraeclesial, que mata lo más necesario en Ella: la Vocación Sacerdotal, sin la que ni hay ni puede haber Iglesia.

Poner el acento en las víctimas, por loable que sea, y no planificar el combate ni articular y proveer las armas para vencer y erradicar el mal, es coger el rábano por las hojas y no pretender arreglar nada: las víctimas son la consecuencia del tema, pero NO son el tema.

Un ejemplo: el Secretario de la CEE se opone, públicamente como tal Secretario a lo que se llaman “terapias de conversión” para gentes atrapadas por ese mundillo y que quieren salir de él.

Pues NO: a la Iglesia, por la voz de su Secretario en España, le parece fatal, y declara que la Iglesia en España está en contra.

Con un par, oiga!!!


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