21 de Octubre: Santa Úrsula y sus compañeras, vírgenes y mártires
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En él se dice que Santa Úrsula nació en la Gran Bretaña donde la religión cristiana estaba ya muy floreciente, y que fue hija de Dionot, rey de Cornouaille, y de Doria, princesa nada inferior a su marido, ni en nobleza de la sangre, ni a las cristianas virtudes.
Era en esos momentos general del emperador Graciano en la Gran Bretaña, el tirano Máximo; el cual habiéndose hecho proclamar emperador, cruzó el mar y desembarcó con todo su poderoso ejército en las costas de aquella parte de las Galias que se llamaba Armónica, y se apoderó de toda ella.
Uno de los generales de Máximo que más se había distinguido en aquella expedición, era cristiano y se llamaba Conan; a este hizo Máximo gobernador de la Armónica con título de duque, y él puso su residencia en la ciudad de Nantes, dejando en el país gran parte de las tropas que eran de bretones e ingleses.
Envió luego diputados al rey Cornouaille, pidiéndole a su hija la princesa Úrsula como mujer, y como casi todos los oficiales y soldados eran también solteros, encargó a los diputados que trajesen de la isla todas las doncellas que pudiesen para casarlas con ellos.
Al padre de Úrsula le pareció bien casarla con aquel príncipe tan noble y cristiano, y habiendo recogido gran número de doncellas para formar aquella colonia que se llamó Bretaña Menor, salieron con viento próspero de Inglaterra.
Más una tempestad arrojó toda la escuadra hacia los mares del Norte, sobre las costas de la Galia Bélgica; y habiéndose abrigado Úrsula y sus compañeras en el puerto de Tiel hacia la embocadura del Rin, siguiendo la corriente de este río, navegaron hasta Colonia, teatro del glorioso triunfo.
Porque al saber el emperador Graciano sobre el desembarco de Máximo en las costas Galias, a falta de tropas con que hacerle resistencia llamó en su socorro a los hunos, bárbaros de la antigua Marmacia, que se habían derramado ya por toda Germania, y llegado por las márgenes del Rin hasta la Galia Bélgica.
Luego que descubrieron navíos bretones se apoderaron de ellos, y quedaron sorprendidos al ver en aquella flota una multitud tan grande de doncellas cristianas.
El general de los bárbaros quedó tan ciegamente prendado de Úrsula, que no perdonó medio para rendirla, pero la santa princesa le habló con tal resolución y majestad en nombre de todas sus compañeras, que mudada en furor la brutal pasión de aquellos bárbaros, se arrojaron espada en mano contra ellas; a unas atravesaron el pecho, a otras las degollaron, a otras las asaetaron, pasando todas a aumentar la corte del Cordero de Dios, con la doble palma de la virginidad y del martirio.
Reflexión:
Con el tiempo se fundó en la Iglesia una célebre Congregación de Religiosas bajo el nombre y la protección de la Santa Úrsula, y por eso se llaman Ursulinas, las cuales entienden en la educación de las niñas, inspirándoles una gran estima por todas las virtudes cristianas. Procuren todas las doncellas imitar en esta virtud a Santa Úrsula y a sus compañeras mártires, teniendo su pureza virginal en mayor aprecio que su propia vida, y conservándola limpia de toda mancha.
Oración:
Te suplicamos, Señor Dios nuestro, la gracia de venerar con incesante devoción los triunfos de la santas vírgenes y mártires Úrsula y sus compañeras, para que ya que no podemos honrarlas como merecen, les tributemos al menos humildemente nuestros frecuentes obsequios. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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