martes, 24 de septiembre de 2024

LOS NUEVOS “PECADOS” INSTITUIDOS POR BERGOGLIO

Publicamos el nuevo documento del Vaticano que describe la “celebración penitencial” que será parte de la apertura de la última etapa del “sínodo sobre la sinodalidad”.

Celebración penitencial

Basílica de San Pedro

1 de octubre de 2024 a las 18.00 horas

Una Iglesia que quiere caminar unida debe reconciliarse continuamente. El perdón constituye la realización fundamental de la Iglesia porque sintetiza su naturaleza y su misión. Sin embargo, sería simplista pensar sólo en la Iglesia como administradora y dispensadora del perdón sacramental. El Papa Francisco nos ha enseñado que también es necesario que la Iglesia pida perdón llamando a los pecados por su nombre, sintiendo dolor e incluso vergüenza, porque todos somos pecadores necesitados de misericordia: de la misericordia que da el Dios que no se cansa de amar y perdonar. El perdón, pues, es como una resurrección, que permite levantarse a quien ha caído y recomenzar a quien teme haberlo comprometido todo. Confesar los pecados es la condición para un nuevo comienzo.

Al final del retiro espiritual (30 de septiembre - 1 de octubre) para todos los participantes en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, la Liturgia Penitencial quiere orientar los trabajos del Sínodo hacia el inicio de una nueva manera de ser Iglesia.

En la Basílica de San Pedro, la celebración penitencial, presidida por el Papa Francisco, incluirá un tiempo para escuchar tres testimonios de personas que han sufrido el pecado: el pecado de los abusos; el pecado de la guerra; el pecado de la indiferencia ante el drama presente en el creciente fenómeno de las migraciones en todo el mundo.

A continuación, tendrá lugar la confesión de una serie de pecados. No se trata de denunciar el pecado de los demás, sino de reconocerse miembro de aquellos que, por omisión o acción, se convierten en causa de sufrimiento y responsables del mal infligido a los inocentes e indefensos. Quien exprese la petición de perdón lo hará en nombre de todos los bautizados. En particular, confesará el:

Pecado contra la paz

Pecado contra la creación, contra las poblaciones indígenas, contra los emigrantes

Pecado de abuso

Pecado contra la mujer, la familia, los jóvenes

Pecado de usar la doctrina como piedras para ser lanzadas

Pecado contra la pobreza

Pecado contra la sinodalidad / falta de escucha, comunión y participación de todos

Al final de esta confesión de los pecados, el Santo Padre dirigirá, en nombre de todos los fieles, la petición de perdón a Dios y a las hermanas y hermanos de toda la humanidad.

La celebración penitencial, organizada conjuntamente por la Secretaría General del Sínodo y la Diócesis de Roma, en colaboración con la Unión de Superiores Generales (USG) y la Unión Internacional de Superiores Generales (UISG), está abierta a todos, especialmente a los jóvenes, y podrá seguirse a través de Vatican Media, que la retransmitirá en directo.

La liturgia dirige la mirada interior de la Iglesia a los rostros de las nuevas generaciones. En efecto, serán los jóvenes presentes en la Basílica quienes reciban el signo de que el futuro de la Iglesia es suyo, y de que la petición de perdón es el primer paso de una credibilidad creyente y misionera que debe restablecerse.


Texto original en italiano.


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