viernes, 23 de agosto de 2024

YO SOY AQUEL NEGRITO DEL ÁFRICA TROPICAL

Los africanos se están tomando muy en serio su fe católica y esto hace que tengan los seminarios llenos de forma que hasta puedan enviar sacerdotes a otros países

Por el padre Jorge González Guadalix


Seamos claros. En la Iglesia siempre hemos pensado que existían dos partes bien diferenciadas, o si quieren tres. Una de ellas, la formamos los cristianos viejos especialmente de Europa. Ya saben, los de siempre. Luego podemos hablar de Norteamérica, que son poderosos porque tienen medios materiales, como Alemania. Finalmente, los países de misión, Hispanoamérica y ya, a la cola de la catolicidad, los negritos de África. Pues miren por dónde los negritos, y con todo el cariño utilizo la palabra, nos han salido respondones y están mostrando una superioridad abrumadora.

En pocos días surgen noticias muy positivas que llegan de África. Por ejemplo, y di cuenta de ello en mi programa de noticias del pasado viernes, la diócesis de Nsukka, en Nigeria, en diez años ha multiplicado por dos el número de católicos, pasa de 500.000 a algo más de 1.100.000, y ha doblado el número de sacerdotes, que pasan de 195 a 417. Claro, que estas cosas ocurren cuando hay un obispo capaz de decir en la homilía a los nuevos sacerdotes cosas como estas:
“Hay ciertos lugares que los sacerdotes deben evitar, ciertos sitios web que no deben visitar, ciertas aplicaciones que no deben descargar y ciertas redes con las que no deben relacionarse. Incluso su atuendo debe reflejar su sagrada vocación”.
Monseñor Onah añadió:
“Como sacerdotes, deben tener discernimiento sobre dónde van y qué hacen. Deben recordar que son vasijas de barro que llevan un tesoro precioso, y deben guardarlo con cuidado”.
Reiteró la importancia de que los Sacerdotes vivan vidas que reflejen su sagrada vocación, no sólo en su ministerio sino en todos los aspectos de su comportamiento.

El obispo católico nigeriano también dijo:

“Los Sacerdotes están llamados a interponerse entre el pueblo y Dios, a ofrecer oraciones en nombre de la Iglesia y a transmitir el mensaje de Dios al pueblo. Aunque la tentación de que los sacerdotes se conviertan en activistas es grande, su verdadera vocación es ser hombres de oración, guiando a los fieles en la santidad”.
Es normal que cada vez sean más los sacerdotes africanos que llegan a España y Europa para atender nuestras parroquias. Como dato curioso, si visitan la web del obispado de Vic, en España, descubrirán qué sacerdotes con nombres tan poco catalanes y tan poco españoles están siendo nombrados para parroquias de la diócesis: Mn. Jean Pierre Citenga Mujanyi, Mn. Étienne Habimana, Mn. Martin Kabamba Belangenyi, Mn. Théodore Mugabiyeyezu, Mn. Achille Nzamurambaho, Mn. Étienne Cishimbi wa Cishimbi, Mn. Gregoire Hakizimana, Mn. Octave Lutumba Mukeb Akalonji, Mn. Pascal Ndahiro, Mn. Joseph Nkongolo Panu, Mn. Jean Baptiste Shumbusho.

Es lo que hay.

Los africanos se están tomando muy en serio su fe católica y esto hace que tengan los seminarios llenos de forma que hasta puedan enviar sacerdotes a otros países. Y mientras nosotros, viejos europeos, acaudalados norteamericanos, liberacionistas de Hispanoamérica, mucho bla, bla... pero en una Iglesia en estado comatoso. No sé si aprenderemos. Posiblemente el orgullo nos lo impida.

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