miércoles, 1 de mayo de 2024

1 DE MAYO: SAN FELIPE Y SANTIAGO EL MENOR, APÓSTOLES


1 de mayo: San Felipe y Santiago el Menor, Apóstoles

(✞ 54  - ✞ 62)

El glorioso apóstol de Cristo San Felipe fue natural de Betsaida, donde nacieron asimismo San Andrés y San Pedro.

Luego que San Felipe conoció a Cristo, comenzó a hacer oficio de apóstol, que era traer a otros al conocimiento y amor de Dios; y así trajo a Natanael a Cristo, de quien dijo el Señor que era verdadero israelita y hombre sin doblez ni engaño.

Antes de hacer nuestro Señor el gran milagro de la multiplicación de los panes en el desierto, preguntó a Felipe de dónde compraría pan para sustentar a aquella gran muchedumbre de pueblo, para darnos a entender con su respuesta la falta de pan que había, y la grandeza del milagro del Señor.

Después de la resurrección de Lázaro algunos gentiles vinieron a ver a Jesucristo, y tomaron por medio a San Felipe, declarándole su deseo, y Felipe y Andrés lo dijeron al Señor, el cual hizo gracias al Padre eterno porque ya los gentiles comenzaban a conocerles.

En aquel soberano sermón que el mismo Señor hizo a los apóstoles después de la sagrada cena, le dijo San Felipe:

- Señor, mostradnos al Padre.

Y de estas palabras tomó ocasión el Señor para revelarnos altísimos misterios de su divina naturaleza.

Después de la venida del Espíritu Santo, cupo a San Felipe la provincia de Asia superior, en la cual predicó el Santo Evangelio; de allí pasó a la Escita y por último a la ciudad de Hierápolis, donde los gentiles adoraban por Dios una víbora, y donde echaron mano al santo apóstol, y después de haberle azotado ásperamente, le crucificaron y mataron a pedradas.

Celebramos hoy también la memoria del apóstol Santiago el Menor, que nació en Caná de Galilea, el cual es llamado hermano del Señor, conforme a la costumbre de los hebreos que llamaban hermanos a los que eran primos, y por haber sido llamado al apostolado y después de Santiago, hermano de San Juan, se llama Santiago el menor.

Era apellidado también con el nombre de Justo, porque su vida era un retrato del cielo, y en las facciones del rostro se parecía a Cristo, y así muchos cristianos venían a Jerusalén a ver a Santiago.

Nunca comió carne ni bebió vino, y por tanto estar de rodillas, las tenía duras como de camello; jamás consintió que se le cortase el cabello, ni quiso bañarse ni ser ungido con óleo.

Era tan grande la opinión que tenían los judíos de su santidad, que a él solo le dejaban entrar en el sancto santorum.

San Pedro lo nombró Obispo de Jerusalén y en el primer Concilio que así se celebró dijo su parecer después de San Pedro.

Finalmente, después de haber gobernado la Iglesia de Jerusalén por espacio de treinta años y por haber predicado a Jesucristo en el templo, los fariseos, bramando como leones tomaron piedras contra él y le arrojaron del lugar eminente en el que predicaba, y mientras levantaba las manos al cielo rogando por sus enemigos, uno de ellos le dio con una pértiga en la cabeza, esparciéndole los sucesos por el suelo.


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