Por el padre David Nix
No es que el Derecho Canónico sea el problema. El Derecho Canónico fue creado originalmente para estar al servicio del Evangelio, no para sustituirlo. Pero está siendo manipulado por obispos corruptos para promover un anti-Evangelio en muchas diócesis. Veremos tres de los peores abusos del nuevo Código de Derecho Canónico después de que fuera promulgado por Juan Pablo II en 1983. Hay mejores traducciones del latín, pero nos limitaremos a citar las que se encuentran en el sitio web del Vaticano para facilitar la referencia. Además, consideraremos los siguientes tres cánones en orden de colocación en el código, no de importancia.
Primer canon ambiguo 1095:
Son incapaces de contraer matrimonio:
1) quienes carecen de suficiente uso de razón;
2) quienes tienen un grave defecto de discreción de juicio acerca de los derechos y deberes esenciales del matrimonio que mutuamente se han de dar y aceptar;
3) quienes no pueden asumir las obligaciones esenciales del matrimonio por causas de naturaleza psíquica.
Nótese que este canon se supone que indica quién debe evitar el matrimonio en primer lugar, no ayudar a una persona casada a elegir retroactivamente cómo dejar a su cónyuge. Pero este canon ha sido manipulado para destruir cientos de miles de matrimonios católicos bajo el pretexto de que Dios mismo nunca consideró vinculante el vínculo hecho en el altar. ¿Por qué el vínculo no era vinculante? Los Tribunales americanos (que son pagados por cualquier católico americano que quiera divorciarse) declaran nulo el vínculo basándose en “falta de la debida discreción” o “grave defecto de discreción de juicio” como se puede ver arriba.
¿Qué tan común es esto? El Canon 1095 se usa en más del 90% de las anulaciones americanas. ¿Y qué tan comunes son las anulaciones? Un libro de 2023 titulado Betrayed Without a Kiss (Traicionada sin un beso) por John Clark dice lo siguiente: “La Iglesia católica en América ha pasado de 338 anulaciones en 1968 a más de 72.000 anulaciones iniciadas en 1989 a más de 24.000 iniciadas en 2014, siendo esta última cifra quizá la más escalofriante, ya que refleja una caída masiva de los matrimonios católicos”. Hace años, Robert Vasoli señaló -como han hecho muchos otros- que con “sólo el 6% de los católicos del mundo, los tribunales estadounidenses conceden casi el 75% de las anulaciones mundiales”. - p. 174.
¿Ves por qué uso el modificador “americano” cuando me refiero al abuso de los matrimonios en los Tribunales? Ten en cuenta que casi cualquier pareja católica que se haya casado en cualquier diócesis americana (de manera que tanto el hombre como la mujer estuvieran cuerdos, no drogados, etc.) puede seguir alegando que tuvo un “grave defecto de discreción de juicio” en cuanto quiera un nuevo cónyuge. Como si cualquiera de nosotros tuviera la “debida discreción” al abordar cualquier vocación con sufrimiento... que es toda vocación.
Así, el Canon 1095 sobre el “grave defecto de discreción de juicio” es una evasiva total utilizada para conceder cientos de miles de divorcios católicos bajo el pretexto de palabras rebuscadas como “declaración de nulidad secundaria a la falta de la debida discreción”. Estos tribunales diocesanos son verdaderamente culpables de volver a crucificar a Cristo al “separar lo que Dios ha unido” -Mt 19:6. Mire los números de dos párrafos arriba o estas estadísticas sobre anulaciones americanas que muestran que de todas las peticiones americanas de anulaciones, el 98% son concedidas. Eso significa que la mayoría de las anulaciones son falsas. Si no crees que hemos vuelto a los fariseos legalistas del primer siglo alejando a la gente de Dios, entonces no sé qué te convencerá.
Segundo Canon Ambiguo 1373:
Quien suscita públicamente la aversión o el odio contra la Sede Apostólica o el Ordinario, a causa de algún acto del oficio o del cargo eclesiástico, o induce a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justas.
Recientemente, Tucker Carlson hizo un programa con una demócrata de toda la vida llamada Tara Reade (entrevista en inglés en X aquí), que trabajó para Joe Biden como ayudante en el Congreso de 1992 a 1993. Ella afirma que él la agredió sexualmente en ese tiempo. En el minuto diez también habla de un grupo de estadounidenses que se opusieron a la implicación de Estados Unidos en Ucrania y que ahora están siendo acusados por el Departamento de Justicia de “sembrar la discordia”. Pueden enfrentarse a diez años de cárcel. Esa vaga acusación podría cubrir casi cualquier cosa en el actual entorno estalinista, y ahora está siendo utilizada como arma contra los estadounidenses con ideales diferentes a los de la actual administración corrupta.
¿Qué tiene esto que ver con el Canon 1373? El Canon 1373 es la vaga acusación utilizada por los obispos liberales contra los sacerdotes conservadores para suspenderlos de manera subjetiva por cualquier cosa que les parezca desagradable. Por ejemplo, mi buen amigo el padre Clay Hunt (un santo sacerdote conservador, pero no tradicionalista) fue suspendido por el Arzobispo Gustavo de San Antonio Texas. ¿El delito? El padre Hunt dijo durante los encierros de 2020 que los fieles todavía necesitaban confesarse y recibir la Sagrada Comunión en un video de Instagram.
Debido a que su Arzobispo había ordenado cerrar todas las parroquias en 2020, el padre Hunt conduciendo a la gente a los sacramentos fue considerado “desobediente” bajo el Can. 1373. Esto se debe a que Can. 1373 es el canon relativista de “sembrar discordia”, que prescribe el castigo no para la herejía, sino para cualquiera que “incite... aversión u odio contra... el Ordinario [obispo]... o induce a desobedecerlos”, aunque sea promoviendo la Fe. (El padre Hunt ni siquiera mencionó a su obispo o las parroquias cerradas en su video de Instagram, por lo que difícilmente fue “desobediente”).
Aún así, el padre Hunt fue castigado como “desobediente” por decir a los católicos que acudieran a los sacramentos durante aquel engaño. Si piensas que esto es una exageración, puedes ver el Decreto de la Arquidiócesis de San Antonio iniciando el proceso penal a Hunt (Documento PDF en inglés). Observa que el primer párrafo en cursiva son las sencillas y piadosas palabras del padre Hunt pronunciadas en el video de Instagram animando a los sacramentos. Nótese entonces que en ese mismo decreto su diócesis cita el Can. 1373. Ese canon se convierte repetidamente en el peso de la culpa subjetiva sobre la cabeza de cualquier sacerdote conservador que sea subjetivamente (no objetivamente) desagradable para un obispo liberal.
Todo esto ocurrió durante los cierres fraudulentos de 2020. Luego, en 2021, su Arzobispo publicó sus acusaciones contra el padre Clay Hunt de malversación financiera ¡que se remontaban a 2019! (Mira las fechas en los dos últimos enlaces si duda de esto). ¿Por qué la Archidiócesis esperó tanto tiempo para publicar tales acusaciones? ¿Podría ser que pocos de los fieles en Texas compraron la noción de que es “desobediencia” proporcionar los sacramentos bajo llave? Así, mientras el padre Hunt es puesto en el banquillo por oponerse al totalitarismo liberal (tanto en el Estado como en la Iglesia) vemos que los sacerdotes que abusan de los niños quedan libres, como fácilmente percibimos en la frecuente manipulación estadounidense del siguiente canon...
Tercer Canon Ambiguo 1395- §2.
El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, si el delito se ha cometido públicamente, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el caso lo requiera.
El Dr. Taylor Marshall aborda la ambigüedad de este canon manipulado por los obispos para salvarse a sí mismos y destruir almas inocentes: “La versión revisada [del código de derecho canónico] por Juan Pablo II afirma que los clérigos en 'pecado externo' contra el sexto mandamiento deben ser suspendidos. Si persisten después de la advertencia, pueden añadirse gradualmente penas, incluida la destitución del estado clerical”, pero estas penas no están prescritas. Esto significa que un obispo puede tener una dura charla con ellos o enviarlos a un centro de rehabilitación sexual. O puede trasladarlos a otro destino. Esto contrasta con la legislación del año 1917, que establece explícita y claramente que deben ser “suspendidos, declarados públicamente como autores de mala conducta sexual y privados de cualquier cargo, pensión, dignidad”. El canon de 1983 tampoco identifica pecados sexuales específicos - sólo uno contra un menor de dieciséis años. El Código de 1917 es muy superior en el sentido de que enumera explícitamente los pecados merecedores de castigo cometidos por el clero”-Infiltration, p. 163.
Los casos en los que sacerdotes abusadores de menores han vuelto al ministerio activo después de “una buena charla” de un obispo o de pasar por unidades psiquiátricas son demasiados para enumerarlos en este artículo. Este canon fue uno de los pretextos legalistas con los que se ahorcó espiritualmente a los niños católicos y se liberó a los sacerdotes abusadores durante los últimos 50 años.
Por lo tanto, en los tres cánones rotos anteriores, vemos que no son los tradicionalistas los fariseos modernos que utilizan el legalismo para su avance, sino más bien los izquierdistas de la Iglesia Católica. Tales obispos manipulan estos cánones para la destrucción de muchas almas, no menos que las suyas propias.
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