domingo, 28 de abril de 2024

28 DE ABRIL: SAN VIDAL, MÁRTIR


28 de Abril: San Vidal, mártir

(✞ 1109)

Entre los santos que derramaron su sangre en las primeras persecuciones de la Iglesia, uno de ellos fue San Vidal (algunas veces nombrado como San Vital), caballero muy noble de Ravena y marido de Santa Valeria, y padre de Gervasio y Protasio, y los cuatro fueron ilustres mártires del Señor.

Sucedió que habiendo capturado los gentiles en Ravena a un cristiano, llamado Ursicino, de profesión médico, le infligieron muchos y atroces tormentos, los cuales él sufrió con gran constancia y fortaleza, ayudado por la gracia del Señor.

Más cuando llegó su última hora y vio que el verdugo desenvainaba la espada y le vendaba los ojos, comenzó (como hombre) a desmayar, y a perder el vigor que antes había tenido; y estando ya por adorar a los falsos dioses, Vidal, que estaba presente a este espectáculo, compadeciéndose de él, y juzgando que le tenía obligación de socorrerle en aquel conflicto, alzó su voz y públicamente dijo:

- ¿Qué es esto, Ursicino? ¿Qué dudas? ¿Qué teméis? ¿Habiendo tú como médico dado salud a tantos enfermos, ahora no aciertas a salvarte a ti mismo? Acuérdate que con esta muerte que se acaba en un soplo, comprarás una vida bienaventurada que no tiene fin.

Fueron de tanta eficacia las palabras de Vidal que animaron de tal manera a Ursicino, que con gran alegría tendió el cuello al cuchillo y murió por Cristo: San Vidal, no contento de haberle dado la vida del alma, por dar honra a su cuerpo muerto, con gran celo y fervor, hurtó y sepultó su cadáver.

El juez que se llamaba Paulino, viendo lo que Vidal había dicho y hecho y entendiendo que era cristiano, lo amonestó blandamente que dejase aquella nueva secta, y siguiese la antigua religión de los romanos.

Vidal se burló de las palabras de Paulino, el cual le mandó luego atormentar en el ecúleo, donde fueron despedazadas sus carnes y descoyuntados sus miembros, y probada su fe y su paciencia.

Y como todo esto no bastó para trocarle y ablandar su pecho fuerte, ordenó que lo llevasen al mismo lugar donde había sido ajusticiado Ursicino, y que hiciesen allí un hoy0 muy profundo, y le echasen vivo dentro, y lo llenasen de tierra y piedras; lo cual ejecutaron al pie de la letra los verdugos.

Así murió el glorioso mártir, asfixiado y sepultado vivo, entregando con este cruel martirio su triunfante espíritu al Criador.

Las sagradas reliquias de este santo se conservan en un magnífico sepulcro de una iglesia que se le dedicó en Rávena, y que es uno de los templos más hermosos del mundo, y parte de ellas se veneran en Bolonia y en Praga.

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