s谩bado, 16 de marzo de 2024

16 DE MARZO: SAN ABRAHAM, SOLITARIO


16 de Marzo: San Abraham, solitario

(馃晢 487)

El admirable var贸n San Abraham, cuya vida nos dej贸 escrita San Efr茅n, naci贸 en cercan铆as de Edesa, en la Mesopotamia, de padres muy ricos, los cuales le amaban tiern铆simamente, y fue tanta la insistencia que le hicieron para que se casase, y tantas las l谩grimas que derram贸 la madre, que s贸lo por no entristecerlos dijo que se casar铆a.

Se prepararon las fiestas y la boda, y habiendo durado seis d铆as el regocijo, el s茅ptimo, mientras toda la casa estaba ocupada en convites, m煤sica, bailes y danzas, Abraham sali贸 secretamente de la casa y fue a encerrarse en una gruta que distaba como una legua del lugar.

Lo hallaron all铆 al cabo de diecisiete d铆as, y el santo habl贸 a sus padres con tanto esp铆ritu de Dios, que hasta suplic贸 a su esposa que consintiese en una perpetua separaci贸n.

Todo cuanto pose铆a en la tierra era una t煤nica de pelo de cabra, un manto, una escudilla para comer y beber y una estera de juncos para acostarse.

Hab铆a pasado varios a帽os en esta vida cuando el Obispo de Edesa le mand贸 que se ordenase como sacerdote y evangelizase una poblaci贸n de gentiles muy obstinados que hab铆a en la di贸cesis.

Tres a帽os le cost贸 al santo la obra de convertirlos: lo apedrearon, lo dejaron por muerto, lo arrastraron tres veces por las calles, pero finalmente se rindieron, y se echaron a sus pies para que les bautizase.

Despu茅s Abraham volvi贸 a su antiguo encierro, y en esos tiempos, una sobrina suya llamada Mar铆a qued贸 hu茅rfana a los siete a帽os de edad, y se la llevaron al santo; el cual la puso en una celda inmediata a la suya y as铆 por una ventanilla la instru铆a en las cosas de Dios.

Unos pocos a帽os de su recogimiento pasaron cuando la doncella fue a perderse por la tentaci贸n de un mozo que en h谩bito de monje fue a visitar al santo, y en lugar de arrepentirse de su pecado, se fue a una ciudad que estaba desde all铆 a dos jornadas, y con ropaje mundano, galante y lascivo entr贸 en un mes贸n para perderse del todo.

Abraham tuvo revelaci贸n sobre la ca铆da de su sobrina y deseoso de sacar aquella alma de las garras del drag贸n infernal y restituirla a Jesucristo, busc贸 un caballo, y vestido de soldado, se fue a la ciudad y al mes贸n donde Mar铆a viv铆a, a la cual habl贸 con tan tiernas palabras, que compungida y llena de confusi贸n, se deshizo en l谩grimas, sin osar mirar la cara de su t铆o.

- No te desesperes, hija -le dijo el santo- porque no hay llaga tan incurable que con la sangre de Cristo no se pueda curar.

Mar铆a volvi贸 a su antigua morada, donde se entreg贸 de tal modo a la penitencia, que fue un perfecto retrato de la santidad de su t铆o, y finalmente, fue compa帽era de su gloria en su dichoso tr谩nsito.


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