El 8 de enero la Iglesia recuerda a San Teófilo, mártir que vivió en Libia en el siglo III. La información sobre su vida es muy escasa, pero su testimonio de fe y valentía sigue siendo hoy un ejemplo para todos los cristianos.
Según la Tradición, Teófilo era diácono. En un período de persecución contra los cristianos, fue arrestado y llevado ante el gobernador romano.
El gobernador intentó convencerlo de que renunciara a su fe, pero Teófilo se negó firmemente. Luego fue sometido a crueles torturas, pero no cedió.
Finalmente, fue arrojado al fuego, donde murió como mártir. Su muerte fue un fuerte signo de fe y esperanza para los cristianos de toda Libia.
La figura de Teófilo es particularmente venerada en algunas diócesis italianas, como la de Milán y la de Treviso. En estas diócesis, el santo es considerado patrón de los diáconos comprometidos en el testimonio de la fe.
Oración:
Tu santo mártir Teófilo, oh Señor,
A través de sus sufrimientos ha recibido de Ti, Dios nuestro,
una corona incorruptible.
Porque teniendo Tu fuerza, derribó a sus adversarios,
Y destrozó la impotente audacia de los demonios.
¡Por su intercesión, salva nuestras almas!
Nota de la Editora: Este Santoral Tradicional está tomado del “VADEMECUM devocionario” del padre Santiago Lichius de la Congregación del Verbo Divino, impreso el 10 de septiembre de 1958, anterior a las reformas del concilio Vaticano II.
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