viernes, 12 de enero de 2024

12 DE ENERO: S. ARCADIO, MR. y S. EUTROPIO, LECTOR, MR.

Hoy el Santoral Tradicional recuerda a San Arcadio Mártir y a San Eutropio, fiel Lector del Arzobispo San Juan Crisóstomo, muerto también a causa del martirio.


San Arcadio Mártir

Arcadio de Mauritania o Arcadio de Cesarea de Mauritania (f. 302) es venerado como Mártir y Santo. 

La Tradición cuenta que era un eminente ciudadano de la provincia de Caesarea en Mauretania Caesariensis (hoy Cherchell) al que se le pretendió obligar a construir estatuas de los dioses romanos. Arcadio se negó pero para no comprometer a sus parientes, se retiró a un lugar solitario. Lamentablemente, las fuerzas romanas, capturaron a un pariente suyo y, enterado de la noticia, Arcadio se entregó.

El juez romano lo invitó formalmente a ofrecer sacrificio a los dioses del Imperio. Si así lo hacía, quedaría inmediatamente en libertad. Arcadio se negó.

La Tradición de la Iglesia cuenta que sufrió una terrible muerte. El juez ordenó que se le cortasen, uno a uno, todos los músculos de los brazos, de la espalda y de las piernas hasta los pies. 

El mártir fue ofreciendo el sacrificio de cada uno de sus miembros, y durante tan sangriento suplicio, no cesó de bendecir al Señor hasta su muerte. Al encontrarse totalmente mutilado, el mártir se dirigió a la comunidad pagana, exhortándolos a abandonar a sus dioses falsos y a adorar al único Dios verdadero, el Señor Jesús.

Los paganos se quedaron maravillados de tanto valor y los cristianos recogieron su cadáver y empezaron a honrarlo como a un gran santo.



San Eutropio, Lector y Mártir


En junio de 404, el Arzobispo de Constantinopla San Juan Crisóstomo fue desterrado de su sede por el emperador bizantino Arcadio por su valiente oposición a ciertos entretenimientos licenciosos que habían tenido lugar en la ciudad. El Lector Eutropio, un joven de vida intachable que integraba su clero, estuvo entre los muchos que permanecieron fieles al Arzobispo exiliado. 

Cuando poco después de la partida de Crisóstomo se produjo un incendio en la Catedral de Santa Sofía, los enemigos cismáticos del Arzobispo y el prefecto pagano de Constantinopla acusaron falsamente a los partidarios de Crisóstomo de iniciar el incendio. Muchos fueron arrestados, incluido Eutropio. 

Eutropio fue interrogado bajo tortura, incluidos azotes, quema de carne y desgarro de mejillas y costados con clavos de hierro, pero se mantuvo firme en rechazar la demanda de una confesión falsa. Murió poco después a causa de sus heridas. 

Su cuerpo, que había sido arrojado a los perros, fue buscado por la noche y enterrado por cristianos. Mientras llevaban su cuerpo para enterrarlo, escucharon un canto angelical en el cielo sobre ellos.


Nota de la Editora: Este Santoral Tradicional está tomado del “VADEMECUM devocionario” del padre Santiago Lichius de la Congregación del Verbo Divino, impreso el 10 de septiembre de 1958, anterior a las reformas del concilio Vaticano II.


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