jueves, 14 de diciembre de 2023

AUSTRALIA: RECTOR DE UNA PRÓSPERA COMUNIDAD TRADICIONAL “MISERICORDIADO” TRAS AÑOS DE CONFLICTO

El Arzobispo Costelloe ordenó a su diócesis acatar las restricciones “papales” a la Misa Tradicional, porque “ha llegado el momento de que todos en la Arquidiócesis acepten las decisiones del ‘papa’ y las obedezcan como tal”


El arzobispo de Perth ha destituido a un sacerdote muy querido de la próspera comunidad tradicional que dirigía y le prohibió decir la Misa Tradicional, según las restricciones de la liturgia impuestas por Bergoglio en 2021.  

En una declaración emitida el 11 de diciembre, el arzobispo de Perth, Timothy Costelloe, anunció que el padre Michael Rowe iba a ser despojado de su cargo de rector de la próspera comunidad de Misa Tradicional de Santa Ana. 

Citando las implementaciones de Bergoglio en Traditionis Custodes, Costelloe encargó a los sacerdotes solicitar específicamente el permiso para seguir ofreciendo la Misa Tradicional. Costelloe informó que Rowe no había cumplido con los requisitos del arzobispo, y por lo tanto, fue despojado de su permiso para ofrecer la Misa Tradicional.
A la fecha de hoy, el padre Rowe no ha solicitado mi autorización para celebrar la Misa utilizando el Misal Romano promulgado por San Juan XXIII en 1962.

Por lo tanto, he informado al padre Rowe de que, al no haber solicitado la autorización necesaria exigida por el derecho canónico, y al no haber sido autorizado para celebrar la Misa utilizando el Misal Romano promulgado por san Juan XXIII en 1962 en la archidiócesis de Perth, no está autorizado para celebrar la Misa utilizando el Misal Romano promulgado por san Juan XXIII en 1962 en la iglesia de Santa Ana, Belmont, ni en ningún otro lugar de la archidiócesis de Perth.
Según informó LifeSite, Costelloe afirmó que a Rowe no se le prohibió el ministerio en la Archidiócesis, ya que conservaba facultades para ofrecer el novus ordo, pero que sólo se le permitía ofrecer esta forma de misa.

Durante muchos años, Rowe ha sido rector de la comunidad de Misa en Latín en Santa Ana en Perth, y desde que comenzó su mandato allí por invitación expresa del arzobispo emérito ordinario de Perth, Hickey, la iglesia ha ido viento en popa. 

En la nota del 11 de diciembre, Costelloe escribió que había “revisado la necesidad de nombrar un rector para la iglesia de Santa Ana, Belmont”, a la luz de Traditionis Custodes.

En consecuencia, el arzobispo escribió “a partir de la fecha de hoy, he revocado formalmente el nombramiento del padre Rowe como rector de la iglesia de Santa Ana, Belmont, y como líder espiritual de la comunidad que se reúne allí para celebrar la Misa utilizando el Misal Romano promulgado por san Juan XXIII en 1962”.

Dijo que por el momento la comunidad seguiría recibiendo misas:
El horario actual de misas continuará, hasta que se determine lo contrario, y serán celebradas en la iglesia de Santa Ana por un grupo de sacerdotes autorizados para celebrar la misa utilizando el Misal Romano de 1962 en la archidiócesis de Perth. Ya se han tomado disposiciones a tal efecto en apoyo de la comunidad que se reúne para celebrar el culto en la iglesia de Santa Ana, Belmont.
El arzobispo, una de los personajes seleccionados por Bergoglio para participar en el sínodo sobre la sinodalidad, argumentó que “nunca he tenido la intención de interrumpir la celebración de la misa con el Misal Romano de 1962 en la iglesia de Santa Ana, ni de cerrar la comunidad”.

Repitiendo sus recientes palabras en apoyo de Traditionis Custodes, Costelloe ordenó a la diócesis aceptar las restricciones “papales” sobre la Misa Tradicional, ya que “Ahora es el momento de que todos en la Arquidiócesis acepten las decisiones del papa y cumplan con ellas tal como están establecidas en nuestras regulaciones diocesanas”.

“Soy consciente de que algunas de las decisiones que debo tomar ahora, y sus consecuencias, molestarán y enojarán a algunas personas”, añadió Costelloe. Sólo puedo hacer un llamamiento a todos para que dejen de lado sus preferencias personales y trabajen juntos para garantizar que nuestra comunión con el santo padre, concretada a través de nuestra comunión con el obispo local, se realice tanto en la práctica como en las palabras”.

En una declaración enviada a LifeSiteNews y a la comunidad de Santa Ana al recibir el decreto, Rowe señaló que la carta de Costelloe “confirma que sigo siendo un sacerdote con buena reputación ya que he conservado facultades dentro de la Arquidiócesis de Perth”, un hecho que Rowe describió como “una admisión implícita de que no he hecho nada objetivamente malo que sugiera lo contrario”.

Añadió que el decreto de Costelloe, en el que se afirmaba que la destitución de Rowe se debía a su incumplimiento de Traditionis Custodes, era engañoso.
Esa carta parece sugerir que la única razón de mi destitución es una negativa de mi parte a solicitar permiso al Arzobispo para celebrar la Misa Tradicional en latín de conformidad con el artículo 5 del motu proprio del papa Francisco Traditionis Custodes . 

Aunque el Arzobispo no ha mentido directamente al decir esto, rechazo esa caracterización como representación exacta de toda la situación en su perspectiva correcta. Creo que la versión de los hechos del Arzobispo en su carta abierta tiene el potencial de ser engañosa y he publicado esta declaración explicando la situación en su verdadero contexto. [La declaración completa del padre Rowe puede encontrarse en inglés aquí].
Más adelante en su declaración, Rowe amplió y escribió que Costelloe lo destituiría “no es porque me haya negado a solicitar el permiso por lo que se me ha cancelado, sino que el Arzobispo ha hecho prácticamente imposible que cumpla las condiciones para solicitar el permiso en primer lugar”.

Dio detalles de una declaración que le ordenaron firmar sobre la liturgia, que, según dijo, contenía “proposiciones preocupantes... errores fácticos” o intentaba “afirmar cosas que simplemente no creo que sean ciertas”.

Rowe mencionó que Costelloe ha tenido una relación tensa con la comunidad de Santa Ana durante muchos años. En 2008, el arzobispo emérito de Perth, Hickey, asignó la iglesia no utilizada de Santa Ana a la comunidad de Misa en latín en Perth, declarando por escrito que sería la “ubicación permanente” para la Misa en latín. Nombró a Rowe como párroco de la cuasi -parroquia de Santa Ana en 2008, Hickey lo nombró formalmente por escrito rector de la iglesia en 2009, otorgándole plenas facultades de párroco.

Según Rowe, “la comunidad parroquial ha gastado más de $1 millón en mejorar el terreno y la propiedad en Santa Ana, Belmont, ya que, según las cartas del Arzobispo Hickey, teníamos la impresión de que estábamos establecidos allí permanentemente como una cuasi-parroquia. Pero el Arzobispo Costelloe y la Arquidiócesis ahora bajo su liderazgo no compartían ese punto de vista y tenían otras ideas para Santa Ana”.

La comunidad de la Misa en Latín en Perth bajo el cuidado de Rowe ha crecido desde su número inicial de 30 personas en 1996 a alrededor de 850 ahora. Agregó que “la comunidad ha producido nueve vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa, y continúa siendo una parroquia próspera con frecuentes bautismos, confirmaciones, primeras comuniones y matrimonios”.

Sin embargo, Rowe escribe que Costelloe trajo problemas a la Iglesia desde su llegada como nuevo arzobispo de Perth en 2012. “Las declaraciones y cartas pastorales del arzobispo parecen sugerir que se limita a seguir las indicaciones del papa en Traditionis Custodes y que no tiene más remedio que hacer la voluntad del santo padre. Con gran respeto hacia el arzobispo, esto es difícil de creer dado que los problemas y la animosidad que ha mostrado hacia la Comunidad de la Misa en Latín y hacia mí mismo son muy anteriores a la publicación de Traditionis Custodes”.

En 2017, Santa Ana se vio entonces bajo las restricciones del nuevo prelado, y como escribe Rowe “desde finales de 2018 en adelante nuestra comunidad estaba bien y verdaderamente en el punto de mira del Arzobispo”.

El párroco de la vecina parroquia de Cloverdale fue nombrado formalmente párroco de la parroquia territorial novus ordo de Belmont, en la que se encuentra Santa Ana. Tras una reunión secreta entre el arzobispo y el clero diocesano, a la que Rowe no fue invitado, Costelloe fusionó Santa Ana, informando a Rowe de que la parroquia de Cloverdale era la propietaria de la iglesia y los terrenos de Santa Ana.

Además, Rowe fue informado, no por Costelloe, de que la parroquia de Cloverdale planeaba vender Santa Ana, dejando así a la comunidad sin hogar.

Numerosos recursos legales ante tribunales civiles y canónicos han sido rechazados o fallados en contra de Rowe y de la comunidad de Santa Ana. De hecho, como escribió Rowe:
Desde 2018 hasta la actualidad, la disputa legal sobre los derechos de uso de los terrenos de la Iglesia de Santa Ana ha sido estresante, larga y no una decisión que tomé a la ligera. Sabía desde el principio que el litigio conllevaba un gran riesgo, y cualquiera que fuera el caso en el derecho civil: ganar o perder, sabía que había un mayor riesgo de que la fricción con el arzobispo probablemente resultaría en mi persecución personal por parte de él.  Esa predicción ha resultado acertada.
Los feligreses de Santa Ana han enviado anteriormente más de 400 cartas al arzobispo, pidiéndole que no implemente las restricciones en su vida espiritual, a través de la reducción de la Misa. Como señaló Rowe, Costelloe no ha aceptado repetidas ofertas para venir a visitar la próspera comunidad

El rector de Santa Ana luchó durante varios años para preservar el futuro de la congregación y de la comunidad tradicional pero desde que Costelloe fusionó Santa Ana con la parroquia, planeaba vender los terrenos

Esta batalla legal se ha llevado a cabo en los tribunales civiles, después de que la Congregación para el Clero del Vaticano se negara a intervenir, alegando que el recurso “llegaba demasiado tarde” -un tecnicismo del derecho canónico- al estar fuera del plazo de 10 días.

Después de luchar por el futuro de Santa Ana en los tribunales durante varios años, Rowe recibió la noticia de que los tribunales habían rechazado su último desafío al intento del arzobispo de arrebatar la iglesia de Santa Ana a la congregación.

El tribunal dictó la sentencia solo unos días antes de que Costelloe emitiera sus medidas restrictivas sobre la Liturgia Tradicional, lo que supuso para Santa Ana un doble asalto por parte de los tribunales y de la Archidiócesis en cuestión de días.

A pesar de perder las batallas legales, Rowe declaró que “no se arrepentía de nada, porque en todo momento lo único que me motivaba era luchar por el bien de las almas de Santa Ana y tener que luchar así por la salvación de las almas merecía la pena”.


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