viernes, 27 de octubre de 2023

EL CACHONDEO DEL CASO RUPNIK

Mucha “tolerancia cero” en abusos, mucha limpieza total, penas ejemplares… pero Rupnik, con un historial para varias películas de terror, excomunión incluida, ahí está ejerciendo su sacerdocio como si no hubiera pasado nada.

Por el padre Jorge González Guadalix


Tenemos suerte de que la mayoría de los católicos no se entera demasiado de las cosas. Lo triste es que hay católicos que sí. Antes las cosas podían pasar desapercibidas. Hoy se sabe casi todo, y el problema no es que se cuenten las cosas, sino que sucedan.

Lo de Rupnik no sabe uno muy bien si es para reír, llorar, carcajearse o mandar al personal a hacer puñetas. O quizá todo a la vez.

Según resume hoy este mismo portal “Existen acusaciones de abusos contra el clérigo esloveno entre los años 1980 y 2000, durante los cuales abusó espiritual, mental y sexualmente de 20 mujeres, entre ellas siete religiosas. En enero de 2020, Rupnik fue excomulgado por violación grave del derecho canónico. Sin embargo, la Congregación Romana para la Doctrina de la Fe levantó la excomunión en mayo de 2020. La Compañía prohibió a Rupnik ejercer públicamente su sacerdocio en 2022 y le impuso más condiciones, que él ignoró repetidamente”.

Pues este señor, con ese curriculum, expulsado de los jesuitas, va a seguir ejerciendo públicamente su sacerdocio gracias a que ha sido incardinado en la diócesis eslovena de Koper.

¿Esto es medio serio? Porque aquí mucha “tolerancia cero” en abusos, mucha limpieza total, penas ejemplares… pero Rupnik, con un historial para varias películas de terror, excomunión incluida, ahí está ejerciendo su sacerdocio como si no hubiera pasado nada. Futesas. ¿Qué son veinte años de abusos de todo tipo? ¿Qué es una excomunión? ¿Qué importancia tiene que repetidamente se saltara a la torera las sanciones impuestas? Nada… Es Rupnik. Fue jesuita. Por la décima parte este servidor ya estaría reducido al estado laical. Pero no soy Rupnik, con lo que la sensación de que en esta “Iglesia de la fraternidad y de la igualdad” hay acepción de personas, se acrecienta. Quizá sean apreciaciones mías. Si es así, disculpas, pero me gustaría que alguien nos explicara mejor lo de este caso.

Me dicen que soy muy negativo. Dios me libre.

Anoche me leí la “Carta al pueblo de Dios” de los participantes del sínodo de la sinodalidad. Con la mejor de las disposiciones, esperando cualquier cosa que nos ilusionara de cara al futuro. No sé, alguna propuesta, cualquier sugerencia. Nada. Una carta con un lenguaje pasado y que ha sido capaz en dos páginas de mostrar un no decir nada envuelto en oropeles de modernidad setentera. Mi gozo en un pozo.

De la huella de CO2 prefiero no hablar. Eso de compensar los excesos medio ambientales sinodales con un proyecto ecológico en Nigeria me ha enternecido.

No tenemos remedio. Yo tampoco. Tampoco sé hacer propuestas ni lanzar novedades. Me limito a rezar el oficio, celebrar, exponer el Santísimo, rezar el rosario, echar ratos en el confesionario aunque no venga nadie, escribir aquí gracias a su benevolencia para conmigo, mis clases de formación en Facebook y de vez en cuando, alguna cosa especial, como el rosario de hombres de este sábado.

Espero de donde sea ideas, líneas de trabajo, programaciones concretas. Me dicen que todavía queda otro año de Sínodo. Vale. Tampoco el Reino tiene que llegar precisamente mañana.


De profesión, cura

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