Por Pierre-Alain Depauw
Mons. Jędraszewski afirmó que “la ideología de género es un ataque a la verdad sobre el propio ser humano. Considerar discutible si un ser humano es hombre o mujer equivale a negar las leyes más fundamentales y evidentes de la ciencia, en particular de la biología y la genética”.
“Desde 1968 se está produciendo en el mundo occidental una revolución neomarxista que quiere apoderarse cada vez más de las mentes y los corazones de las personas que viven en suelo polaco. Ante todo, es un ataque a la verdad misma, porque se dice que cada uno tiene su propia verdad”. Tal fue el diagnóstico del arzobispo de Cracovia, Marek Jędraszewski, durante su homilía en la fiesta de la Asunción en Ludźmierz.
La ONU quiere que la Iglesia calle sobre el pecado
El arzobispo de Cracovia también habló sobre el tema de la “libertad religiosa”:
“Uno esperaría que el informe de la ONU, que en realidad debería tratar sobre la persecución de las comunidades religiosas, tratara principalmente de la persecución de los cristianos, porque estadísticamente, una docena de personas pierden la vida cada día simplemente porque creen en Jesucristo”.
“Pero el informe de la ONU sobre la persecución religiosa en el mundo acusa al cristianismo de hacer hincapié en la existencia del pecado y, sobre esa base, ¡de “dividir a la gente” y “estigmatizar a los que son pecadores”! Así que, según la ONU, “debería prohibirse a la Iglesia predicar la verdad sobre el pecado. Se trata de otra manifestación difícilmente imaginable de totalitarismo ideológico”, denunció el arzobispo polaco.“En Polonia, hay voces que abogan por prohibir la religión en las escuelas”, afirmó el arzobispo.
El arzobispo Jędraszewski citó las palabras del cardenal Stefan Wyszyński de hace 60 años en Ludźmierz:
“Rezad por la libertad de la Iglesia en nuestra patria, por vuestra libertad, por el derecho a la verdad, para que podáis enseñar la santa fe a vuestros hijos sin obstáculos, rezad por la justicia y el respeto en Polonia, para que sintáis por fin que nos gobiernan con el corazón y no con la policía, para que sintáis que no somos extraños en nuestra patria, que no somos ciudadanos inferiores y de segunda clase, simplemente porque creemos y amamos a Dios”.Monseñor Jędraszewski explicó además en su homilía: “Después de 60 años, volvemos a las palabras del cardenal Wyszyński y entendemos su relevancia de una manera completamente nueva”.
La Basílica de la Asunción de Ludźmierz es un santuario que ocupa un lugar especial en el corazón de los católicos polacos. La estatua gótica de Nuestra Señora de Ludźmierz, también conocida como la Reina de Podhale, data de hace unos 600 años.
Medias-Presse
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