martes, 1 de agosto de 2023

LA REVOLUCION FRANCESA Y LA SATÁNICA PROFANACIÓN DE LAS TUMBAS DE LA BASÍLICA DE SAINT-DENIS

La profanación de las tumbas de la Basílica de Saint-Denis fue una muestra más de la barbarie ejecutada tras la Revolución Francesa, cuando las tumbas de la Basílica, necrópolis de los Reyes de Francia, fueron abiertas y destruidas, siendo los cuerpos exhumados y profanados.


Tras de la abolición de la monarquía el 10 de agosto de 1792, el gobierno provisional ordenó la fundición de todos los monumentos realizados en bronce, plata y metales en general. Cuarenta y siete tumbas de la Basílica de Saint-Denis fueron destruidas para este propósito, como la de Carlos VIII de Francia, realizada en bronce, si bien algunas de ellas se salvaron de la destrucción a petición de la Comisión de Bellas Artes de la Convención Nacional, la cual había ordenado en 1793 la destrucción de las insignias del feudalismo y de las tumbas reales existentes en todos los edificios de la República.

La propuesta para decidir el destino de las tumbas y los cuerpos de Saint-Denis se realizó durante el Terror en la sesión del 31 de julio de 1793 de la Convención Nacional por Barère, con el fin de celebrar el asalto a las Tullerías el 10 de agosto de 1792 y destruir las “cenizas impuras de los tiranos” con el pretexto de recuperar el plomo de los ataúdes.​ La Convención Nacional, después de haber atendido el informe del Comité de Seguridad Pública, anunció en su segundo decreto del 1 de agosto de 1793:
Las tumbas y mausoleos de los antiguos reyes, situados en la iglesia de Saint-Denis, en templos y otros lugares, en toda la extensión de la República, serán destruidos el 10 de agosto.
Dom Germain Poirier, erudito benedictino de la congregación de Saint-Maur,​ diputado de la Comisión de Monumentos Conservadores y archivista de la abadía de Saint-Germain-des-Prés y de Saint-Denis,​ fue nombrado comisario para asistir a la apertura de las tumbas, mientras que Meigné, comisario de la Administración Central de la fabricación extraordinaria de armas,​ fue el encargado de supervisar los aberrantes desentierros. El mes de agosto se dedicó a la profanación de los cuerpos a petición oficial del ciudadano Meignié, si bien esta decisión no se aplicó en toda su extensión hasta el mes de octubre debido a que un miembro de la Convención, Joseph Lequinio, había denunciado su inaplicación el 7 de septiembre. Desde el 6 de agosto, varios monumentos funerarios (sepulturas, estatuas, columnas, altares, vidrieras, etc.) fueron desmantelados o destruidos, siendo los cadáveres arrojados en el suelo.

Dom Poirier fue el principal testigo ocular de la exhumación y profanación de las tumbas reales. Permaneció día y noche en la basílica del 12 al 25 de octubre,​ redactando informes para la Comisión de Monumentos.​ En 1796, el Informe sobre la exhumación de cuerpos reales en Saint-Denis en 1793 completó a su vez dichos informes con los datos aportados por Dom Druon, rector de la abadía de Saint-Denis.​ Los diversos testimonios posteriores, como el del futuro Conservador del Patrimonio Alexandre Lenoir, otro testigo presencial,​ o el de Georges d'Heylli, quien publicó de nuevo en 1872 este informe en Les tombes royales de Saint-Denis, reproducen en gran parte la información aportada por Dom Druon.

Dom Poirier dejó constancia de que no se habían podido hallar los restos mortales de algunos personajes destacados, como los del cardenal de Retz​ (muerto en 1679) o los de Alfonso de Brienne. Una vez que los monumentos funerarios en piedra y mármol fueron destrozados, quedaron al descubierto varios cuerpos en estado de putrefacción o reducidos a polvo, como el de Luis XV de Francia, cuyo cadáver no fue embalsamado debido a la viruela, o el de Luis XIV de Francia, el cual, según testigos, estaba “negro como la tinta”. Curiosamente, el cuerpo de Enrique IV se encontró en un estado de conservación tan óptimo que fue colocado de pie en el interior de la basílica, permaneciendo expuesto durante dos días.

Enrique IV exhumado/Dedicado al rey, grabado de Langlois a partir de una pintura de François Gabriel Théodore Basset de Jolimont.

Otros cuerpos, en cambio, fueron sometidos a diversas mutilaciones. Algunos “revolucionarios” se llevaron uñas, cabellos, dientes o huesos con el fin de guardarlos como trofeo o venderlos.​ Los cuerpos de más de ciento setenta personas (cuarenta y seis reyes, treinta y dos reinas, sesenta y tres príncipes de la sangre, diez servidores del reino y dos docenas de abades de Saint-Denis) fueron arrojados a dos fosas comunes, denominadas Valois y Borbones, excavadas para este propósito a lo largo del patio del cementerio de los monjes,​ junto a la basílica, siendo una de ellas destinada a las “primeras razas” de los Valois, es decir, las dinastías anteriores, y la otra a los Borbones. Después de que varios “revolucionarios” descendieron a las fosas con el fin de robar “trofeos”, los cadáveres fueron cubiertos con cal viva y tierra.

Un hombre llamado Brulay, receptor de los dominios de Saint-Denis en 1793, habría saqueado algunos de estos “botines de guerra”. Durante la Restauración, su viuda intentó en vano vendérselas al rey Luis XVIII de Francia. Estos “souvenirs” producto del pillaje fueron vendidos posteriormente en una subasta y acabaron formando parte de la colección del museo Tavet-Delacour de Pontoise. Entre estos restos humanos se encontraban la mandíbula del rey Dagoberto I, dos dientes y un trozo del cráneo de Luis IX de Francia, varios dientes de Enrique III de Francia, el cabello de Felipe II de Francia, o la pierna momificada de Catalina de Médici.


Profanaciones del 6 al 8 de agosto de 1793

Dom Poirier asistió a los desenterramientos por primera vez en agosto de 1793. Fueron saqueados, entre otros, los restos mortales de:

Felipe III de Francia ( 1245-1285)

Isabel de Aragón (1248-1271)

Pipino el Breve (714-768)

Bertrade de Laon (7261​-783), esposa de Pipino

Constanza de Castilla (1136-1160), esposa de Luis VII de Francia.

Luis VI 
de Francia (1081-1137)


Continúan las satánicas profanaciones

Fue durante el segundo período de profanaciones, en octubre de 1793, que los saqueos más importantes fueron llevados a cabo. Dom Germain Poirier plasmó en su informe que los “revolucionarios”, acompañados por “comisarios de exhumación” (supervisores de la barbarie), el “comisario de orfebres” (responsable del robo de objetos elaborados con metales preciosos y llevarlos a la “Convención Nacional”) y el “comisario de los plomos” (encargado de robar el plomo de los ataúdes para destinarlo a su fundición para la fabricación de armas), descendieron con antorchas a la bóveda de los Borbones, donde cincuenta y cuatro ataúdes de madera de roble descansaban sobre caballetes de hierro roídos por la herrumbre.


Profanaciones del 12 de octubre de 1793

Enrique de la Tour d'Auvergne-Bouillon

Su cadáver fue expuesto durante algún tiempo, siendo luego trasladado al Jardín de plantas de París, posteriormente al Museo de Monumentos Franceses y, finalmente, por orden de Napoleón Bonaparte, a la Iglesia de San Luis de Los Inválidos.​ Poco después, su cuerpo fue confiado a un “revolucionario”, quien posteriormente vendió los dientes del cadáver.


Enrique IV

Su ataúd de roble fue abierto a martillazos y su ataúd de plomo con un cincel. Según testigos, su cuerpo estaba bien conservado y los rasgos faciales eran perfectamente reconocibles (había sido embalsamado). Dejaron su cuerpo de pie, apoyado contra una de las columnas del coro, en el interior de su ataúd y envuelto en su sudario, también conservado en óptimas condiciones. Estuvo expuesto al público hasta la mañana del lunes 14 de octubre, cuando fue llevado al pie de los escalones del santuario, donde permaneció hasta las dos de la tarde. Luego fue colocado en la fosa de los Valois (previamente varias personas habían tomado “trofeos” del cadáver, como sus uñas y su barba).​ Este último “trofeo” fue sustraído cuando el cuerpo se hallaba expuesto de pie por un “revolucionario”, el cual, inmediatamente después, abofeteó el rostro del cadáver, provocando que el cuerpo cayese al suelo. Existe, además, el rumor de que un delegado de la Comuna le hizo cortar la cabeza para hacer una impresión en yeso de su rostro, pero de este supuesto hecho, no existe ningún documento o archivo en el que haya constancia de que la cabeza del rey hubiese sido cortada y robada. De hecho, todos los “testigos” afirmaron que el cadáver de Enrique IV había sido arrojado entero en el fondo de la fosa común y cubierto posteriormente con los restos de sus descendientes. No obstante, cuando Luis XVIII quiso restaurar las tumbas de la basílica, se descubrió que a tres de los cadáveres les faltaba el cráneo, siendo uno de ellos el de Enrique IV. En 2008, la cabeza apareció en poder de un hombre, Jacques Bellanger, quien la había adquirido siete años después de que hubiese sido rechazada por el museo del Louvre ante la duda de su procedencia, si bien Joseph Emile Bourdais, anticuario dueño de la reliquia desde 1919, siempre sostuvo que el cráneo era de Enrique IV. Los análisis de ADN efectuados sobre la cabeza y un estudio de reconstrucción facial confirmaron su autenticidad.


Profanaciones del 14 de octubre de 1793

Luis XIII de Francia

Su ataúd fue abierto alrededor de las tres de la tarde, hallándose el cuerpo muy degradado y reconocible, únicamente, por su bigote. Su cuerpo fue arrojado boca abajo en la fosa común sobre un lecho de cal viva, con el fin de acelerar la descomposición.


Luis XIV de Francia

Su cuerpo fue hallado en buen estado de conservación y reconocible, aunque de color negro debido a la gangrena padecida antes de su muerte. Su corazón fue arrancado y el cuerpo fue arrojado a la fosa común. La placa de cobre que conmemoraba al rey en su sepultura fue arrancada y convertida en un caldero. Su corazón, junto con el de Luis XII de Francia, fue empleado por el pintor Martin Drolling en su pintura “Interior de una cocina” (1807). 

“Interior de una cocina”, el cuadro realizado con restos de los corazones de Luis XIV y Luis XII

Este pintor quería conseguir un color llamado “marrón momia”, y afirmaba que solo lo lograba pulverizando material orgánico, generalmente restos de momias embalsamadas.


María de Médici

Los obreros que abrieron su ataúd profirieron insultos contra ella, acusándola del asesinato de Enrique IV y arrancándole el cabello.


Ana de Austria

Su cuerpo se hallaba envuelto en una tela gruesa, siendo éste el hábito de la Tercera Orden Franciscana.


María Teresa de Austria, esposa de Luis XIV de Francia


Luis de Francia, hijo de Luis XIV de Francia 


Profanaciones del 15 de octubre de 1793

María Leszczynska (1703-1768), 
esposa de Luis XV de Francia.

María Ana Victoria de Baviera (1660-1690), 
abuela paterna de Luis XV de Francia.

Luis de Francia (1638-1715), 
padre de Luis XV de Francia.

María Adelaida de Saboya (1685-1712), 
madre de Luis XV de Francia.

Luis de Francia (1704-1705), hermano de Luis XV de Francia.

Luis de Francia (1707-1712), hermano de Luis XV de Francia.

Javier María de Francia (1753-1754), hermano de Luis XVI de Francia.

María Ceferina de Francia (1750-1755), 
hermana de Luis XVI de Francia y fallecida a los 5 años de edad debido a una peritonitis.

Madame María Teresa de Francia (
1746-1748), fallecida a los 2 años de edad, hermana de Luis XVI de Francia.

Felipe de Francia (1773-1850) fallecido a los 2 años de edad, hijo de Luis XV de Francia.

Enriqueta de Francia (1727-1752), hija de Luis XV de Francia.

María Luisa de Francia (1728-1733), fallecida a los 4 años de edad, hija de Luis XV de Francia.

Isabel de Francia (1748-1759), hija de Luis XV de Francia.

Luis de Francia (1751-1761), fallecido a los 10 años de edad, hermano de Luis XVI de Francia.

Nicolás Enrique de Francia,  1607-1611), fallecido a los 4 años) hijo de Enrique IV de Francia.

María de Borbón-Montpensier (1605– 1627), esposa de Gastón de Orleans.

Gastón de Orleans (1608-1660), hijo de Enrique IV de Francia.

Ana María Luisa de Orleans (1669-1728), hija de Gastón de Orleans.

Margarita de Lorena (16151​-1672), esposa de Gastón de Orleans.

Juan Gastón de Orleans, (1650-1656), fallecido a la edad de 5 años, hijo de Gastón de Orleans.

María Ana de Orleans (1652-1656), fallecida a la edad de 4 años, hija de Gastón de Orleans.


Profanaciones del 16 de octubre de 1793

Enriqueta María de Francia, (1609-1669), esposa de Carlos I de Inglaterra.

Enriqueta de Inglaterra (1644-1670), esposa de Felipe I de Orleans.

Felipe I de Orleans (1640-1701), hermano de Luis XIV de Francia.

Isabel Carlota del Palatinado (1652-1722), esposa de Felipe I de Orleans.

Carlos de Francia (1686- 1714), nieto de Luis XIV de Francia.

María Luisa Isabel de Orleans (1695-1719), esposa de Carlos de Francia.

Felipe II de Orleans
(1674-1723), regente de Francia.

Ana Isabel de Francia (1662), hija de Luis XIV de Francia.

María Ana de Francia
(1666-1739) , hija de Luis XIV de Francia.

Felipe Carlos de Francia (1668-1671), hijo de Luis XIV de Francia.

Luis Francisco de Francia (1672), hijo de Luis XIV de Francia.

María Teresa de Francia (1778-1851), hija de Luis XIV de Francia.

Felipe Carlos de Orleans (1664-1666), fallecido a los 2 años de edad, sobrino de Luis XIV de Francia.

Una sobrina de Luis XIV de Francia nacida en 1665.

Alejandro Luis de Orleans (1673-1676) fallecido a los 3 años de edad, sobrino de Luis XIV de Francia.

Carlos de Alençon (
1297–1346), hijo de Carlos de Francia.

Mademoiselle de Alençon, hija de Carlos de Francia.

María Luisa Isabel de Alençon, hija de Carlos de Francia.

Sofía de Francia (1734-1782). hija de Luis XV de Francia.

Mademoiselle de Angulema (nacida y fallecida en 1783), hija de Carlos X de Francia.

Mademoiselle de Artois (1776-1783), fallecida a los 7 años de edad, hija de Carlos X de Francia.

Sofía de Francia, (1786-1787), fallecida antes de cumplir 1año, hija de Luis XVI de Francia.

Luis José de Francia (1781-1789), fallecido a la edad de 8 años) hijo de Luis XVI de Francia.

Luis XV de Francia (1710-1774)

Carlos V de Francia (1338-1380)

Juana de Borbón (1338-1378), esposa de Carlos V de Francia.

Carlos de Francia, hijo de Carlos VI de Francia.

Isabel de Francia (1373-1378), fallecida a los 5 años de edad, hija de Carlos V de Francia.

Juan de Francia (nacido y fallecido en 1366), hijo de Carlos V de Francia.


Profanaciones del 17 de octubre de 1793

Carlos VI de Francia
(1368-1422)

Isabel de Baviera-Ingolstadt (1385–1422), esposa de Carlos VI de Francia.

Carlos VII de Francia (
1403-1461)

María de Anjou (1404-1463), esposa de Carlos VII de Francia.

Blanca de Navarra (1333-1398), esposa de Felipe VI de Francia.

Juana de Francia (1351-1371), hija de Felipe VI de Francia. Su cuerpo fue hallado sin cabeza.

Margarita de Valois (1553-1615), esposa de Enrique IV de Francia.

Francisco de Francia (1555-1584), duque de Alençon y de Anjou, hijo de Enrique II de Francia.

Francisco II de Francia (1544-1560)

María Isabel de Francia (1572-1578), fallecida a los 5 años de edad, hija de Carlos IX de Francia.

Carlos VIII de Francia (1470-1498)


Profanaciones del 18 de octubre de 1793

Enrique II de Francia (1519-1559) 

Catalina de Médici (1519-1589)

Carlos IX de Francia (1550-1574)

Enrique III de Francia (1551-1589) 

Luis de Francia (1549-1550), fallecido después de cumplir 1 año de edad), duque de Orleans, hijo de Enrique II de Francia.

Juana de Francia (
1556), nacida y fallecida al nacer, hija de Enrique II de Francia.

Victoria de Francia, (1556),  fallecida 1 mes y  medio después de nacer, hija de Enrique II de Francia.

Luis XII de Francia (1462-1515)

Ana de Bretaña (1477-1514)

Juana II de Navarra 
(1311-1349), hija de Luis X de Francia.

Luis X de Francia
(1289-1316)

Juan I de Francia (1316), nació y vivió solo 5 días. Era el hijo póstumo y heredero del rey Luis X de Francia 

Hugo el Grande (898-956), padre de Hugo Capeto.

Carlos el Calvo (823-877)


Profanaciones del 19 de octubre de 1793

Felipe Hurepel de Clermont (1201-1234), hijo de Felipe II de Francia.

Alfonso de Poitiers (1220-1271)

Felipe II de Francia (1165-1223)

Luis VIII de Francia ( 1187​-1226)

Margarita de Provenza (1221​-1295), esposa de Luis IX de Francia.

María de Francia (1326-1341), hija de Carlos IV de Francia.

Blanca de Francia (
1328-1394), hija de Carlos IV de Francia.

Luis IX de Francia (1214-1270)

Felipe IV de Francia (1268-1314)

Dagoberto I (603-639)

Nantilde (610-642) esposa de Dagoberto I. Entre los huesos faltaba el cráneo.

En el túmulo en el que se encontraban las tumbas de María de Francia (1326-1341) y Blanca de Francia sólo había escombros, faltando tanto los cuerpos como los féretros.


Profanaciones del 20 de octubre de 1793

Bertrand du Guesclin ( 1320-1380)

Bureau de La Rivière (fallecido el 16 de agosto de 1400)

Francisco I de Francia ( 1494-1547)

Luisa de Saboya (1476-1531)

Claudia de Francia (1499-1524)

Francisco III de Bretaña (1518–1536), hijo de Francisco I de Francia.

Carlos II de Orleans (1522-1545), hijo de Francisco I de Francia.

Carlota de Francia (1516-1524), fallecida a los 7 años de edad, hija de Francisco I de Francia.

Pierre de Beaucaire, chambelán de Luis IX de Francia.

Mathieu de Vendôme (fallecido el 25 de septiembre de 1286), abad de Saint-Denis.


Profanaciones del 22 de octubre de 1793

Arnault Guilhem de Barbazan (
1360-1431), chambelán de Carlos VII de Francia.

Luis II de Sancerre (1305-1346) conde de Sancerre. Su cabeza fue hallada con el cabello trenzado.

El abad Suger 
de Saint Denis (1081-1151)

El abad Henry Troon de Saint Denis (1204)

Sédile de Sainte-Croix (fallecida en 1380), esposa de Jean Pastourel, presidente del Tribunal de Cuentas bajo el reinado de Carlos V de Francia.

Profanación del 24 de octubre de 1793

Carlos IV de Francia
(1294-1328)


Profanaciones del 25 de octubre de 1793

Juana de Evreux (1310-1371), esposa de Carlos IV de Francia. Su sepulcro fue profanado y saqueado la noche anterior y su cráneo no pudo ser localizado.

Felipe V de Francia (1292-1322)

Juana II de Borgoña (1292-1330), esposa de Felipe V de Francia.

Juan II de Francia (1319-1364)

En días posteriores, los satánicos saqueadores, acompañados por el “comisario de los plomos”, acudieron al cementerio carmelita con el fin de profanar los restos mortales de Luisa de Francia (1737-1787), hija de Luis XV de Francia, los cuales fueron arrojados a la fosa común.


Profanaciones del 18 de enero de 1794

Margarita I de Borgoña (1310-1382), hija de Felipe V de Francia.


El intento de restauración en 1817

Bajo la Restauración, Luis XVIII trató de recuperar, el 19 de enero de 1817, los restos de sus antepasados arrojados en las fosas comunes. Pero los cuerpos debieron ser colocados juntos debido al efecto que la cal viva vertida sobre ellos había producido. Se encontraron además tres cuerpos cuyas cabezas no pudieron ser encontradas.​ Los restos debieron depositados en un osario en la cripta de la basílica el cual comprende una docena de cofres sellados por losas de mármol con inscripciones de los nombres de los monarcas. El rey también buscó los restos de su hermano Luis XVI y María Antonieta, los cuales tampoco pudieron ser identificados, llevando a cabo un servicio religioso el 21 de enero de 1815​ y haciendo erigir un monumento funerario en su honor en 1816.



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