Por Shannon Mullen y Jonathan Liedl
El motivo de la investigación, conocida como “visita apostólica”, sigue sin estar claro, pero supone una intervención poco frecuente, aunque no sin precedentes, de Roma en una diócesis estadounidense y apunta a posibles medidas disciplinarias contra Strickland, un tejano muy popular, considerado un campeón de la guerra cultural por muchos católicos conservadores, por su firme defensa de los no nacidos, el matrimonio, la liturgia latina tradicional y la ortodoxia católica.
Líder de la diócesis del este de Texas desde 2012, Strickland, de 64 años, se ha enfrentado a críticas que algunos bergoglianos consideran publicaciones “destempladas” en las redes sociales, “impropias de un prelado estadounidense prominente”, incluido un tuit del 13 de mayo en el que sugería que Francisco estaba “socavando el Depósito de la Fe”.
Como no es de los que se quedan al margen, recientemente desempeñó un papel destacado en una procesión eucarística y una concentración de oración en Los Ángeles el 16 de junio, organizadas para protestar contra Los Angeles Dodgers de la Major League Baseball por “homenajear” a un grupo de pervertidos “drags” anticatólicos en el partido anual de la “noche del orgullo” del equipo (la noticia en inglés aquí).
Aunque en algunos círculos se alabó su liderazgo por unirse a la protesta contra los Dodgers, otros consideraron que la participación de un obispo de otra diócesis suponía “una violación del protocolo eclesiástico”. La archidiócesis de Los Ángeles, que condenó las acciones de los Dodgers, subrayó en un comunicado que “no había dado respaldo ni aprobación a la manifestación”.
Más recientemente, Strickland criticó un documento del Vaticano publicado recientemente en el que se sugieren temas de debate para una asamblea que se celebrará en octubre en el marco del Sínodo sobre la Sinodalidad, incluidas cuestiones relacionadas con las mujeres diáconos, los sacerdotes casados y las peticiones de una mayor inclusión de las personas lgbt.
“Es una parodia que estas cosas se propongan para el debate. Rezo para que todos los que verdaderamente conocen a Jesucristo no se dejen engañar por este camino”, tuiteó. “El Evangelio da la bienvenida a todos al arrepentimiento & santidad, si no hay arrepentimiento, las barreras a la santidad permanecen”.
La noticia de la investigación vaticana comenzó a circular entre los medios católicos el sábado, citando fuentes anónimas familiarizadas con el asunto.
El obispo emérito de Tucson, Gerald Kicanas, y el obispo de Camden, Nueva Jersey, Dennis Sullivan, habrían dirigido la “visita”, según los medios de comunicación.
The Pillar citó a un sacerdote anónimo de la diócesis de Tyler que dijo que las preguntas de los entrevistadores se centraron en el liderazgo administrativo de Strickland en la diócesis, más que en sus actividades en las redes sociales.
“El obispo no quiere darle demasiada importancia”, dijo una fuente cercana a Strickland. “Tiene vocaciones, a la diócesis le está yendo bien financieramente, así que, según todos los números, le está yendo muy bien”.
Aunque en algunos círculos se alabó su liderazgo por unirse a la protesta contra los Dodgers, otros consideraron que la participación de un obispo de otra diócesis suponía “una violación del protocolo eclesiástico”. La archidiócesis de Los Ángeles, que condenó las acciones de los Dodgers, subrayó en un comunicado que “no había dado respaldo ni aprobación a la manifestación”.
Más recientemente, Strickland criticó un documento del Vaticano publicado recientemente en el que se sugieren temas de debate para una asamblea que se celebrará en octubre en el marco del Sínodo sobre la Sinodalidad, incluidas cuestiones relacionadas con las mujeres diáconos, los sacerdotes casados y las peticiones de una mayor inclusión de las personas lgbt.
“Es una parodia que estas cosas se propongan para el debate. Rezo para que todos los que verdaderamente conocen a Jesucristo no se dejen engañar por este camino”, tuiteó. “El Evangelio da la bienvenida a todos al arrepentimiento & santidad, si no hay arrepentimiento, las barreras a la santidad permanecen”.
La noticia de la investigación vaticana comenzó a circular entre los medios católicos el sábado, citando fuentes anónimas familiarizadas con el asunto.
El obispo emérito de Tucson, Gerald Kicanas, y el obispo de Camden, Nueva Jersey, Dennis Sullivan, habrían dirigido la “visita”, según los medios de comunicación.
The Pillar citó a un sacerdote anónimo de la diócesis de Tyler que dijo que las preguntas de los entrevistadores se centraron en el liderazgo administrativo de Strickland en la diócesis, más que en sus actividades en las redes sociales.
“El obispo no quiere darle demasiada importancia”, dijo una fuente cercana a Strickland. “Tiene vocaciones, a la diócesis le está yendo bien financieramente, así que, según todos los números, le está yendo muy bien”.
Pero un sacerdote que fue interrogado durante la visita dijo que los entrevistadores “ya estaban haciendo preguntas sobre quién podría ser una buena opción para reemplazar [a Strickland]”.
Otras visitas apostólicas
Según el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), una “visita apostólica” es “una iniciativa excepcional de la Santa Sede” que implica el envío de uno o varios visitadores delegados para evaluar un instituto eclesial, como un Seminario, una Diócesis o una Orden Religiosa, en nombre del papa.
“Las visitas apostólicas tienen por objeto ayudar al instituto en cuestión a mejorar el modo en que desempeña su función en la vida de la Iglesia”, según un glosario de términos proporcionado por el DDF.
Una “visita apostólica” es una forma específica de visita canónica, que es cualquier instancia de un superior eclesial que visita o envía un delegado a personas o instituciones bajo su autoridad para “mantener la sana doctrina y la moral o corregir abusos”. El papa puede enviar “visitas apostólicas” en toda la Iglesia universal en su calidad de “sumo pontífice”.
Los “visitadores apostólicos” se diferencian de otros delegados papales, como los nuncios destinados a un país concreto, en que su misión es más específica y transitoria, normalmente centrada en un episodio o emergencia particular que haya surgido. El alcance y las capacidades de una “visita apostólica” específica vienen determinados por su mandato asociado, otorgado por el papa, y concluyen cuando el delegado responsable presenta un informe formal por escrito a la Santa Sede.
Esta práctica ha sido empleada con frecuencia por Francisco durante sus 10 años como “pontífice”.
Al parecer, el obispo Daniel Fernández Torres, de la Diócesis de Arecibo, en Puerto Rico, fue objeto de una “visita apostólica” secreta realizada por el cardenal Blase Cupich, de Chicago, antes de su destitución el 9 de marzo de 2022.
Captura de pantalla tomada de Catholic News Agency
Varios otros obispos también han sido apartados de sus Diócesis o han solicitado la “jubilación anticipada” tras las “visitas apostólicas” de los últimos años.
El obispo Martin D. Holley fue destituido de la diócesis de Memphis el 24 de octubre de 2018, tras una “visita apostólica” de tres días realizada en junio de 2018 por los arzobispos Gregory Wilton (entonces arzobispo de Atlanta) y Bernard Hebda, de San Pablo y Minneapolis, en la que supuestamente “se investigaron acusaciones de mala gestión del personal y las finanzas diocesanas”.
En Paraguay, el obispo Rogelio Livieres Plano fue destituido del gobierno de la Diócesis de Ciudad del Este el 25 de septiembre de 2014, tras acusaciones de “falta de colegialidad” a raíz de una “visita apostólica” que tuvo lugar en julio de ese año.
A principios de este año, el Dicasterio de los Obispos inició una “visita apostólica” a la Diócesis de Toulon-Fréjus, una de las principales fuentes de vocaciones en Francia.
Cabe destacar que nunca se ha realizado una “visita apostólica” relacionada con el ex cardenal Theodore McCarrick, antiguo arzobispo de Washington y jefe de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, declarado culpable de abusos sexuales en serie, a pesar de las recientes peticiones de la cúpula de la Iglesia estadounidense.
En algunos casos (antes de que llegara Bergoglio), el Vaticano publicaba un informe completo de los hallazgos. Sin embargo, tras la llegada del argentino, lo más frecuente es que los detalles de las visitas apostólicas no se hagan públicos.
La falta de total transparencia ha creado con frecuencia escenarios en los que los obispos destituidos acusan al Vaticano de juego sucio. El obispo Holley, por ejemplo, dijo que “no fue destituido por mala gestión”, sino “como un acto de venganza del cardenal Donald Wuerl de Washington, que influyó en el nuncio papal para que pidiera una investigación”. El obispo Fernández Torres, de Puerto Rico, dijo que su destitución fue “totalmente injusta” y violó el debido proceso.
Catholic World Report
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