miércoles, 26 de abril de 2023

LA MODA NUNCA DEBE SER UNA OCASIÓN DE PECADO

Pío XII analizó cómo, para pervertir las costumbres, a menudo se mezclan modas impuras con elementos estéticos honestos. 


Ofrece aquí un esclarecedor conjunto de principios que pueden ser de gran utilidad para que nuestros lectores sepan orientar su forma de vestir:

“La Iglesia no reprende ni condena una moda cuando pretende ser un justo decoro y adorno del cuerpo. Sin embargo, nunca deja de advertir a los fieles contra sus fáciles desviaciones. Esta actitud positiva de la Iglesia deriva de motivos superiores a los fines meramente estéticos y hedonistas defendidos por un nuevo paganismo.

Ella sabe y enseña que el cuerpo humano, obra maestra de Dios en el mundo visible al servicio del alma , fue elevado por el Divino Redentor para ser templo e instrumento del Espíritu Santo, y como tal debe ser respetado.

Su belleza, por lo tanto, no debe ser exaltada como un fin en sí mismo y menos aún de una manera que degrade esa dignidad adquirida.

En efecto, es indiscutible que, además de una moda honesta, existe otra inmoral, que es causa de perturbación, si no de estímulo al mal, a los espíritus tranquilos.

Siempre es difícil establecer reglas universales para los límites entre la honestidad y la inmoralidad, ya que la evaluación moral de la ropa depende de muchos factores. Sin embargo, la supuesta relatividad de la moda respecto a distintos tiempos, lugares, personas y formaciones no es una razón válida a priori para no emitir un juicio moral sobre tal o cual moda que transgrede los límites de un pudor normal.

La modestia, casi por sí misma, inmediatamente alerta sobre la presencia de indecencia y seducción, materialismo y lujo, o incluso frivolidad. Si los artífices de las modas inmorales son hábiles para disfrazar la perversión mezclándola con un conjunto de elementos estéticos honestos, más hábil y rápida aún es la sensualidad humana para descubrirla y sentir su fascinación.

No se debe censurar a quien tiene sensibilidad para discernir el carácter insidioso del mal, como si fuera efecto de una depravación interior: al contrario, tal sensibilidad es signo de pureza de espíritu y de vigilancia sobre las pasiones.

Por amplia y cambiante que sea la relativa moral de la moda, cuando se advierte un peligro, siempre hay una norma absoluta que se debe mantener después de haber oído la admonición de la conciencia: la moda nunca debe ser una ocasión cercana de pecado”.


Pío XII, Alocución al Congreso Internacional de Alta Costura,
8 de noviembre de 1957, Petrópolis: Vozes, 1958, pp. 12-13.



Tradition in Action


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