jueves, 13 de abril de 2023

SÍ, SOY UN GUERRERO DEL TECLADO

Bergoglio odia a los guerreros del teclado y ha vuelto a ladrar contra ellos.


No seas un guerrero del teclado, dice Bergoglio. Le desagradan demasiado.

Bergoglio querría seguir vendiendo su falso evangelio del globalismo de “justicia social” y “medio ambiente”, sin miedo a ser desenmascarado cada día como el patético payaso que es.

Ridiculizado a cada paso, desenmascarado como vendedor ambulante de noticias falsas católicas, constantemente recordado de lo que realmente debería hacer como trabajo, Bergoglio debe odiarnos con toda la rabia que su débil salud todavía le permite.

La propia afirmación es contradictoria. Si ser un guerrero del teclado es malo, ¿por qué invita a la prensa a sus viajes? ¿No se supone que hacen exactamente lo mismo que la gente a la que Bergoglio critica?

Oh, espera, se supone que los periodistas en realidad actúan como su medio de propaganda. ¡No son malos! Los católicos de verdad sí lo son.

Realmente me gustaría que este patán tuviera un poco de, no digo clase -nunca la tendrá- pero al menos sentido común. ¿Te enfadamos, Bergoglio? ¡Al menos sé inteligente y no lo demuestres tan abiertamente! Pero no, la queja debe continuar, porque le hace sentir bien en el momento, y a quién le importa si parece incluso más tonto de lo que todo el mundo pensaba al final de la diatriba.

Bergoglio, sin guión, vuelve a dispararse en el pie, criticándonos por defender “lo que siempre se ha hecho así”. Ese es exactamente el problema, Sherlock.

Los guerreros del teclado no lo criticarían si defendiera la Tradición de la Iglesia. Le critican porque la sabotea, o al menos lo intenta, con esa manera suya tan arrogante, insoportable y estúpida.

Soy un orgulloso guerrero del teclado. Y miles, como yo, libran su pequeña lucha por el catolicismo con un teclado, ayudando a confirmar a compañeros católicos en la fe -y, con la gracia de Dios, quizás incluso ayudando a alguno que otro a acercarse a ella- y exponiendo, tanto como se pueda, todas las mentiras de las herramientas de circo de Francisco y su panda de aduladores, herejes y maricones. Francisco ciertamente desea que limitemos nuestras protestas a amigos y familiares.

Eso no sucederá.

Realmente me pregunto ahora: ¿es este hombre realmente tan tonto que todavía no ha entendido que su jueguito se acabó, y desde hace muchos años? O, más bien, ¿sabe que todo el mundo entiende que los guerreros del teclado son los verdaderos católicos, y que él es el problema?

Aunque me parece un hombre obtuso, no es tonto del todo. Me imagino que sabe perfectamente que los guerreros del teclado le han hecho quedar como un payaso durante muchos años. El hecho es que el tipo no puede negarse a sí mismo la mezquina satisfacción de una pequeña perorata.

Ahora, con un pie en la tumba, no hay señal alguna de que este hombre esté, en el último tramo de su vergonzosa existencia, acercándose a algo remotamente parecido a la conversión. Parece decidido a morir como ha vivido: odiándonos a todos, con pasión.

Sigue por este camino, Frankie. Tu día no puede estar muy lejos ahora.

Creo que ese día nos odiarás a todos aún más, y por toda la eternidad.


Mundabor


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