sábado, 18 de marzo de 2023

HABLA EL OBISPO DESTITUIDO POR BERGOGLIO DESPUÉS DE OPONERSE A LAS INOCULACIONES OBLIGATORIAS

'Sigo sintiendo la misma perplejidad que sentí cuando de repente me pidieron que dimitiera y cuando, de forma precipitada, se llevó a cabo mi destitución', dijo el obispo Daniel Fernández Torres, que fue apartado de su diócesis por defender la objeción de conciencia a las inoculaciones forzadas.

Por Raymond Wolfe


Un obispo expulsado de su diócesis por Francisco el año pasado después de oponerse a los mandatos de la inoculación obligatoria ha hablado sobre su despido ampliamente criticado.

El obispo Daniel Fernández Torres rompió meses de silencio con una declaración marcando un año desde que fue “'removido' de mi servicio pastoral como obispo de mi amada diócesis de Arecibo, Puerto Rico”.

“Sigo sintiendo la misma perplejidad que sentí cuando de repente se me pidió la renuncia y cuando, de manera precipitada, se llevó a cabo la remoción”, escribió en una carta dirigida “a todos los que me han estado acompañando espiritualmente”.

“Después de un año, me reafirmo exactamente con las mismas palabras de la declaración pública que hice el 9 de marzo de 2022”, añadió. “En este tiempo, he descubierto el sentido de dar testimonio de las bienaventuranzas más que de predicarlas”.

En su declaración de marzo de 2022, el obispo de Arecibo censuró la destitución de Francisco como “una acción totalmente injusta”.

“No se ha hecho ningún proceso contra mí”, dijo entonces, “ni se me ha acusado formalmente de nada, y simplemente un día el delegado apostólico me comunicó verbalmente que Roma me pedía la renuncia”.

“Se me informó que no había cometido ningún delito pero que supuestamente ‘no había sido obediente al papa’ ni había estado ‘en suficiente comunión’ con mis hermanos obispos de Puerto Rico”, explicó además el prelado. “Se me sugirió que si renunciaba a la diócesis quedaría al servicio de la Iglesia por si en algún momento se me necesitaba en alguna otra posición; ofrecimiento que de hecho prueba mi inocencia”.

“Ahora se sustituye a un sucesor de los Apóstoles sin ni siquiera llevar a cabo lo que sería el debido proceso canónico para destituir a un párroco”.

La nueva carta del obispo hace hincapié en su dolor por haber sido depuesto de su sede, pero insta a los católicos indignados por los escándalos en la Iglesia a “rezar y confiar”.

“Cuando ingresé en el Seminario en 1990, lo hice lleno de esperanza y convencido de que Dios me llamaba a servir a la Iglesia el resto de mi vida. Pero de repente... 'la trama se ha cortado' y yo fui 'removido'”, escribió, citando el Cántico del rey Ezequías en Isaías. “De ahí que pueda hacer mías esas palabras del Cántico, que Juan Pablo II comentó brillantemente en una de sus catequesis”.

Citó la audiencia general de Juan Pablo II, de febrero de 2002, sobre el Cántico del rey Ezequías, en la que el Wojtila subrayó que Dios responde a las oraciones de los que sufren, “aunque no siempre de modo que coincida con lo que esperamos”:
El Señor no es indiferente a las lágrimas del que sufre, y responde, consuela y salva, aunque no siempre de modo que coincida con lo que esperamos. Es lo que confiesa Ezequías al final, animando a todos a esperar, a rezar, a tener confianza, con la certeza de que Dios no abandonará a sus criaturas: “El Señor es nuestro salvador; cantaremos con instrumentos de cuerda en la casa del Señor todos los días de nuestra vida” (v. 20).
“Esta es mi invitación a todos los que me habéis acompañado en el dolor por la Iglesia, escandalizada por algunos acontecimientos actuales, incluidos los abusos que sufrí, en medio de los cuales intento seguir sirviéndola: esperad, rezad y confiad”, escribió monseñor Fernández Torres.

“Con esta sencilla reflexión quiero expresar mi gratitud a Dios y a todos los que han rezado por mí y me han manifestado su apoyo y cercanía durante este tiempo y que han sido tantos los que lo han hecho”, concluyó. “Todo ello lo he recibido convencido de que son inmerecidos consuelos divinos”.


Francisco ignora las reacciones masivas tras destituir al obispo puertorriqueño

Francisco “relevó” abruptamente al obispo Fernández Torres del cuidado pastoral de su diócesis en marzo de 2022 sin presentar cargos formales contra él ni dar explicaciones.

La medida provocó críticas generalizadas y una serie de protestas y vigilias de oración en apoyo del obispo, que era venerado tanto por los católicos puertorriqueños como por los no católicos.

El obispo Fernández Torres fue durante años el único prelado católico de la isla que defendió con regularidad la vida, la familia y la libertad religiosa, y sirvió de “referencia moral para todo el país”, en palabras de un senador puertorriqueño.

“A través de él, se logró una unidad de propósito para la protección de la vida humana en Puerto Rico, para la protección de la familia natural en el país, para la protección de los derechos humanos fundamentales del ser humano”
, dijo la senadora Joanne Rodríguez Veve.

Héctor Aguer, arzobispo emérito de Plata, Argentina, lo describió como “un hombre de Dios, fiel a la gran Tradición eclesial”.

“Hace un par de años fui invitado por monseñor Daniel a predicar los Ejercicios Espirituales al clero de la diócesis. Entonces pude comprobar cómo florece una Iglesia particular cuando su obispo es un hombre de Dios, fiel a la gran Tradición eclesial”, recordó. “Pero eso no interesa a Roma”.

“Amigos de Monseñor Daniel”, un grupo de laicos que aboga por el obispo Fernández Torres, dijo en un comunicado de prensa la semana pasada que recogieron más de 30.000 cartas y firmas apoyándole, pero que el Vaticano “nunca les ha contestado”.

El grupo lamentó que “a pesar del llamamiento del papa a ‘escuchar la voz de los laicos’ y ‘darles participación en la Iglesia’, sus cartas nunca fueron contestadas, ni se mostró interés en escucharlas o recibirlas en Roma”.

El brutal trato al obispo puertorriqueño “no es compatible con el llamado hecho por el papa Francisco a una Iglesia ‘sinodal’ y ‘misericordiosa’, ni es reflejo de una auténtica conducta cristiana”, agregó el grupo de laicos.


Destituido por defender la conciencia

Aunque el Vaticano se ha negado a dar una razón de la destitución del obispo Fernández Torres por el papa Francisco, su decisión se debió al parecer en gran parte a la defensa por parte del obispo de la objeción de conciencia a la inoculación forzada.

El delegado apostólico de Puerto Rico exigió la renuncia del obispo Fernández Torres después de que se negó a firmar una carta emitida por la conferencia episcopal de la isla anunciando un estricto mandato de pinchazos para sacerdotes y empleados, según ACI Prensa. La carta, que también imponía la segregación en la Misa basada en el estado de inoculados y no inoculados, se hizo eco de la afirmación de Francisco de que tomar las სαcunas es un “deber moral”.

El obispo Fernández Torres había publicado días antes una declaración separada en la que defendía el derecho a negarse a la inoculación por motivos de conciencia, insistiendo en que “es posible que un fiel católico tenga objeción de conciencia a la supuesta obligatoriedad de la სαcunα Cov1d-l9”. Su carta reflejaba las posiciones de otros numerosos prelados y la propia nota doctrinal del Vaticano sobre las სαcunαs Cov1d, que afirma que “la სαcunαc1ón no es, por regla general, una obligación moral y que, por tanto, debe ser voluntaria”.

Sin embargo, su apoyo a los derechos de conciencia provocó su destitución, según ACI Prensa.

El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, ha afirmado que el cese del obispo Fernández Torres se debió “únicamente” a una supuesta “insubordinación al papa”, sin citar ningún incidente concreto.

En un escrito canónico dirigido al Vaticano, el obispo Fernández Torres alegó que varios obispos puertorriqueños agitaron su destitución debido a su carta sobre la სαcunαc1ón, además de su vacilación inicial a la hora de enviar seminaristas a un seminario interdiocesano en Puerto Rico y la controversia sobre un pleito relativo a las obligaciones en materia de pensiones de la archidiócesis de González Nieves, informó The Pillar.

"Los hechos demuestran que a un obispo o a algunos obispos no les gustó la posición legítima del obispo Fernández sobre las vacunas, el seminario interdiocesano y la demanda civil contra la Arquidiócesis de San Juan, y en un esfuerzo por eliminarlo, se empeñaron en que fuera destituido, pero como no hay razones legítimas, nada se puso por escrito, sólo verbalmente", señala el escrito.

“Monseñor Fernández siempre ha sido obediente al romano pontífice. No hay constancia de desobediencia. No consta que el obispo Fernández haya cuestionado la autoridad del sumo pontífice ni el ejercicio de la misma”, afirmaba el documento.

El escrito acusaba específicamente al arzobispo González Nieves, un disidente liberal pro-lgbt, de orquestar su destitución.

En otra carta de 2021 al cardenal Marc Ouellet, entonces prefecto del Dicasterio para los Obispos, el obispo Fernández Torres describió su defensa de los derechos de conciencia como “la piedra de toque que desencadena toda esta polémica”.

Sacerdotes de la Diócesis de Arecibo también han dicho que el cardenal Blase Cupich, el heterodoxo y ultraizquierdista arzobispo de Chicago, visitó la diócesis en 2021 y pudo haber estado involucrado en la destitución del obispo Fernández Torres.

Francisco nombró a Alberto Arturo Figueroa Morales, obispo auxiliar de la archidiócesis de San Juan, nuevo obispo de Arecibo en septiembre de 2022. Fue instalado el mes siguiente.


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