Por Jon Paul Fabrizio
Dar sentido a la crisis actual es una tarea abrumadora. Nos enfrentamos a un desastre moral que exige mirar más allá del plano natural de las políticas y la politiquería. Si queremos encontrar la solución, debemos profundizar en el problema.
Hay un poderoso medio de discernimiento que debe ser considerado si queremos ganar la lucha actual por los valores morales. Debemos dejar espacio para la contemplación.
¿Hay una ventaja práctica?
Uno podría preguntarse qué ventaja práctica aporta la contemplación. Si la contemplación es “mirar con admiración un objeto” (1) y considerarlo con atención (2), ¿cómo puede ayudar a superar los problemas actuales?
A pesar de todas las apariencias, el valor de la contemplación nunca ha sido mayor. Como veremos, es una herramienta olvidada que puede solucionar los muchos problemas a los que nos enfrentamos.
La contemplación diagnostica la enfermedad revolucionaria
Un médico no puede distinguir la enfermedad de la salud si no sabe cómo funciona un cuerpo humano sano. Terminará tratando los síntomas de la enfermedad sin abordar la enfermedad en sí. Por lo tanto, sus esfuerzos serán en vano y el paciente se perderá.
Así mismo, no podemos diagnosticar la enfermedad Revolucionaria de la izquierda (3) que aflige a la sociedad sin saber cómo Dios quiso que fuera el orden creado.
Si contemplamos el orden del universo ordenado por Dios, vemos en la creación un reflejo de la perfección de Dios. La contemplación nos permite comprender, en cierta medida, los designios de Dios para el mundo.
Nos damos cuenta de cómo debería ser una sociedad verdaderamente cristiana y desarrollamos un profundo amor por este ideal. Esta admiración conduce finalmente a un deseo ardiente de establecer una civilización verdaderamente cristiana.
Solo cuando nace este deseo podemos ver cuán lejos estamos de este ideal. Entonces desarrollamos una idea de lo mal que están las cosas. Comenzaremos a ver, por ejemplo, la persecución de la Iglesia Católica, la destrucción del orden moral y el avance del ocultismo bajo una luz diferente.
Estos problemas deben ser considerados con una profunda reflexión si queremos llegar a sus causas fundamentales. Veremos la crisis como una lucha entre el bien contra el mal; Dios y el diablo. Una vez que nos demos cuenta de esto, estaremos mejor equipados para obstruir las acciones de aquellos que promueven el mal.
Una salvaguardia contra las reacciones impulsivas
La contemplación también nos permite rechazar soluciones falsas que solo logran hacer avanzar la causa del diablo.
Por ejemplo, esta contemplación nos permitirá construir hipótesis inteligentes en lugar de cavilaciones al azar. Podemos atacar las malas filosofías responsables de la crisis en curso y no recurrir a teorías de conspiración sin fundamento.
La contemplación nos impide actuar impulsivamente. Las estrategias serán serias y bien pensadas. Tales esfuerzos son atractivos e inspiran a muchos a unirse a la lucha contra la Revolución en lugar de dirigir su atención hacia una pista falsa.
Una vez que se identifique cuidadosamente el problema y la solución, estaremos mejor preparados para unir nuestros esfuerzos contra la Revolución que nos amenaza.
La contemplación ayuda a captar la seriedad de los acontecimientos
Otra tentación es restar importancia a la gravedad de la situación actual. Por ejemplo, muchos a menudo emplean cantidades desproporcionadas de sátira contra la izquierda.
De hecho, la hipocresía liberal a menudo es divertida y, a veces, es bueno señalar las inconsistencias lógicas de la izquierda.
Sin embargo, corremos un gran riesgo cuando usamos una ligereza excesiva hacia la izquierda. Tal actitud implica que los males de hoy son solo el resultado de políticos ineptos, errores estúpidos e histeria masiva. Para algunos, el problema no va más allá de esto.
La contemplación revela que la crisis no es tan superficial. No llegamos a nuestro estado actual por una serie de meteduras de pata diplomáticas, económicas o políticas. Por el contrario, nos enfrentamos a un enemigo inteligente que lleva siglos corroyendo la moral al exacerbar nuestras desordenadas tendencias hacia el mal.
En su obra magna Revolución y Contrarrevolución, el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira reflexionó profundamente sobre las causas de este peligroso proceso. Contempló la historia basándose en la enseñanza de la Iglesia, la evidencia histórica y la lógica sólida. No trató la Revolución de manera alegre, sino que la manejó con la seriedad que amerita.
En el libro, el fundador de la TFP describe agudamente la gravedad de la amenaza revolucionaria:
“[La Revolución] no debe verse como una secuencia completamente fortuita de causas y efectos que han tenido lugar inesperadamente. Ya en sus inicios, esta crisis fue lo suficientemente fuerte como para llevar a cabo todas sus potencialidades. Todavía es lo suficientemente fuerte como para causar, por medio de trastornos supremos, las destrucciones últimas que son su resultado lógico” (4).Así, no estamos ante un adversario al que se pueda tratar con frivolidad. Siguiendo el ejemplo del Prof. Corrêa de Oliveira, debemos recurrir a la contemplación en nuestro propio esfuerzo si esperamos plantear alguna oposición seria a la Revolución.
Conclusión
La contemplación implica una seria reflexión y admiración del bien y un firme rechazo del mal. Debe jugar un papel esencial en el análisis del actual proceso Revolucionario que busca destruir cualquier remanente del orden de Dios. Solo así podemos descubrir la raíz de un problema y llegar a una solución.
Nuestra cultura moderna desalienta este comportamiento. Sin embargo, para avanzar, debemos adoptar un enfoque contemplativo.
Si se sigue descuidando la contemplación, nuestro destino está sellado.
Notas:
1) Adolfo Tanquerey, The Spiritual Life: A Treatise on Ascetical and Mystical Theology (Tournai, Bélgica: Desclée & Co., 1930), 605.
2) Dictionary Merriam Webster, “contemplate”, consultado el 16 de enero de 2023, //www.merriam-webster.com/dictionary/contemplate.
3) La Revolución es un proceso de destrucción de siglos de duración que tiene como objetivo la civilización cristiana, tal como lo define el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en el libro Revolution and Counter-Revolution.
4) Plinio Corrêa de Oliveira, Revolution and Counter-Revolution (Spring Grove, Pensilvania: Sociedad Estadounidense para la Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad, 2014), 13-14.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Usted puede opinar pero siempre haciéndolo con respeto, de lo contrario el comentario será eliminado.