Soy fiel de la Santa Iglesia y desde niña voy todas las semanas a la Santa Misa.
Últimamente estaba reflexionando sobre el hecho de que durante los sermones nunca escucho sobre algunos temas que parecen estar casi excluidos y dejados de lado como si no existieran.
Nunca escucho sobre el Cielo, el Infierno, el Purgatorio, es decir, la realidad de la vida después de la muerte y la resurrección de nuestros cuerpos. Nunca escucho sobre los preceptos del Catecismo referentes, por ejemplo, los Mandamientos y los Sacramentos, ni siquiera algún consejo o regla moral de conducta, sólo para tener una guía o alguna aclaración para saber lo que enseña la Iglesia.
De alguna manera los fieles deben ser dirigidos a las realidades de la fe y a algunas reglas simples de vida moral.
De alguna manera los fieles deben ser dirigidos a las realidades de la fe y a algunas reglas simples de vida moral.
He tenido la gracia de tener en mi familia cristianos fervientes que me han dado un buen ejemplo y me gusta leer, por eso voy buscando y estudiando cosas de la Doctrina Católica, pero bien sabéis que no todos los creyentes son así, pues por una razón u otra necesitamos que alguien nos proponga cosas y nos las explique, y esta tarea os corresponde primero a vosotros.
Por ejemplo, en los últimos años nunca he escuchado una sola palabra en ningún sermón sobre la convivencia prematrimonial, como si no existiera. De esta forma, en poco más de diez años, la convivencia se ha convertido en una práctica habitual en mi zona donde antes no existía.
Esta forma de hacer las cosas no ha convertido a nadie.
Esto también se ha hecho en los últimos meses con respecto a la ley de "uniones civiles": silencio. Solo unos pocos se atrevieron a decir algo en contra.
No hablamos de religión en la escuela "porque no estamos en el Catecismo" y no hablamos de Catecismo porque "no estamos en la escuela".
Al hacerlo, muchos jóvenes se han visto privados del conocimiento de la Religión Verdadera. Este es un pecado de omisión.
La situación actual de los fieles que, desorientados en su vida personal y en estado de pecado, piden ayuda a la Iglesia se debe también al silencio que ha reinado en los últimos años.
Halagar a los fieles que en realidad no creen y que pretenden imponer su modo personal de ver la fe no es un buen método de evangelización.
Tened el coraje de decir las cosas como son. ¡Negación a la prensa, a los periodistas que quieren crear nuevas realidades de fe para destruir los Sacramentos y la Iglesia misma!
¡Afirmad las verdades de la Iglesia! ¡Explicad el Catecismo! ¡Defended los Sacramentos!
¡Hacedlo ahora, hacedlo dentro de las Iglesias, desde el púlpito, durante la Misa, mientras celebráis los Sacramentos delante de la gente que viene a escucharos y a dejarse guiar por vosotros!
¡Hablad de la fe, de la moral, de la Verdad!
¡Hablad sobre la vida eterna que es nuestra vida real!
¡No tengáis miedo de perder fieles! El que no quiera creer se perderá de todos modos, así como vosotros habéis perdido a todos aquellos a los que no habéis explicado la belleza de nuestra fe con un método que no ha funcionado en las últimas décadas y que muchos siguen proponiendo como nuevo!
Estoy entre los fieles que esperan vuestras palabras y vuestra guía.
Que Dios os recompense y os asista siempre,
Teodolinda
Cordialiter
Por ejemplo, en los últimos años nunca he escuchado una sola palabra en ningún sermón sobre la convivencia prematrimonial, como si no existiera. De esta forma, en poco más de diez años, la convivencia se ha convertido en una práctica habitual en mi zona donde antes no existía.
Esta forma de hacer las cosas no ha convertido a nadie.
Esto también se ha hecho en los últimos meses con respecto a la ley de "uniones civiles": silencio. Solo unos pocos se atrevieron a decir algo en contra.
No hablamos de religión en la escuela "porque no estamos en el Catecismo" y no hablamos de Catecismo porque "no estamos en la escuela".
Al hacerlo, muchos jóvenes se han visto privados del conocimiento de la Religión Verdadera. Este es un pecado de omisión.
La situación actual de los fieles que, desorientados en su vida personal y en estado de pecado, piden ayuda a la Iglesia se debe también al silencio que ha reinado en los últimos años.
Halagar a los fieles que en realidad no creen y que pretenden imponer su modo personal de ver la fe no es un buen método de evangelización.
Tened el coraje de decir las cosas como son. ¡Negación a la prensa, a los periodistas que quieren crear nuevas realidades de fe para destruir los Sacramentos y la Iglesia misma!
¡Afirmad las verdades de la Iglesia! ¡Explicad el Catecismo! ¡Defended los Sacramentos!
¡Hacedlo ahora, hacedlo dentro de las Iglesias, desde el púlpito, durante la Misa, mientras celebráis los Sacramentos delante de la gente que viene a escucharos y a dejarse guiar por vosotros!
¡Hablad de la fe, de la moral, de la Verdad!
¡Hablad sobre la vida eterna que es nuestra vida real!
¡No tengáis miedo de perder fieles! El que no quiera creer se perderá de todos modos, así como vosotros habéis perdido a todos aquellos a los que no habéis explicado la belleza de nuestra fe con un método que no ha funcionado en las últimas décadas y que muchos siguen proponiendo como nuevo!
Estoy entre los fieles que esperan vuestras palabras y vuestra guía.
Que Dios os recompense y os asista siempre,
Teodolinda
Cordialiter
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Usted puede opinar pero siempre haciéndolo con respeto, de lo contrario el comentario será eliminado.