miércoles, 16 de noviembre de 2022

LOS ATAQUES CONTRA LOS CARMELITAS SON PARTE DE UNA GUERRA CONTRA LOS RELIGIOSOS CONTEMPLATIVOS

Un sacerdote sitúa el caso del Carmelo de Filadelfia en un contexto más amplio de la crisis de la Iglesia que comenzó con el Concilio Vaticano II, y lanza una especie de grito de batalla, llamando a los católicos a la resistencia.


Los informes recientes sobre la supresión por parte de Roma de un monasterio histórico del Carmelo en Filadelfia, que fue el primer punto de apoyo en los EE.UU. para la devoción a Santa Teresa de Lisieux, ha recibido muchas respuestas. 

Muchos católicos, no solo en Filadelfia, sino en todo Estados Unidos, están indignados por cómo Roma trató de desalentar la preservación de este Carmelo, cuya hermana fundadora tenía correspondencia directa con Paulina, la hermana de Santa Teresa, a principios del siglo XX.

Entre las respuestas, LifeSiteNews recibió un comentario de un sacerdote católico, un observador de larga data de la crisis en la Iglesia que ha estado cerca del campo de batalla de Filadelfia y ha sido testigo de eventos cruciales para la vida de la Iglesia. Nos complacemos en traer a nuestros lectores sus reflexiones, según las cuales los ataques al Carmelo en Filadelfia son “parte de una guerra mayor contra la vida religiosa contemplativa” en la Iglesia de hoy. Y, de hecho, el caso del Carmelo de Filadelfia es tan importante para una audiencia más amplia porque es un ejemplo del método de operación actual de Roma con respecto a las Ordenes contemplativas de la Iglesia Católica. Las reformas recientes socavan sus carismas tradicionales y los instan a formar parte de asociaciones más grandes que los instan a abandonar sus monasterios.

Nuestro comentarista sitúa el caso del Carmelo de Filadelfia en un contexto más amplio de la crisis de la Iglesia que comenzó con el Concilio Vaticano II, y lanza una especie de grito de batalla, llamando a los católicos a la resistencia.

“Encogernos de hombros con aire de indiferencia, impotencia o desesperación ante la triste realidad de la Filadelfia católica es permitir que nos quiten el Carmelo de Filadelfia, que se pierda en las manos contaminadas de los enemigos de Cristo y de sus Iglesia”, escribe. Él ve fuerzas en juego que están trabajando en contra de la Fe. “Esta es la iglesia sin fe, o anti-fe, para hablar más precisamente. Sus entusiastas y celosos devotos son los autores de la destrucción en Filadelfia y en toda la Iglesia de hoy”.


Life Site News

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