Por Patricia Gooding-Williams
“Mi fe cristiana es la razón por la que estoy luchando en este caso judicial porque sé que, si Dios está a mi favor, ¿quién puede estar en mi contra?”. Quien pronuncia estas atrevidas palabras es Heidi Crowter, la mujer de 26 años que recientemente ha ganado el derecho a impugnar una sentencia del Tribunal Superior que mantiene la posibilidad de abortar hasta el final del embarazo para los niños no nacidos con síndrome de Down. La audiencia tendrá lugar este verano, el 13 de julio, en el Tribunal de Apelación de Londres. No mucha gente esperaba que una joven con síndrome de Down desafiara al gobierno del Reino Unido y con tanta convicción. Pero ha aparecido Heidi Crowter, que no se deja intimidar por las normas, una optimista nata y una sorpresa constante.
Heidi lleva cinco años haciendo campaña por la modificación de la Ley del Aborto de 1967 con Don't Screen Us Out, una asociación de miles de personas con síndrome de Down que ella ayudó a crear; y es que la citada Ley niega la igualdad de trato a los fetos con síndrome de Down en Gran Bretaña.
En septiembre de 2021 perdió un primer asalto histórico en los tribunales cuando dos jueces del Tribunal Superior dictaminaron que la legislación actual era legal. Pero ahora se le ha concedido permiso para que el caso sea escuchado de nuevo y quiere que su campaña llegue al mayor número de personas posible. Heidi está convencida de que la razón por la que el 90% de las madres británicas abortan a los bebés con síndrome de Down es el miedo causado por la falta de información veraz.
Heidi, estás llevando a la más alta institución de Gran Bretaña a los tribunales, pocos tendrían el valor de hacer lo que estás haciendo. ¿De dónde viene su espíritu de lucha?
Mi fe cristiana es la razón por la que estoy luchando en este caso judicial, porque sé que, si Dios está a mi favor, ¿quién puede estar en mi contra? Hacerme cristiana ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Hay muchos personajes bíblicos que me ayudan, pero el que más me llama la atención es Ester.
¿Por qué te identificas con esta reina del Antiguo Testamento?
Fue una mujer valiente que arriesgó su propia vida para salvar a su pueblo del exterminio. Ahora quiero que los niños no nacidos con síndrome de Down tengan una oportunidad en la vida y quiero mostrar al mundo que las personas con síndrome de Down son fantásticas tal y como son. Cuando rara vez me pongo nerviosa, pienso en esta extraordinaria mujer que gracias a su fe salvó a todo su pueblo y esto me da fuerzas para continuar mi campaña.
¿Cuál es el origen de la campaña contra la Ley del aborto?
La razón por la que he empezado esta acción legal es porque soy una persona con síndrome de Down y la Ley actual me hace sentir que yo no debería existir en este mundo. Quiero que la gente escuche mi historia y se anime. Tienen que saber que un niño con síndrome de Down puede vivir una vida plena. Mírame: vivo sola con mi encantador marido James, que me ama tal y como soy. Lo único que quiero es que me acepten en la sociedad como un ser humano, no que me vean como un problema. También espero que las madres que esperan un hijo con síndrome de Down vean que su hijo tendrá una vida fantástica como la mía. Tengo un abogado, Paul Conrathe, que me ayuda en este caso legal, y me acompaña Máire Lea-Wilson, que tiene un hijo de 2 años con síndrome de Down llamado Aidan. Es un travieso descarado y lo quiero tanto como a mi sobrino Josh.
Aunque hayas perdido tu primer caso en el Tribunal Superior, ahora has ganado el derecho a impugnar la sentencia sobre la Ley del aborto. ¿Cómo crees que será la opinión del Tribunal esta vez?
El Tribunal debe tomarse el tiempo de conocer a la persona que está detrás del cromosoma. Creo que el tribunal tiene que conocer a las personas con síndrome de Down y entender cómo les hace sentir la Ley actual. No pueden juzgarnos antes de conocernos, podrían sorprenderse.
El tribunal podría argumentar que la Ley del aborto ya fue revisada en 1990 rebajando el límite de la gestación de 28 a 24 semanas debido a las mejoras médicas, aunque esto no incluía el síndrome de Down. ¿Por qué crees que el aborto por síndrome de Down se ha mantenido sin cambios, teniendo en cuenta que la esperanza y la calidad de vida han aumentado significativamente desde 1967, año en que se legalizó el aborto?
Creo que la razón por la que la tasa de abortos no ha cambiado es porque en 1967, cuando entró en vigor la Ley del aborto, las personas con síndrome de Down no podían asistir a la escuela normal, se les internaba en instituciones y no se les reconocía como personas normales. La situación de los niños con síndrome de Down se “pinta” con colores sombríos: no caminarán, no hablarán, no podrán vivir solos o nunca se casarán. Quiero que la gente se actualice y no tome decisiones basadas en información inexacta. Cuando inicié mi proceso judicial y hablé con la gente sobre la Ley actual, descubrí que no sabían nada de la Ley. Por eso planteé la cuestión públicamente. Incluso cambié la opinión de los periodistas sobre mí. Un periodista dijo que “entrevistarnos a James y a mí fue lo más divertido que he hecho nunca”. Por favor, ¡conocednos antes de juzgar a las personas con síndrome de Down!
En la sentencia que ha desestimado su recurso se afirma que la legislación, tal y como está, es legal porque “pretende alcanzar un equilibrio entre los derechos del niño por nacer y de la mujer”. ¿En qué sentido crees que el cambio que quieres hacer en la Ley sigue garantizando ese supuesto equilibrio de derechos?
El tema planteado en esta campaña no tiene nada que ver con los derechos de las mujeres, aunque respeto sus decisiones. Se trata de una auténtica discriminación. No veo ninguna diferencia entre mi sobrino y mi marido, que tiene síndrome de Down: somos geniales tal y como somos. Mi consejo a las mujeres que creen que no pueden afrontar la vida con un hijo con síndrome de Down es que conozcan a alguien con síndrome de Down. Le demostraremos que su hijo puede tener una muy buena calidad de vida, y también hay muchos grupos de apoyo, si los necesita, para los que tienen síndrome de Down.
Sin duda has demostrado al mundo que los adultos con síndrome de Down pueden llevar una vida feliz y plena. Eres una mujer casada, con estudios y con experiencia laboral. ¿Crees que tu campaña ha conseguido cambiar la opinión pública sobre la discapacidad?
Sí, mi caso judicial ha dado la vuelta al mundo, he salido en innumerables canales como Sky News, Channel 5 en el Reino Unido y muchos otros. Creo que ha hecho reflexionar a mucha gente sobre cómo valoramos a los demás y cómo los vemos. Pero todavía queda mucho por hacer en este mundo para que la gente mire dentro de sí misma y vea la vida con los ojos de Dios.
La palabra “inclusión” aparece a menudo en el lenguaje político. ¿Se ha mostrado algún miembro del parlamento o del partido del Reino Unido dispuesto a apoyar tu causa?
Sí, he tenido mucho apoyo de Lord Kevin Shinkwin, que tiene una discapacidad y está en la Cámara de los Lores. Es un muy buen modelo para mí. Muestra cómo las personas con discapacidad pueden ser reconocidas en la política.
Tu marido está siempre a tu lado. ¿Cuál es su papel en esta batalla?
Mi marido James es absolutamente fantástico, siempre ha estado ahí para mí. Cuando las cosas se ponen difíciles, es un hombro en el que llorar. Cuando perdí mi caso en el tribunal, me abrazó y me sentí querida y aceptada en sus brazos. Su papel en esta batalla es apoyarme en esta campaña y consolarme cuando me enfado, y apoyarme cuando hago fantásticas entrevistas en los medios de comunicación.
Si tienes éxito, ¿cómo esperas que cambie la sociedad en los próximos años para las personas con síndrome de Down?
No existe el “si”. Tendré éxito porque el Dios del universo está de mi lado y nadie puede derrocar a un hijo de Dios. Ganaré esta batalla porque nadie puede vencer a Dios.
Brujula Cotidiana
Gracias a gente como ella es que este mundo todavía puede girar. Un ejemplo de fe arrasante y guía sabia de sus padres en dejar todo en las manos de Dios. Agradecimientos Diario 7, por notas tan buenas.
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