lunes, 11 de abril de 2022

LOS SACERDOTES CAUSAN LA PERDICIÓN DE LOS LAICOS

En una visión concedida a Sor Catalina de Jesús Herrera, Nuestro Señor dijo: “malos sacerdotes y religiosos y religiosas son la causa de toda la perdición del mundo… Ellos son la razón principal por la cual mi Brazo desea para desatar su Justicia”


Catalina de Jesús María Herrera Campusano (Guayaquil, 22 de agosto de 1717 - Quito, 29 de setiembre de 1795), conocida como Sor Catalina de Jesús Herrera fue una religiosa y escritora ecuatoriana; perteneció al Monasterio de Santa Catalina de Siena en Quito. Está en la categoría de Venerable dentro de la Iglesia Católica por los múltiples milagros y profecías que se le atribuyen. Su autobiografía titulada "Secretos del alma y de Dios" escrita en 1760, fue publicada en 1895 en la colección "Antología de prosistas" en honor al centenario de su muerte.

Catalina era hija de Juan Delfín Herrera Campusano y de María Navarro Navarrete y Capo, siendo su madre quien le enseñó a leer y escribir a los 7 años. La muerte de su padre en 1728, supuso un cambio espiritual y adquirió la costumbre de confesarse y comulgar cada quince días; devota de la Virgen del Rosario, ingresó a la tercera Orden Dominicana del Convento de San Pablo Apóstol de Guayaquil con la ayuda de Fray Carlos García de Bustamante

Viajó a Quito en 1741 para ingresar al Monasterio de Santa Catalina de Siena, adoptando el nombre religioso de "Catalina Luisa de Jesús, María y José"; en 1745 fue asignada como Maestra de novicias y en 1755 ocupó el cargo de Madre Priora. Murió el 29 de septiembre de 1795 a la edad de 78 años y fue enterrada en el mismo convento donde vivía.

En 1747 escribió su primera autobiografía titulada "Secretos entre el alma y Dios" pero al finalizarla, decidió quemarla; años más tarde su nuevo confesor, fray Tomás Corrolades, le ordenó escribirla de nuevo y firmarla. Sor Catalina comenzó este trabajo el 8 de febrero de 1758 y lo completó el 29 de agosto de 1760.

Sus escritos fueron 30 cuadernos hechos a mano y publicados posteriormente en 1895, en el centenario de su muerte, que se convirtieron en seis tomos. Murió en olor de santidad en 1795.

Incluimos aquí un fragmento en el que narra una visión de Nuestro Señor explicando que los malos sacerdotes y religiosos -hombres y mujeres- son la causa de la perdición de los laicos. Si Nuestro Señor se enfadó con el clero y los religiosos de su tiempo en el 1700, ¿qué diría de ellos en nuestros días post-Vaticano II?

Las palabras de la Madre Catalina parecen perfectamente aplicables a nuestros tiempos.


Nuestro Señor Jesucristo:

Los sacerdotes y los religiosos y religiosas son la causa de toda la perdición del mundo.

El estado eclesiástico es la causa de la perdición del estado laico.

En la Ley de la Gracia los puse [a los sacerdotes y religiosos] como ejemplo, para que contuvieran los errores de la época.

Pero, como se han permitido perder completamente el respeto [del pueblo] a causa de sus malas costumbres, el mundo ya no les presta ninguna atención, razón por la cual su predicación no obtiene ningún beneficio.

Si vivieran como deberían, Mi Espíritu infundiría fervor a los del mundo. Y de este modo, habría moderación en las costumbres.

Pero, como los laicos los ven [al clero y a los religiosos] hacer y actuar igual que ellos, han llegado a tenerlos en desprecio y su enseñanza no tiene efecto entre ellos.

Si un Siervo mío sale y dice la verdad, el mundo escucha con admiración. Pero los laicos se benefician poco o nada de ello, porque esta costumbre [de no hacer caso a los religiosos y tenerlos en desprecio] está ya muy arraigada, causada por los muchos religiosos y eclesiásticos que están profundamente arraigados en los vicios que han dado mal ejemplo.

Estos [sacerdotes y religiosos] son la principal razón por la que mi Brazo desea desatar su Justicia.



Autobiografía de la Ven. Catalina de Jesús Herrera,
Religiosa del Coro del Monasterio de Santa Catalina de Quito.
Ediciones Santo Domingo, Quito, Ecuador, 1954, pp. 270-271.


Tradition in Action


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